El Wall Street Journal presenta hoy su historia, bajo el título "el espía ruso quiere que le devuelvan su antigua vida".

Durante más de 34 años, Vasenkov fue Juan Lázaro, un reportero fotográfico peruano, cinturón negro de karate y casado con una conocida y bella periodista televisiva peruana, Vicki Peláez, que en realidad trabajaba para los rusos como agente secreto.

Luego de un primer período en Lima, Vasenkov se trasladó a Nueva York con su esposa, y comenzó a trabajar como docente. Es allí que tuvo a su único hijo, Juan Lázaro Junior, que luego se volvió un pianista conocido.

Nadie sospechaba que en realidad se trataba de un espía ruso, hasta que el mes pasado fue desenmascarado junto a varios de sus colegas por el FBI, y deportado hacia su país natal, donde el premier Vladimir Putin -que en su juventud fue agente del KGB- le prometió un buen trabajo y un brillante futuro profesional.

El problema es que Vasenkov no quiere saber nada de estas propuestas, no quiere vivir en la fría Rusia y quiere volver a ser Juan Lázaro, para reunirse con su familia en Lima.

Esto, sin embargo, no será nada sencillo, ya que el verdadero Jun Lázaro cuya identidad fue usurpada por la inteligencia rusa, murió en Uruguay hace 63 años, siendo un niño de 3 años: Vasenkov usó su certificado de nacimiento para crearse una nueva identidad.

El Wall Street Journal habló en Uruguay con Élida Panizza Fuentes, media hermana del verdadero Juan Lázaro, que murió de fallo respiratorio en 1947, que se preguntó ¿Cómo pudieron hacer algo así?

En base a ANSA y Wall Street Journal