EFE, AFP
El diálogo entre Israel y Hamás para una tregua en la Franja de Gaza sigue sin cosechar avances, cuatro días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara una propuesta para liberar a los rehenes. El principal escollo sigue siendo el alto el fuego definitivo, línea roja para ambos bandos. Para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un imposible hasta destruir a Hamás, y para el grupo terrorista palestino, una condición ‘sine qua non’ para que liberen a los rehenes.
Biden opinó en una entrevista publicada ayer martes por la revista Time que considera que Netanyahu está prolongando la guerra en Gaza por motivos políticos y para mantenerse en el poder al frente de una compleja coalición de gobierno.
“Existen todas las razones para que la gente saque esa conclusión”, indicó Biden a la pregunta de si cree que Netanyahu está prolongando el conflicto por razones de cálculo político personal.
Posteriormente, preguntado por la prensa en la Casa Blanca si Netanyahu está utilizando la guerra con fines políticos, Biden hizo una pausa y respondió: “No lo creo. Está tratando de resolver un problema serio que tiene”.
Netanyahu ha recibido presiones del ala ultraconservadora de la coalición de gobierno israelí para que no acepte un alto el fuego diseñado con la ayuda de Estados Unidos.
La supervivencia política de Netanyahu depende de que la continuidad de una compleja coalición de siete partidos conservadores, que han mostrado sus diferencias sobre cómo abordar la respuesta a Hamás.
Los dos partidos ultraortodoxos que forman parte del gobierno israelí afirmaron ayer martes que apoyan la propuesta de tregua revelada el viernes por Biden para poner fin a la guerra en Gaza.
El partido Shass apoya “totalmente la propuesta” para que los rehenes secuestrados por el grupo terrorista palestino Hamás el 7 de octubre regresen a casa, según declaró en un comunicado. “Shass apoya la propuesta y proporciona al primer ministro y al gabinete de guerra su apoyo para resistir a todas las presiones, concluir este acuerdo y salvar la vida de muchos de nuestros hermanos y hermanas”, subrayó el partido, primer socio de Netanyahu en su coalición de gobierno.
El jefe del otro partido ultraortodoxo, Judaísmo Unido de la Torá, expresó también su apoyo al plan por fases anunciado por Biden. “Hoy dije a los representantes de las familias de rehenes que (...) apoyaremos cualquier propuesta que conduce a la liberación de rehenes”, escribió Yitzhak Goldknopf en la red social X.
La posición de estos dos partidos contrasta con la de los aliados de extrema derecha de Netanyahu. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y el de Finanzas, Bezalel Smotrich, amenazaron el sábado con renunciar si el primer ministro aceptaba el plan de tregua con Hamás.
El plan anunciado por Biden, propuesta según él por Israel, prevé un alto el fuego de seis semanas y una retirada de las fuerzas israelíes de las zonas densamente pobladas de Gaza, así como el canje de algunos rehenes por presos palestinos.