EFE, AFP
El Partido Liberal (PL), que lidera el expresidente Jair Bolsonaro, fue el más votado en la primera vuelta de las elecciones municipales del domingo en Brasil, con 15,7 millones de votos, casi el doble que el Partido de los Trabajadores (PT) del mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva (8,9 millones).
El número de al PL de Bolsonaro para dirigir alguna de las 5.569 ciudades que el domingo celebraron comicios municipales aumentó un 236% en cuatro años, según los datos del Tribunal Superior Electoral (TSE).
El PT, que Lula fundó en 1980 y ha conducido desde entonces, también creció en número de sufragios para alcalde, pero mucho menos: un 28%.
Además, otras cuatro partidos de centro-derecha superaron en sufragios al PT de Lula: Partido Social Democrático (PSD), con 14,5 millones de sufragios; Movimiento Democrático Brasileño (MDB), con 14,4 millones; União Brasil, con 11,3 millones, y Progresistas (PP), con 9,9 millones.
Ese universo de partidos controla actualmente el Parlamento brasileño, desde donde manejan importantes partidas presupuestarias que destinan a sus feudos electorales.
Lula mantuvo un perfil bajo a lo largo de toda la campaña y solo se involucró directamente en San Pablo y Río de Janeiro, los dos mayores colegios electorales del país.
En San Pablo, el socialista Guilherme Boulos, respaldado por Lula, se enfrentará al actual alcalde, Ricardo Nunes, candidato de Bolsonaro, en la segunda vuelta prevista para el próximo día 27.
En Río, el regidor Eduardo Paes, aliado de Lula, fue reelecto el domingo con un 60,5%, frente a Alexandre Ramagem, apoyado por Bolsonaro y actualmente investigado por una supuesta trama de espionaje ilegal durante el Gobierno del expresidente.
Bolsonaro estuvo algo más activo, pero sus problemas judiciales, la falta de atención mediática por parte de los grandes medios de comunicación y la irrupción de otros candidatos le restaron protagonismo.
En un mensaje publicado en sus redes sociales, Bolsonaro agradeció a todos aquellos que confiaron en su partido. “Ganamos en dos capitales (regionales) y disputaremos la segunda vuelta en otras nueve. Cuenten con nosotros”, expresó.
“El campo de Bolsonaro está mucho más fuerte”. La tendencia es que la derecha tenga más alcaldías, “y más alcaldías es un multiplicador de votos”, evaluó André Rosa, profesor de ciencia política de la Universidad UDF de Brasilia.
El resultado “complicó un poco a Lula, que va a tener una misión un poco más difícil en 2026”, añadió el experto.
Para Mayra Goulart, politóloga de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, “estas municipales son relevantes de cara a las presidenciales de 2026, puesto que es importante contar con apoyos entre los responsables locales, en contacto directo con los electores”.
Sin embargo, hay incertidumbre: Lula deja planear la duda sobre si optará a la reelección mientras que Bolsonaro fue declarado inelegible hasta 2030 por atacar sin pruebas el sistema electoral, si bien el expresidente confía en una anulación de su condena.
La desinformación centró la campaña en Brasil, donde la red social X está fuera del aire desde el 31 de agosto acusada de propagar informaciones falsas. “No podemos permitir que el pueblo vote desinformado”, subrayó Lula tras votar en Sao Bernardo do Campo, en los suburbios de San Pablo.
Boulos también evaluó que “esta no fue una elección normal”. “Vimos la marca de la mentira, del odio”, dijo el diputado después de sufragar.
Las acusaciones de desinformación apuntaban al outsider populista Pablo Marçal, que quedó fuera por poco de la carrera para gobernar la ciudad de San Pablo. Marçal, de 37 años, ganó popularidad con un estilo provocador que sedujo a numerosos simpatizantes de Bolsonaro. En un último episodio polémico el sábado, la justicia electoral ordenó la retirada de su perfil de Instagram con 5 millones de seguidores, tras haber colgado un informe médico falso que indicaba que Boulos había consumido cocaína. Ese supuesto informe “fue un error estratégico gigante causado por él mismo, autosaboteó su propia campaña”, dijo el politólogo André Rosa.