Estados Unidos tiene serias dudas sobre la viabilidad de una próxima contraofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas debido a problemas con el entrenamiento y los suministros, según los documentos clasificados de los servicios de inteligencia estadounidense divulgados en estos días. Esos informes le han acusado además varios problemas al gobierno de Joe Biden con algunos de sus socios y aliados.
El Pentágono subrayó que esa fuga de informaciones secretas representa un riesgo “muy grave” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Se espera que Ucrania lance un contraataque contra la invasión rusa en la zona este del país en las próximas semanas.
Pero el documento indica que las fuertes defensas rusas y “las persistentes deficiencias ucranianas en el entrenamiento y el suministro de municiones probablemente dificultarán el progreso y aumentarán las bajas durante la ofensiva”, publicó The Washington Post.
Los aliados de Ucrania han trabajado para reforzar las defensas aéreas de ese país.
Pero en uno de los documentos de febrero de 2023, cuya autenticidad no se pudo confirmar, decía que el 89% de las defensas aéreas ucranianas de mediano y alto alcance estaban compuestas por sistemas SA-10 y SA-11 que databan de la era soviética y que pronto podrían dejar de funcionar por falta de municiones.
En base al uso de municiones hasta ese momento, el documento proyectó que los SA-11 de Ucrania quedarían sin misiles disponibles hacia fines de marzo y sus SA-10 a principios de mayo.
Otro documento filtrado indicaba que el presidente de Egipto, Abdel Fattah al-Sisi, ordenó la producción de 40.000 cohetes para enviarlos a Rusia y les dijo a los funcionarios que lo mantuvieran en secreto para “evitar problemas con Occidente”, sostuvo el Post.
Pero el gobierno de Estados Unidos ha rechazado ese informe. “No tenemos pruebas de que Egipto haya proporcionado armas letales a Rusia”, dijo John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca, en declaraciones a la prensa a bordo del avión presidencial Air Force One.
De esa manera, intentó dejar claro que no se ha producido ninguna transferencia de armamento, pero ni confirmó ni desmintió que Egipto haya estado planeando enviar armas a Rusia, tal y como informó el lunes The Washington Post.
“Egipto es un importante aliado en materia de seguridad y sigue siéndolo”, subrayó el portavoz.
Una fuente egipcia también negó ayer esas informaciones a través de la cadena de televisión Al Qahera News, mientras que Rusia tachó de “bulo” esos reportes.
“Lo que publicó el periódico es una frivolidad informativa que no es verdad”, indicó la fuente oficial, que no fue identificada por este medio que está vinculado al Estado egipcio.
“Parece un bulo, como los que proliferan hoy día. Hay que verlo así”, dijo por su parte desde Moscú el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Aliados salpicados
Docenas de fotografías de documentos circularon por Twitter, Telegram, Discord y otros sitios en los últimos días, aunque es posible que algunas hayan circulado por Internet durante semanas, si no meses, antes de que comenzaran a recibir atención de los medios.
Además de información sobre Ucrania, los documentos también incluyen análisis confidenciales de los aliados de Estados Unidos, a quienes los funcionarios estadounidenses ahora buscan tranquilizar.
Muchos de los documentos ya no están disponibles en los sitios donde aparecieron por primera vez y otros fueron removidos por Estados Unidos.
Las consecuencias de la filtración podrían ser significativas, incluso mortales, y podría poner en riesgo a las fuentes de inteligencia estadounidenses así como brindar información valiosa a sus enemigos.
Además, la información filtrada apunta a que Estados Unidos podría haber estado espiando a algunos de sus aliados más cercanos, como la propia Ucrania, Corea del Sur e Israel.
En concreto, uno de los documentos apunta a que el Mosad, el servicio de espionaje exterior de Israel, podría haber funcionado como motor de las protestas contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, algo que la oficina del primer ministro israelí consideró el domingo que “no tiene fundamento”.
Otros documentos dicen que Estados Unidos espió en marzo a los altos cargos de Corea del Sur que estaban hablando sobre la presión que Washington había ejercido sobre Seúl para que enviara armas a Ucrania, en violación de la política surcoreana que tradicionalmente se niega a suministrar armas a países en conflicto.
Otros documentos, de los que se hace eco la cadena NBC, muestran que Estados Unidos supuestamente accedió a algunos planes de batalla del Gobierno ucraniano.
Ante la posibilidad de que los documentos puedan crear tensiones con sus aliados, Estados Unidos ha estado en contacto con ellos durante los últimos días, según la Casa Blanca.
Pero ni la Casa Blanca, ni el Pengátono ni el Departamento de Estado dijeron con qué aliados ha estado en contacto.
Además, la Administración de Biden está haciendo todo lo posible para identificar la fuente de filtración.
Todavía se desconoce el impacto que tendrá, pero podría ser la más grave desde 2013, cuando el exanalista Edward Snowden expuso el alcance de los programas de espionaje masivo que Estados Unidos puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
“No sabemos quién está detrás de esto, no sabemos cuál es el motivo o qué más puede haber ahí fuera”, reconoció John Kirby, portavoz de la Casa Blanca. A petición del Pentágono, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha abierto una investigación de carácter criminal para determinar la fuente de la filtración de los docu- mentos clasificados de los servicios de inteligencia, que aparecieron en los últimos días en redes sociales como Discord y Twitter.
Detención de periodista de WSJ es “totalmente ilegal”, dice Biden
El presidente Joe Biden calificó de “totalmente ilegal” el encarcelamiento en Rusia del periodista estadounidense Evan Gershkovich por cargos de espionaje.
“Estamos dejándolo muy claro que es totalmente ilegal lo que está pasando, y así lo declaramos. Eso cambia la dinámica”, dijo Biden cuando partía de Washington para un viaje a Irlanda e Irlanda del Norte.
La Casa Blanca dijo luego que Biden telefoneó a la familia del periodista desde el avión Air Force One.
Biden les dijo que está “enfocado en conseguir la liberación de Evan”, así como la de otro estadounidense detenido en Rusia, Paul Whelan, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
El departamento de Estado clasificó formalmente el lunes al periodista como “injustamente detenido”, un estatus que pone el caso en manos del enviado especial para rehenes, Roger Carstens.
Gershkovich, un experimentado corresponsal para The Wall Street Journal en Rusia, fue detenido en Ekaterimburgo, unos 1.800 kilómetros al este de Moscú. Agencias de noticias rusas informaron el viernes que el reportero fue acusado de espionaje, alegación que tanto Gershkovich como su periódico niegan.
La última detención de un periodista estadounidense por espionaje tuvo lugar en 1986, en plena Perestroika, e implicó a Nicholas Daniloff, que fue canjeado por un prisionero ruso tres semanas después.
Estados Unidos está en su derecho de defender a Gershkovich, pero el tribunal ruso tendrá la última palabra, afirmó ayer martes el Kremlin. “Estados Unidos puede y debe defender a su ciudadano”, señaló el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria. A la vez, enfatizó que Gershkovich fue atrapado “con las manos en la masa” y “ha violado las leyes rusas”.
Los abogados del reportero han recurrido su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje, cargo que acarrea hasta 20 años de cárcel en Rusia.
Obligados a ir a la guerra
Rusia declaró la guerra a los que se nieguen a servir en su ejército, al aprobar una ley que restringe los derechos de todos los hombres en edad militar, justo cuando se cuentan los días para la próxima contraofensiva ucraniana. “Se trata de todos los hombres en edad militar”, dijo el diputado Andréi Kartapólov, coautor de la ley, en alusión tanto a reclutas que deben cumplir el servicio militar obligatorio como a los reservistas movilizados.
El objetivo es impedir el éxodo de rusos que se produjo cuando Vladimir Putin decretó en septiembre de 2022 la movilización parcial tras sufrir varios reveses en el frente ucraniano.
Entre las restricciones introducidas por la Duma o cámara de Diputados figura la que prohíbe expresamente abandonar el país a los llamados a filas.
Los rusos tienen un plazo de dos semanas para presentarse una vez notificados. Además, en caso de que el afectado no acuda al centro de alistamiento en un plazo de 20 días, se le restringirá provisionalmente la posibilidad de abrir un negocio, el permiso de conducir, de comprar inmuebles o de solicitar un crédito.
Las vías de escapatoria son cada vez menores, ya que los militares podrán enviar las notificaciones no solo por escrito, sino también de manera electrónica a la cuenta personal del ciudadano en el portal de servicios públicos.
La ley crea un registro electrónico único de hombres en edad militar, de forma que nadie puede exponer como argumento el no tener constancia de haber recibido la comunicación oficial.
Aunque no pocos rusos se dieron de baja en las últimas horas en la web de servicios públicos, los autores de la ley advirtieron de que eliminar la cuenta en dicho portal no exime de presentarse ante los comisarios militares.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que la aprobación de esta ley allane el camino para una segunda movilización, aunque no todos los medios se dieron por convencidos. Y es que en septiembre de 2022 Putin llamó a filas a 300.000 reservistas, pero uno de los puntos de dicho decreto es secreto, lo que abre la puerta a una nueva campaña de movilización.
Con información de AFP y EFE