EFE
52 estados en el mundo vivieron conflictos armados en 2023, tres menos que en 2022 (55), pero se trata de guerras cada vez más graves y sangrientas, con un mayor número de muertos, según los datos de un informe de Cáritas Italia sobre las guerras olvidadas presentado este lunes
El número de muertos en conflictos en 2023 fue de 170.700, el mayor desde 2019, se explica en el documento titulado "El regreso de las armas. Guerras de nuestro tiempo".
Las 4 guerras de "muy alta intensidad" en el mundo el año pasado (fueron 3 en 2022), con más de 10.000 muertos, son el conflicto entre Israel y Hamás, entre Rusia y Ucrania y las guerras civiles en Myanmar y Sudán, mientras que hubo otras 20 guerras de "alta intensidad" (17 en 2022), con un número de fallecidos que oscila entre 1.000 y 9.999.
El informe revela que el gasto militar mundial es de 2.443 billones de dólares, un máximo histórico y por primera vez desde 2009 se ha producido un aumento del gasto militar en todos los continentes: +6,8%, o el 2,3% del PIB mundial, 306 dólares por persona.
En detalle, el gasto militar de Estados Unidos es de 820.000 millones de dólares, el de China de 296.000 millones y el de Rusia de 109.000 millones.
En 2023, 11.649 niños murieron o quedaron mutilados como consecuencia de las guerras, con aumento del 35 % respecto al año anterior, en tanto que se marcó el récord, con un aumento por tercer año consecutivo, en el número de niños secuestrados: 4.356 en 2023, en su mayoría varones.
Del informe se desprende también que casi 300 millones de personas en el mundo dependen de ayuda humanitaria para sobrevivir.
También se explica que las dramáticas consecuencias del conflicto en Sudán, que estalló en abril de 2023, se han extendido a países vecinos como Chad, Sudán del Sur, Egipto, Etiopía, la República Centroafricana y Libia, tierras que no se caracterizan por ser contextos de paz sólidos.
Pero además, añade el informe: "hay situaciones que persisten desde hace años y que tienen aún menos interés periodístico como República Democrática del Congo, Burkina Faso, y las fragilidades del Cuerno de África".
En el documento también se denuncia cómo en Italia "ha desaparecido la atención de la situación extremadamente difícil de Afganistán", así como "la situación en Ecuador y Colombia por el éxodo masivo de Venezuela".