EE. UU.
El cantante Kanye West no será el próximo presidente, aunque todavía mantiene sus aspiraciones de futuro. Recibió 60.000 votos en 12 estados.
Estados Unidos contiene la respiración este miércoles a la espera de los resultados electorales definitivos, pero el destino de uno de los candidatos estaba ya claro: el cantante Kanye West no será el próximo presidente, aunque todavía mantiene sus aspiraciones de futuro.
El polémico rapero -quien se presentaba como candidato independiente con el Birthday Party-, recibió aproximadamente 60.000 votos en los 12 estados donde consiguió registrarse para la disputa.
Sus números fueron insignificantes en una carrera presidencial que se está disputando al milímetro entre el mandatario republicano, Donald Trump, y su rival demócrata, Joe Biden, mientras sigue el recuento en varios de los estados clave.
La estrella del hip hop y diseñador cosechó sus mejores resultados en Tennessee, donde unas 10.000 personas depositaron su confianza en West, según el diario The New York Times.
El cantante, que ya expresó su apoyo a Donald Trump en el pasado, protagonizó su propio show en redes cuando acudió a votar el martes en Wyoming, donde es propietario de un racho, asegurando que era la primera vez que lo hacía.
West escribió su nombre en la papeleta de este estado del oeste del país en el que, sin embargo, no había logrado clasificarse para tener su nombre entre los candidatos, tal y como mostró en una foto publicada en las redes sociales.
"Dios es tan bueno", tuitéo la superestrella, quien protagonizó un regreso público al cristianismo en los últimos años. "Hoy voto por primera vez en mi vida para el presidente de Estados Unidos, y es a alguien en quien verdaderamente confío... yo", dijo.
Poco después, acabó reconociendo su derrota aunque abriendo la puerta a una carrera futura, al tuitear: "KANYE 2024."
Kanye West, que llegó a visitar a Donald Trump en el Despacho Oval en 2018, anunció su candidatura a la presidencia el 4 de julio, día de la fiesta nacional.
Pero la postulación del marido de Kim Kardashian, quien poco después pidió "compasión y empatía" frente al desorden bipolar de su esposo, levantó entonces más cuestiones sobre su salud mental que entusiasmo.