EFE
La opositora Concertación Democrática Nicaragüense (CDN-Monteverde) dijo esta semana que Nicaragua “vive el más brutal autoritarismo bajo la dictadura de los Ortega-Murillo”, en referencia al régimen de Daniel Ortega -en el poder desde 2007- y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
En un pronunciamiento por el 45 aniversario de la revolución sandinista, el CDN en el exilio sostuvo que desde 2007, cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) retomó el poder, “inició un proceso de captura del Estado que hoy tiene al país sometido al más brutal autoritarismo con el que la familia Ortega-Murillo pretende instaurar una dinastía”.
Desde 2007 a la fecha, principalmente desde 2018, más de 350 nicaragüenses han sido asesinados por motivos políticos, centenares han sido encarcelados y desterrados, y más de 800.000 han migrado, en su mayoría por razones de seguridad, de acuerdo con la CDN. Asimismo, el grupo opositor señaló al Ejecutivo sandinista de haber “desatado una persecución religiosa sin precedentes, y provocado la destrucción de todo el tejido político, social y empresarial del país”.
También reprochó la alianza de los sandinistas con Corea del Norte, Cuba, China, Irán, los Talibanes, Rusia, Venezuela y otros porque, a su juicio, “pretende revertir el orden democrático del continente” americano.
Para la CDN, “es vital no repetir estos errores, por tanto, considera fundamental que el liderazgo que asuma la reconstrucción de la Nicaragua posOrtega esté genuinamente comprometido con los principios e ideales de la más amplia libertad en todos los órdenes: político, económico, religioso, ideológico, social, con la defensa innegociable de la dignidad de la vida y los derechos humanos”.
“No podemos permitir que haya otro 19 de julio. El somocismo y el sandinismo deben ser capítulos cerrados de nuestra historia. El nuevo reto será enfocarnos en construir la República democrática, libre y próspera, que siempre hemos soñado”, valoró.
El 19 de julio de 1979, cuando fue derrocada la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, “es una fecha superada por la historia, y por los hechos diametralmente opuestos a los sueños de libertad, justicia social y paz, que albergaba la mayoría de los nicaragüenses” en aquel entonces.
Recordó que desde que el FSLN asumió el poder en 1979 implantó una agenda de corte marxista leninista, completamente opuesta a la oferta democrática que prometió inicialmente, y mantuvo a los nicaragüenses sometidos a la voluntad del Estado-partido.
También anuló las libertades cívicas y económicas, se alineó completamente al totalitarismo de Cuba y de la exUnión Soviética, y declaró a Estados Unidos “enemigo de la humanidad”.