Se elevan a más de 210 los muertos por las inundaciones en Valencia y el gobierno enviará más ayuda

Se realizaron 82 detenciones por saqueos en medio de la tragedia, contrastando con miles de personas que se desplazaron a las zonas afectadas para colaborar con las víctimas.

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Valencia tras las inundaciones
Paiporta (Valencia). La gente ayuda y camina por una calle llena de vehículos y escombros, tras las devastadoras inundaciones.
Foto: AFP.

AFP, EFE/ Valencia, Madrid
El gobierno español anunció ayer sábado que enviará 10.000 soldados y policías adicionales para la búsqueda de desaparecidos y distribución de ayuda en las zonas devastadas por las inundaciones, el “mayor desastre natural en la historia reciente”, que deja al menos 211 muertos.

“Hoy mismo llegarán a la provincia de Valencia 4.000 efectivos adicionales de las unidades militares y (...) a primera hora de mañana llegarán los 1.000 efectivos militares restantes”, que se unirán a los 2.500 soldados ya en la zona, anunció el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.

También se desplegarán 5.000 policías y guardias civiles, duplicando los agentes ya presentes, para garantizar la seguridad y evitar saqueos, que se han traducido en 82 detenciones, dijo Sánchez en un mensaje desde el Palacio de la Moncloa, tras presidir una reunión del comité de crisis.

El dirigente socialista, que calificó este evento del “mayor desastre natural en la historia reciente” de España y “la segunda inundación que más víctimas se ha cobrado en Europa en lo que va de siglo”, elevó el número de fallecidos a 211 ayer, la gran mayoría en la región de Valencia (este).

El gobierno advierte que el balance aumentará, ya que el número de desaparecidos sigue siendo elevado y todavía hay cuerpos atrapados entre las montañas de automóviles que se apilan en carreteras o en los estacionamientos.

Las tormentas del martes vertieron en unas horas una cantidad de agua equivalente a la que cae en un año. Las riadas destruyeron puentes, barrieron casas y arrastraron cientos de vehículos, que ahora dificultan el tránsito de los servicios de emergencia.

“Poca reacción”

Ante la creciente desesperación de la población, que sigue buscando a sus allegados o clama por agua o alimentos, Sánchez admitió ser “consciente de que la respuesta que se está dando no es suficiente”. Por igual, el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, que ha recibido críticas por la lentitud en la ayuda o por la tardanza en que fueron enviadas alertas a la población el martes, anunció una serie de medidas para reconstruir infraestructuras, garantizar viviendas para los afectados y evitar riesgos epidemiológicos tras las inundaciones.

“Los políticos prometen mucho y luego la ayuda llega cuando llega”, dijo Mario Silvestre, un residente de 86 años de la población de Chiva, con decenas de casas destruidas, y donde tampoco habían llegado soldados ayer sábado. Otros ciudadanos también han señalado que las reacciones de las autoridades son insuficientes.

Catástrofe

Sánchez garantizó que el gobierno “está listo” para seguir enviando recursos a Valencia. España ya inició “los trámites para solicitar la ayuda del fondo europeo de solidaridad”, agregó Sánchez, quien visitará las zonas afectadas junto a los reyes de España hoy domingo.

El dirigente se congratuló de que se haya recuperado el 94% del suministro eléctrico y la mitad de las líneas telefónicas en las localidades afectadas y retirado más de 2.000 vehículos “y cientos de toneladas de lodo y escombros”, lo que ha permitido reabrir algunas calles y carreteras. Precisamente, una de las prioridades del ejército, además de la búsqueda de desaparecidos, es reabrir vías para la entrega de ayuda.

La ola de solidaridad, con miles de personas desplazándose a las zonas más afectadas continuó ayer. Miles de voluntarios se presentaron en el lugar designado en Valencia y pusieron rumbo, con enseres de limpieza y artículos de primera necesidad, a municipios a algunos de los cuales todavía no han llegado los efectivos más especializados.

El Ayuntamiento de Barcelona mandó los primeros convoyes de emergencia; el de Sevilla coordinó el envío de 35.000 litros de agua potable, y la Comunidad de Madrid envió maquinaria pesada.

Lodo, barro y todos con destino incierto

Cientos de personas trabajan en el casco antiguo Paiporta, pueblo considerado el epicentro del temporal que azotó Valencia. Allí, en calles estrechas, se apiñan cientos de vecinos y voluntarios en una interminable lucha contra el barro.

Con 62 fallecidos hasta ahora, es el pueblo que más muertos ha registrado por las inundaciones y sus calles siguen inundadas de barro y lodo desde que lo arrasó el temporal el pasado martes.

En la enrevesada cuadrícula del casco viejo, más allá de para recoger a los muertos, aún apenas se ve personal de seguridad, solo llegaron amigos y voluntarios.

En la zona nueva, la presencia de la Unidad Militar de Emergencias (UME), del Ejército e incluso de Bomberos portugueses o policías locales de otros pueblos de la región ya es importante.

En las zonas agrícolas de Valencia el trabajo ‘a tornallom’ (en comunidad) hacía que unas familias acudieran a las alquerías (casas rurales) de otras a ayudar cuando hacía falta y así se trabaja ahora en Paiporta, aunque los resultados tardan en verse.

De momento lo que se ven son enormes acumulaciones de trastos, que a modo de trinchera dominan las calles, bien en su parte central o bien en uno de sus laterales. En el caos, hay cierta sensación de orden que hace apenas un día no existía.

En las calles algo más amplias, hay suerte y alguna excavadora puede hacer el trabajo gordo, en el resto, es labor de pico y pala. Todos con destino incierto.

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