Agencia AFP
Acostumbrado a las grandes remontadas, el presidente Pedro Sánchez logró otro giro de guión en su convulsa carrera alcontrariar los sondeos que anticipaban una clara derrota de la izquierda en las legislativas, asegurándose así opciones de seguir en el poder. “Aprendí a esforzarme hasta que el árbitro pita el final del encuentro”, dijo este gran aficionado al básquet, de 51 años, en una autobiografía titulada “Manual de resistencia”. Y, aunque esta vez no logró el ansiado triunfo -quedándose con 122 escaños frente a los 136 del Partido Popular- su posición, a priori, más favorable para tejer alianzas, le permitió salir con vida del arriesgado adelanto electoral con el que respondió a la debacle de la izquierda en los comicios locales de mayo.
“Convoqué las elecciones anticipadas porque creía, como he creído siempre, que teníamos como sociedad que decidir qué rumbo tomar”, aseguró ayer al celebrar los resultados con unos eufóricos simpatizantes socialistas en Madrid.
El líder del PSOE -apodado “El Guapo” al comienzo de su carrera- ya había sido dado por muerto políticamente varias veces estos últimos años. Pero, hasta ahora, siempre había logrado darle la vuelta.
Pedro Sánchez “tuvo que adaptarse a las situaciones”, resume Paloma Román, politóloga de la Universidad Complutense de Madrid, quien describe a este padre de dos adolescentes, a la cabeza de la Internacional Socialista (IS) desde finales del año pasado, como un “superviviente” de perfil “pragmático”.
Pese a gobernar en minoría, durante su mandato consiguió impulsar un abanico de reformas, como la subida de casi 50% del salario mínimo, una reforma del mercado laboral destinada a reducir la precariedad, o la ley que rehabilita la memoria de las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y de la dictadura de Franco (1939-1975).
Pero el socialista tuvo que afrontar numerosas polémicas con la izquierda radical, además de las críticas por el apoyo que recibió su gobierno del partido separatista vasco Bildu, heredero de la vitrina política de ETA, que incomodaron incluso a sectores de su partido y afectaron a su imagen. Formaciones a las que este antiguo miembro del equipo del alto representante de la ONU en Bosnia deberá volver a seducir si pretende conformar una nueva mayoría para seguir gobernando.