EFE, El País de Madrid
España vivió su primer fin de semana de campaña para las elecciones del 23 de julio con los dos principales partidos, socialistas (PSOE) y conservadores (PP), pidiendo un “voto útil” para concentrar apoyos entre simpatizantes de izquierda y de derecha, respectivamente, y salir reforzados de cara a futuros pactos para formar gobierno.
Además, los candidatos de estos partidos, Pedro Sánchez por el PSOE y Alberto Núñez Feijóo por el PP, protagonizaron ayer el único debate presidencial de cara a los comicios.
Sánchez aspira a revalidar su puesto, aunque todas las encuestas le dan como perdedor. En tanto, el líder del PP se presenta por primera vez como candidato para presidir el Gobierno, tras una larga experiencia como presidente regional de Galicia. Según los sondeos, Núñez Feijóo parte como favorito.
No obstante, la última foto demoscópica antes del debate entre Sánchez y Núñez Feijóo, ayer por la noche, mostró una subida de dos escaños para el PSOE, hasta los 115, y una pérdida equivalente en el PP, que se queda en 125, según el tracking diario del instituto 40dB para El País de Madrid y la cadena SER, que adelantaron la publicación del sondeo antes del debate.
Los porcentajes de estimación de voto arrojan prácticamente un empate entre ambas formaciones. Los socialistas, con un 29,7%, mejorarían su dato de las elecciones de 2019 (28,3%).
Los populares, que vienen de su segundo peor resultado desde que el PP se llama PP (89 diputados) suben casi 10 puntos porcentuales respecto a las últimas generales a las que se presentó Pablo Casado.
Ante la fragmentación política que hay en España, ninguno de los dos partidos contaría con mayoría suficiente, según las encuestas, por lo que tendrían que apoyarse en otros grupos dentro de su esfera ideológica.
En el caso del PSOE, contaría con el nuevo grupo de izquierda Sumar, liderado por la vicepresidenta segunda del actual ejecutivo de coalición progresista, Yolanda Díaz.
Mientras que el PP, si no consigue los escaños suficientes, se tendría que apoyar en el ultraderechista Vox, partido que exige a cambio entrar en el Gobierno.
Estos posibles pactos son usados tanto por el PP como por el PSOE como argumento contra el adversario.
Los socialistas insisten en el peligro que supondría que Vox entrara en el Ejecutivo de España, mientras que el PP critica las políticas que hizo Sánchez por depender en la anterior legislatura de partidos más a su izquierda y nacionalistas. Desde junio, con los pactos autonómicos y municipales posteriores a las elecciones del 28 de mayo, los populares perdieron 11 escaños en estimación de voto y el partido de Santiago Abascal (Vox) sumó cuatro en ese mismo periodo.
Por bloques, el de la derecha (167), pese a la caída del PP, mantiene una amplia ventaja de 16 escaños sobre el bloque de la izquierda (151).
Sumando a Coalición Canaria, formación con la que los populares acaban de pactar en Canarias tras las elecciones del 28-M, las formaciones de Núñez Feijóo y Abascal reunirían 168 votos.
El debate
Sánchez y Núñez Feijóo confrontaron ayer dos modelos de país en el único y decisivo cara a cara de la campaña del 23-J. En el primer bloque, de Economía, Sánchez y Feijóo -que se interrumpieron constantemente- se metieron de lleno con la economía y la política de vivienda.
El líder socialista sacó pecho de la situación económica y acusó al presidente del PP y al líder de Vox, Santiago Abascal, de querer “derogar” las políticas económicas del Gobierno de coalición. Feijóo le respondió: “Que nos diga que la economía va como una moto es una falta de respeto a los españoles”.
En el segundo bloque, de Política Social e Igualdad, Sánchez le reprochó a Feijóo los pactos con Vox y este replicó con las rebajas de penas por la ley del solo sí es sí - que eliminó la distinción entre abuso y agresión sexual, y así, toda interacción sexual sin el consentimiento de la otra persona es agresión y se castiga con una pena de prisión de 1 a 4 años, cuando el delito de agresión sexual se castigaba antes con entre cuatro y 12 años-.
En el tercer bloque, Pactos y Gobernabilidad, el líder del PP ha acusó al socialista de gobernar con el “brazo político de ETA” -el PSOE solo ha llegado a acuerdos parlamentarios- y el presidente le recordó que gobiernan con “negacionistas” y “machistas” de Vox en comunidades y ayuntamientos.
E su minuto de oro, Sánchez alertó del retroceso que puede suponer un Gobierno del PP con Vox: “Nos jugamos que España avance o entre en un túnel tenebroso”. Feijóo pidió “una mayoría fuerte sin contar con los extremos”.
Feijóo aún no despeja la incógnita sobre eventual alianza con Vox
El marco de esta campaña gravita alrededor de los acuerdos del partido de Alberto Núñez Feijóo (PP) con el de Santiago Abascal (Vox), a diferencia de lo que sucedió en las elecciones del 28-M.
“Feijóo ha firmado 140 pactos en ayuntamientos con Vox. Han hecho un intercambio impúdico de derechos por sillones. El 23 de julio vamos a ganar las elecciones porque hemos hecho las cosas bien y la sociedad española no va a permitir que nos meta en un túnel del tiempo que nos va a llevar a no sé donde con Vox”, dijo ayer Pedro Sánchez (PSOE) durante el debate.
Por su parte, el líder del PP evitó romper con los ultras y dejó en el aire la incógnita de si pondrá a Abascal en su Consejo de Ministros. “Si consigo los votos necesarios, por supuesto que no va a ser miembro de mi Gobierno”, dijo sobre el líder de Vox. No obstante, ninguna encuesta prevé hoy por hoy una amplia mayoría.