Redacción El País
El primer ministro Keir Starmer fue uno de los primeros dirigentes extranjeros en felicitar a Donald Trump, pero el regreso del republicano a la Casa Blanca inquieta a Reino Unido, que mantiene una histórica “relación especial” con Estados Unidos.
Los planes proteccionistas de Trump, la guerra en Ucrania o las declaraciones poco halagadoras en el pasado contra el expresidente por algunos ministros laboristas podrían crear fricción.
“Sé que la relación especial entre Estados Unidos y Reino Unido seguirá prosperando”, aseguró Starmer.
Para Bronwen Maddox, directora ejecutiva de la ONG británica Chatham House, va a ser una “relación complicada”. Basándose en su lema “Estados Unidos primero”, Trump “no hará ninguna concesión en materia comercial y probablemente habrá diferencias de opinión sobre Ucrania, sobre cómo reforzar la seguridad de Europa y tal vez sobre Oriente Medio”, dijo.
No hay duda de que el gobierno británico está “preocupado”, considera Richard Whitman, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Kent. “La mayoría de los grandes parámetros de la política exterior británica se definen en función de las principales preocupaciones estadounidenses”, explicó. (AFP)
"Período difícil"
Si el gobierno laborista ha hecho del fortalecimiento del crecimiento económico una de sus prioridades, el programa proteccionista de Trump, que ha prometido aranceles aduaneros de hasta el 20% sobre todas las importaciones (y el 60% para los productos chinos), podría alterar sus planes.
El Reino Unido, que tiene en Estados Unidos a su mayor socio comercial, también corre el riesgo de encontrarse en medio de una guerra en este tema entre Trump y la Unión Europea.
La ministra británica de Finanzas, Rachel Reeves, recordó el miércoles que las relaciones económicas entre ambos países son "cruciales".
La proximidad histórica de los laboristas británicos con el Partido Demócrata estadounidense también podría afectar a las relaciones bilaterales.
Donald Trump acusó al Partido Laborista de injerencia en la campaña en beneficio de la demócrata Kamala Harris después de que algunos de sus miembros participaran en la campaña de la candidata. Unas acusaciones minimizadas por Keir Starmer.
El portavoz del primer ministro laborista dijo el miércoles que Starmer espera trabajar "estrechamente" con el presidente estadounidense electo.
El vocero también confirmó la confianza del jefe de gobierno en su ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, que en el pasado calificó a Trump de "sociópata que simpatiza con los neonazis" y de "tirano con peluca".