Escándalo en la Iglesia de Inglaterra por encubrir agresiones y abuso sexual a niños

El arzobispo de Canterbury y líder de anglicano, Justin Welby, anunció su dimisión, tras las acusaciones de que la institución encubrió al abogado John Smyth.

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Welby. Informó primero al rey Carlos III, jefe de la Iglesia anglicana, quien avaló su renuncia.
Welby. Informó primero al rey Carlos III, jefe de la Iglesia anglicana, quien avaló su renuncia.
Foto: AFP.

AFP/ Londres
El líder de la Iglesia anglicana, Justin Welby, anunció ayer martes su dimisión, tras las acusaciones de que su institución encubrió durante años agresiones físicas y sexuales a menores por un abogado vinculado a la misma.

Antes del anuncio, Welby, arzobispo de Canterbury, de 68 años, se comunicó con el rey Carlos III, gobernador supremo de la Iglesia anglicana, que dio su acuerdo a la dimisión.

Bien conocido de los británicos, Welby ofició en varios eventos reales importantes en los últimos años, como el funeral de la reina Isabel II y la coronación de Carlos III.

Varios líderes religiosos anglicanos llevaban días pidiendo la dimisión de Welby, tras un informe condenatorio sobre cómo gestionó este caso la Iglesia. El 9 de noviembre, tres miembros del Sínodo General, el organismo electo responsable de decidir asuntos de la doctrina de la Iglesia de Inglaterra, presentaron una petición para que dimitiera, que ayer martes superaba las 12.500 firmas.

Entre la década de 1970 y mediados de la de 2010, John Smyth, un abogado que presidía una organización benéfica vinculada a la Iglesia anglicana y que organizaba campamentos de vacaciones, abusó sexualmente de 130 niños y jóvenes en Reino Unido y luego en África, en particular en Zimbabue y Sudáfrica, donde se instaló y murió en 2018, a los 75 años, sin ser juzgado.

La institución fue informada oficialmente de estos hechos en 2013, pero muchos responsables los conocían desde la década de 1980 y los mantuvieron en silencio como parte de una “campaña de encubrimiento”, concluyó una investigación encargada por la propia Iglesia anglicana, en un informe publicado el jueves pasado.

Antes de que se produjera la renuncia de Welby, el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, calificó de “horribles” los abusos contra los niños y deploró que estas víctimas hubieran sido “abandonadas”. Starmer no se pronunció directamente sobre las peticiones de dimisión de Welby. “Es asunto de la Iglesia”, declaró durante una conferencia de prensa en Bakú, donde se encuentra en la COP29.

Welby, que hace unos días pidió disculpas por este asunto, calificó también las agresiones de “atroces”.

“Está muy claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y traumático período transcurrido entre 2013 y 2024”, añadió en el texto.

“Estos últimos días han reavivado el profundo sentimiento de vergüenza que he sentido durante mucho tiempo ante los fracasos históricos de la Iglesia de Inglaterra en materia de protección”, dijo el arzobispo de Canterbury.

Según el informe, que detalla el sufrimiento físico, sexual y psicológico que infligió a sus víctimas, Smyth “es posiblemente el abusador en serie más prolífico asociado con la Iglesia de Inglaterra”. Entre otras cosas, el abogado se llevó a niños pequeños a su casa en el sur de Inglaterra, donde los golpeaba con un bastón, a veces hasta sangrar, citando justificaciones teológicas.

El informe también concluye que el arzobispo de Canterbury “podría y debería haber denunciado” a la policía la violencia cometida por el abogado a partir de 2013, cuando se convirtió en primado de la Iglesia de Inglaterra.

El caso solo salió a la luz pública en 2017 tras la emisión de un documental de la cadena de televisión Channel 4.

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