Escuelas católicas francesas, refugio para los islámicos

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MARSELLA, FRANCIA | KATRIN BENNHOLD, THE NEW YORK TIMES

La brillante y espaciosa cafetería de la escuela católica de St. Mauront está extrañamente silenciosa. Ocurre que es el Ramadán, y el 80 por ciento de los estudiantes es musulmán.

Cuando suena la campana para el almuerzo, las chicas y los chicos salen en fila pasando por los crucifijos y la enorme cruz de madera en el corredor, y dirigiéndose a la oración musulmana de mediodía. "Aquí hay respeto por nuestra religión``, dijo Naida Oualane, una alumna de 14 años, de ascendencia argelina, quien esconde el cabello bajo una mascada negra. "En la escuela pública``, agregó, "no se me permitiría usar el velo``.

En Francia, que sólo cuenta con cuatro escuelas musulmanas, algunos de los 8.847 colegios católicos romanos se han convertido en refugios para los musulmanes que buscan aquello de lo que con frecuencia carece el sector público laico y sobre poblado: espiritualidad, un ambiente en el que los buenos modales cuentan tanto como las matemáticas, y altos niveles académicos.

No hay estadísticas nacionales, pero los educadores musulmanes y católicos estiman que los musulmanes representan más de 10 por ciento de los dos millones de estudiantes que hay en las escuelas católicas. En barrios étnicamente mixtos en Marsella y el norte industrial, la proporción puede ser de más de la mitad.

La inmigración silenciosa de musulmanes hacia las escuelas católicas privadas resalta cuán difícil se ha vuelto para las escuelas estatales, la herramienta para la integración desde hace siglos en Francia, de mantener su promesa de oportunidades iguales. Tradicionalmente, la escuela republicana, nacida de la Revolución Francesa, fue el caldo de cultivo de los ciudadanos. Cambiarse de estas escuelas ha sido otro indicio del reto al que se enfrenta la estricta secularidad conocida como laicidad.

Tras siglos de guerras religiosas y un período prolongado de conflictos entre la República naciente y un clero asertivo, una ley de 1905 otorgó la libertad de religión en una Francia predominantemente católica romana y retiró el apoyo financiero y el reconocimiento formal a todas las fes. La educación y los símbolos religiosos se prohibieron en las escuelas públicas.

Francia es el hogar de cerca de cinco millones de musulmanes, la comunidad más grande de Europa occidental, y han surgido nuevas líneas de falla. En 2004, una prohibición para usar el velo islámico en la cabeza en las escuelas del Estado generó protestas y discusiones en cuanto a la flexibilización de la interpretación de la ley de 1905.

"La laicidad se ha convertido en la religión del Estado, y la escuela republicana es su templo``, dijo el imán Soheib Bencheikh, ex gran muftí en Marsella y fundador de su Alto Instituto de Estudios Islámicos. La hija mayor del imán Bencheikh asiste a una escuela católica. "Es irónico`. pero hoy la Iglesia católica es más tolerante -y sabe más- del Islam que el Estado francés``.

Para algunos, la economía es un argumento en favor de las escuelas católicas que tienden a ser más pequeñas que las públicas y mucho menos caras que las privadas en otros países. A cambio de que las escuelas impartan el programa nacional y estén abiertas a estudiantes de todas las fes, el gobierno paga el salario de los maestros y un subsidio por alumno. Los costos anuales para los padres promedian 1.400 euros (menos de 2.050 dólares) para la secundaria y 1.800 euros (unos 2.630 dólares) para el bachillerato.

En el altamente centralizado sistema educativo de Francia, el programa nacional proscribe la instrucción religiosa más allá de un examen general de los principios religiosos y fes en las lecciones de historia. La instrucción religiosa, como el catecismo católico, es voluntaria.

Y las escuelas católicas toman medidas para acomodar fes diferentes. Una en Dijón permite que los estudiantes musulmanes usen la capilla para las oraciones durante el Ramadán.

Las escuelas católicas también tienen la libertad de permitir que las chicas usen el velo en la cabeza. Muchas honran la prohibición estatal, pero varias, como St. Mauront, toleran su uso discreto.

La escuela, ubicada bajo un paso elevado en los fraccionamientos al norte de la ciudad, personifica los cambios tectónicos en la sociedad francesa del último siglo. Fundada en 1905, en una ex fábrica de jabón, en un inicio, la escuela atendía principalmente a estudiantes católicos cuyos padres eran franceses, dijo el director Jean Chamoux. Antes de la Segunda Guerra Mundial, llegaron algunos inmigrantes italianos y portugueses; desde los años de 1960, los africanos de las ex colonias francesas. Hoy, apenas si hay un rostro blanco entre sus 117 alumnos.

Chamoux, un hombre jovial, de andar lento, ha estado ahí por 20 años y parece saberse los nombres de todos los alumnos. Bajo un crucifijo en su pequeña oficina, ensalzó las virtudes de las escuelas católicas. "Enseñamos el programa nacional. Las actividades religiosas son totalmente opcionales``.

"Si prohibiera el velo para la cabeza, la mitad de las chicas no asistiría a ninguna escuela``, agregó. "Prefiero tenerlas aquí, hablar con ellas y decirles que tienen una opción. En realidad, muchas se lo quitan después de algún tiempo. Mi objetivo es que cuando terminen, hayan tomado una decisión consciente, en un sentido o en el otro``.

La cifra

5 Millones de personas componen la colectividad musulmana en Francial. Es la más numerosa de toda Europa Occidental.

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