Empleo, crecimiento y desigualdad: los desafíos económicos del nuevo gobierno británico

Si bien el saliente Rishi Sunak insiste en que sus políticas marcaron “un punto de inflexión”, analistas señalan que queda mucho por hacer. El PIB creció solo un 0,7% en el primer trimestre de 2024.

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Supermercado en Londres
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Redacción El País
El próximo Gobierno del Partido Laborista en el Reino Unido, afrontará el reto de hacer crecer una economía lastrada por la baja productividad y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, cuyos ingresos siguen estancados frente al encarecimiento de los alimentos y la vivienda.

El líder laborista Keir Starmer centró su programa en un solo concepto: “Fomentar el crecimiento económico”.

Pese a que el primer ministro saliente ‘tory’, Rishi Sunak, insiste en que sus políticas han marcado “un punto de inflexión”, los analistas señalan que queda mucho por hacer.

Tras una recesión técnica entre julio y diciembre de 2023, el PIB británico aumentó un 0,7% en el primer trimestre de 2024 y se prevé un índice anual del 0,8%.

Aún más ralentizado está el PIB per cápita, que avanzó apenas un 4,3% entre 2007 y 2023 -comparado con un 46% en los 16 años previos-, su tasa más baja desde 1826, según el centro de estudios Resolution Foundation.

La inflación bajó en mayo al objetivo oficial del 2%, de más de un 11% durante la pandemia, pero el precio de la comida se mantiene un 20% más alto que en julio de 2021.

La tasa de desempleo es del 4,4% y los tipos de interés se mantienen en el 5,25%, con una deuda neta acumulada de 2,74 billones de libras (3,23 billones de euros), equivalente al 99,8% del PIB.

Los principales desafíos para el próximo Ejecutivo giran en torno “al crecimiento, el empleo, la fiscalidad y la desigualdad”, dice Gregory Thwaites, director de investigación de Resolution Foundation.

“La economía del Reino Unido crece menos rápido que antes y menos rápido de lo que debería. En general, está en el medio del grupo de países industrializados: somos más o menos tan ricos como Francia y Canadá pero no tanto como Alemania o los Países Bajos”, declara a EFE.

Junto a la ralentización económica, el nuevo Ejecutivo se enfrentará a un menor margen de maniobra fiscal, pues los impuestos están a su máximo nivel tras la segunda Guerra Mundial -si bien los servicios públicos siguen mermados tras años de austeridad-, afirma el economista. [EFE]

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