La Nación/GDA
Hay un dicho que afirma que la basura de algunos es el tesoro de otros, y eso lo comprobó Mat Winter, oriundo del Reino Unido, cuando a los 11 años descubrió en un vertedero una pintoresca obra sobre un lienzo, de la que poco conocimiento tenía. Años después se acercó a un experto en arte para conocer si se trataba de una expresión auténtica y resultó ser un cuadro renacentista del 1513, valuado en miles de dólares.
En las redes sociales es común hallar este tipo de historias acerca de personas que viven en países con una extensa historia y tradición, en los que aventurarse en la búsqueda de elementos antiguos y de gran valor, es casi una actividad cotidiana y con la que cualquiera puede tener su golpe de suerte, como le sucedió a Mat.
Cuando Winter tenía 11 años se dispuso a investigar en el basurero de su localidad la existencia de objetos antiguos o que al menos parecieran tener un valor significante. Fue en ese entonces cuando vio que una señora arrojó un montón de elementos que para ella no servían. Dentro de ese cúmulo, el niño rescató un diseño particular de un caballero de la época Medieval, inmerso en un bosque rodeado de criaturas demoníacas. Debido a su belleza cautivadora, se lo llevó a su casa y lo guardó en la habitación.
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Poco tiempo después, junto a su tía, inauguró una pequeña tienda de antigüedades en el garaje de su casa y de tanto en tanto salían a buscar más cosas viejas al basurero. Uno de los primeros artilugios que vendió Mat fue una bicicleta, pero al cuadro le tomó cariño y hasta incluso le dio un lugar privilegiado en ese lugar, al enmarcarlo y colocarlo en una de las paredes.
Doce años después se vio obligado a limpiar el espacio y encontró esta obra de arte extraña y sin el nombre del autor. Fue allí cuando Mat lo presentó en una casa de subastas de libros raros en Lichfield para tasar su precio. Cuando el director Jim Spencer evaluó la imagen, quedó "asombrado" y hasta empezó a temblar, según dijo Mat a los medios de comunicación locales, destacó la revista Smithsonian.
Lo cierto es que tras una serie de pruebas técnicas, el especialista indicó que se trataba de una obra renacentista del 1513 y su autor fue Alberto Durero. El diseño se tituló Caballero, la muerte y el diablo y perteneció a una de las creaciones más características del artista.
Durero nació en Núremberg en 1471 y murió en la misma ciudad en 1528. Fue un pintor y grabador alemán de gran importancia durante la etapa del Renacimiento para ese país. Es famoso en todo el mundo por sus cuadros, dibujos y escritos teóricos sobre el arte, de las que se le atribuye un conjunto de 886 creaciones. Algunas de sus más conocidas son: Meisterstiche, Liebre Joven y Adán y Eva.
Cuando Spencer analizó la imagen supo que “solo una persona podría haber producido algo como esto” y señaló al artista alemán. Luego de ello, tasó el cuadro en un valor promedio entre las 10.000 y 20.000 libras esterlinas, es decir, cerca de 30.000 dólares estadounidenses.
Una vez que la obra fue llevada al Museo Británico y autentificada, Mat la puso en subasta y recaudó un equivalente a 33.300 dólares. El comprador fue un coleccionista germano, por lo que el británico sugirió que el dibujo “de alguna manera, está volviendo a casa”. Por último, indicó que con el dinero recaudado se compraría un auto nuevo.
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