Venezuela se enfrenta hoy a un proceso electoral, tal vez el más desafiante que varios anteriores, en el que el gobierno de Nicolás Maduro deberá explicar, eventualmente, cómo “gana” cuando las encuestas han ido mostrando que el candidato de la oposición, Edmundo González Urrutia -quien representa a la inhabilitada María Corina Machado-, es claro favorito.
El mundo está atento a este desenlace, luego de crispaciones entre Maduro y líderes de la región y la expulsión o no autorización de observadores internacionales por parte del régimen chavista que ha tocado la sensibilidad de los más diversos gobiernos. Asimismo, defensores de la democracia levantan bandera para que lo que ocurre en el país caribeño no se emule en otras latitudes.
La oposición venezolana ha aceptado entrar en este proceso electoral aún con la “cancha inclinada” en su contra, porque no ve otra alternativa. En una entrevista a María Corina Machado que El País realizó en Caracas en agosto de 2023, la líder dijo que “aquí nadie se chupa el dedo” en relación precisamente a que los venezolanos están muy claros en que no existe independencia entre los poderes, que el Consejo Nacional Electoral (CNE) está controlado por el gobierno, que se realizan operativos para amedrentar a quienes opinan en contra de la “revolución bolivariana”, entre otras estrategias que atentan contra una votación libre. Sin embargo, la oposición no ve otro camino. Es decir, las opciones realistas son: participar con la “cancha inclinada”, o directamente quedar fuera del juego. No hubo espacio para conseguir garantías, y la oposición ha tenido muy malas experiencias previas por no participar.
Ya en noviembre de 2005, durante el mandato de Hugo Chávez, los principales partidos de la oposición en Venezuela (en aquel momento, Acción Democrática y Proyecto Venezuela que era una escisión del movimiento socialcristiano Copei) decidieron retirar todos sus candidatos a las elecciones legislativas, por considerar que no existían garantías. El resultado de esto, muy lejos de lo esperado por la oposición, fue que las fuerzas chavistas ganaron por el 90% de los votos (con una muy baja participación) y ocuparon así prácticamente toda la bancada.
Esta diatriba, sobre si presentarse o no en elecciones que consideran poco transparentes, se ha repetido desde ese momento en diversas ocasiones. Machado considera ahora que participar en la contienda es, ante todo, una “lucha por la dignidad” que tiene que dar el pueblo en su “camino hacia la democracia” y que irán “derribando los obstáculos uno a uno” a medida que se presenten.
Según analistas venezolanos consultados por El País, la estrategia de la oposición es, en primer lugar, no dejar la “cancha libre” y, en el mejor de los casos, reunir la mayor cantidad de votos para que una contabilización “aplastante” presione al régimen, en alguna medida, para negociar. Más allá de los resultados que anuncie el CNE en la madrugada del lunes, el objetivo es ejercer presión, tal como lo están haciendo desde el exterior presidentes y líderes demócratas de todas partes del mundo.
“Vivimos un momento agridulce. Si esto fuera una democracia sabríamos que el cambio se va a dar, pero el régimen expulsó o rechazó a más de 25 expresidentes, senadores y eurodiputados que venían como veedores internacionales, hay amenazas y triquiñuelas que nos hacen caer en el realismo de que el régimen no va a ceder el poder. Sin embargo, igual hay esperanza”, afirmó a El País desde Caracas Milos Alcalay, diplomático de carrera que ocupó varios cargos políticos, entre ellos representante Permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas.
Una prueba de la “esperanza” a la que hace mención son los más de 5.200 venezolanos que viajaron a su país desde Colombia la semana pasada, según informó Migración Colombia, con el fin de votar.
“El reto de la oposición no será ganar, sino cobrar”, lanzó Alcalay, quien da por descontado el triunfo de González en las urnas, pero no el reconocimiento de ello por parte del régimen, CNE incluido.
“Maduro ha perdido respaldo de sus pares que daba como seguros: Alberto Fernández (Argentina), Lula da Silva (Brasil), Gabriel Boric (Chile), el propio Pepe Mujica ahí en Uruguay”, agregó el exembajador que ejerce su influencia a favor del equipo de Machado.
Luis Vicente León, director de la consultora de opinión pública venezolana Datanálisis, no está de acuerdo con esas apreciaciones, al considerar que “lo que la gente quiere es un cambio y es lo que Maduro está ofreciendo”, dijo a El País.
Efectivamente, Maduro dio un giro a su campaña electoral y se ofrece él mismo como “el cambio” que busca el país. Esto es poco creíble considerando que se trata de un régimen liderado por este mandatario desde 2013, es decir, por más de una década. No obstante, su promesa está en la cancha.
Entre los cambios que reclaman los venezolanos es mejorar sus paupérrimos ingresos, hoy signados por un salario promedio en el sector privado es de unos 150 dólares mensuales y el sueldo mínimo de apenas 4 dólares por mes.
La jornada
Unos 21 millones de venezolanos están inscriptos a votar hoy (la población es de unos 30 millones), en más de 30.000 mesas de votación.
Los venezolanos en el exterior tienen derecho al sufragio, pero menos de 70.000 cumplen con el requisito de estar registrado en los consulados para hacerlo, en parte por complicaciones en el proceso.
El sufragio es automatizado, con resultados centralizados por el CNE. Los resultados se prevén hacia la madrugada del lunes, a las am hora local.
Los analistas consultados por El País coinciden en que, si los venezolanos no se sienten reflejados en los resultados, podrían lanzarse a las calles en protesta, lo que hace temer por la seguridad ciudadana.
El día después
Una de las frases de Maduro que más resuena es su dura advertencia sobre la posibilidad de un “baño de sangre” si los chavistas no obtienen la victoria este 28 de julio, lo que generó críticas internacionales, empezando por el mandatario brasileño Lula da Silva, entre otros.
El líder oficialista también ha recordado, una y otra vez, que “la Fuerza Armada es chavista” y, de hecho, ha actuado a favor del régimen reprimiendo protestas opositoras.
Al respecto, Alcalay proyectó que “no va a haber una guerra civil como muchos temen, porque solo un bando está armado. Lo que podría haber es una ‘primavera venezolana’ (en alusión a las protestas en Medio Oriente en 2010-2012), en mucha menor escala, de rechazo por fraude. Podría haber una confrontación, pero hay que ver cómo reacciona la Fuerza Armada”.
La activista Rocío San Miguel, experta en asuntos militares (acusada de conspiración y presa por el régimen venezolano desde el pasado febrero), había adelantado a El País sobre la existencia de fisuras dentro de la Fuerza Armada, que a su entender se estaban profundizando. Pero es difícil ahora saber hasta qué punto.
Alcalay señaló que “el pueblo venezolano es pacífico” y abogó por la participación de la presión internacional para que los “verdaderos resultados se respeten”. “Muchas voces se expresarán luego de estas elecciones”, agregó.
Despliegue militar y de “defensoría del pueblo”
Más de 388.000 miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y de los distintos cuerpos de seguridad del Estado fueron desplegados desde el pasado miércoles, en los 335 municipios del país. Además, unos 700 funcionarios de la Defensoría del Pueblo supervisarán el funcionamiento de las máquinas de votación y un total de 1.236 funcionarios de la Fiscalía estarán desplegados para el ejercicio de sus funciones durante la jornada electoral de hoy, según anunciaron las autoridades venezolanas en el día de ayer.
Estados Unidos
La gravitación de Estados Unidos en el proceso electoral venezolano es de especial importancia (basta recordar las sanciones que le impuso a Venezuela desde 2019, que incluyen embargo a su petróleo), aunque actualmente el país del norte está más ocupado en su política interna con la diatriba Donald Trump-Kamala Harris y en su rol en la guerra en Ucrania y en el Medio Oriente, que en América Latina.
Si bien Washington sigue en su línea de levantar o imponer sanciones a Venezuela según la transparencia o no de este proceso electoral, el panorama complejo con dos guerras, lo ha llevado, en los hechos, a normalizar bastante sus relaciones con el país caribeño, permitiendo negocios con licencias del petróleo venezolano. En ese contexto, León proyectó que “en el futuro próximo el régimen de Maduro estará bastante seguro en el plano económico”, dado que no ve que EE.UU. cambie su línea por un tiempo.
“Si se presenta como ganador en estas elecciones oscuras, Maduro estará más aislado en la región y tenderá a relacionarse más con Rusia, Irán, Corea del Norte, Emiratos Árabes”, proyectó Alcalay.
El diplomático -conocido por otrora haber confrontado la ideología populista de Chávez-, habló sobre los políticos de la izquierda internacional que no se han pronunciado contra el régimen chavista: “Lo harán. Cada vez es más costoso retratarse abiertamente con un Maduro que ha perdido la brújula”, concluyó.
Ambiente
Fuentes de Caracas, en diálogo con El País, reportaron que ayer, sábado, las calles estaban calmas y la gente optó por quedarse en sus hogares, atentas al proceso de hoy.
Reportaron que en las principales ciudades del interior y en las rutas se reforzaron los controles militares (alcabalas), por ejemplo de Guanare (estado Portuguesa, centro-occidente) hacia Caracas; una carretera de más de 5 horas en viaje en auto. “Hay muchas alcabalas con grandes cantidades de militares, guardias nacionales y de otras fuerzas, que miran a quienes pasan, los paran y preguntan. En Caracas, los colegios ya están militarizado porque allí se votará. Eso es normal con el Plan República”, afirmó una periodista caraqueña que prefirió anonimato por temor a quedar “marcada” por el régimen, según explicó.
Sin embargo, durante la tarde de ayer, se observaron zonas militarizadas en varias zonas de Caracas a medida que pasaban las horas.
Días previos, otros periodistas locales y políticos informaron a El País que el suministro de gasolina era irregular en ciertos lados, e interpretaron el hecho como “una tranca” para que los venezolanos de zonas reconocidas como opositoras, no puedan trasladarse fácilmente para votar.
“Es una dictadura que se pudre”
La delegación de nueve eurodiputados, diputados y senadores del partido conservador español Partido Popular (PP) a los que se impidió el viernes la entrada en Venezuela aterrizaron ayer sábado en el aeropuerto de Madrid y aseguraron que “la limpieza de las elecciones venezolanas no está garantizada”.
“Hemos observado una dictadura que se pudre y se cae y tememos que mañana es capaz de las mayores atrocidades para intentar impedir la victoria imparable de la oposición democrática”, manifestó el eurodiputado Esteban González Pons, responsable de asuntos internacionales del Partido Popular, tras el vuelo de ida y vuelta a Venezuela.
El dirigente explicó que viajaban tres expediciones diferentes de los populares -una del Parlamento europeo, otra del Congreso y otra del Senado- en respuesta a “invitaciones formales” de la oposición venezolana para “acompañarles” en las elecciones del domingo. No iban como “observadores internacionales”, que, según la legislación venezolana, exige ser reconocido como autoridad electoral, recalcó González Pons, quien indicó que habían informado de su viaje tanto al Ministerio Exteriores español como al embajador de España en Caracas y a los embajadores de Venezuela en Bruselas y en Madrid.
Los parlamentarios populares recibieron negativas para acudir como observadores internacionales, que no como acompañantes electorales, algo que, por otro lado, según el dirigente del PP, habría resultado “absurdo” porque en unas elecciones no puedes negar “a los amigos que vayan a acompañar a aquellos que quieren que ganen”.
En el aeropuerto de Caracas fueron atendidos por el cónsul general de España, no por el embajador, que “hizo mal no acudiendo a amparar a nueve compatriotas suyos en una decisión difícil y sometidos a la arbitrariedad de un poder dictatorial”, según el PP.
González Pons tachó de “lamentable” la actuación del Gobierno español por “compartir el discurso de los chavistas” ante su expulsión. “El Gobierno español debería rectificar inmediatamente y, en lugar de avalar los argumentos de Maduro debería respaldar a sus compatriotas”, señaló, tras avanzar que en el Parlamento Europeo exigirán reciprocidad de trato para los dirigentes venezolanos.
Según apuntaron fuentes del Ministerio de Exteriores español, Venezuela no autorizó la visita de una delegación del Senado como misión de observación y solo el PP decidió realizar el viaje.as autoridad. [EFE]
Diosdado Cabello: “Acá no van a venir a joder”
Chile envió una nota de protesta al gobierno de Venezuela por negar el ingreso al país de dos senadores conservadores chilenos que viajaban a observar las presidenciales de hoy y fueron deportados, informó la Cancillería en un comunicado.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores citó al embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez, para entregarle una nota de protesta debido a que no se permitió el ingreso a ese país a los senadores José Manuel Rojo Edwards y Felipe Kast”, aseguró la dependencia en el texto. La protesta ya le fue entregada al embajador Arévalo, confirmó la Cancillería.
“Nos acaban de deportar de Venezuela”, informó el senador Kast, del partido derechista Evopoli, y miembro de una delegación oficial del Senado de Chile para acompañar los comicios venezolanos.
“Estamos aquí en el aeropuerto de Venezuela. Nos acaban de informar que nos están deportando porque nos dicen que no cumplimos con las condiciones, con el perfil de ingresar al país. No hay ningún documento, completamente arbitrario”, reportó en la red social X. “Eso demuestra que todas las palabras de algunos que dicen que esto es una democracia, es simplemente una gran mentira”, completó.
Las autoridades venezolanas impidieron también el viernes viajar a Caracas a un grupo de exgobernantes latinoamericanos críticos del gobierno de Nicolás Maduro que pretendían observar las presidenciales del domingo, denunció el gobierno panameño. El grupo lo integraban los expresidentes Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Jorge Quiroga (Bolivia), Vicente Fox (México) y Mireya Moscoso (Panamá), quienes son miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas, un foro de exmandatarios de derecha.
El miércoles, el poderoso líder chavista Diosdado Cabello adelantó que se les impediría la entrada. “Acá no van a venir a joder”, señaló. [AFP]
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