EFE, AFP
Estados Unidos rechazó ayer lunes que haya un “genocidio” en la Franja de Gaza, pero pidió a Israel que “haga más” para garantizar la protección de los civiles en el enclave palestino.
“Creemos que Israel puede y debe hacer más para asegurar la protección y el bienestar de los civiles inocentes. No creemos que lo que está ocurriendo en Gaza sea un genocidio”, declaró el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en una rueda de prensa.
Sullivan reiteró que Estados Unidos se opone a una operación militar a gran escala sobre Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, fronteriza con Egipto y donde se hacinan unos 1,4 millones de gazatíes, la mayoría que han huido de ataques israelíes en el resto del enclave.
“Creemos que sería un error lanzar una operación militar a gran escala en el corazón de la zona, lo que pondría en riesgo a un enorme número de civiles”, enfatizó Sullivan.
Muere empleado de ONU
Un miembro de los servicios de seguridad de la ONU murió ayer lunes en un ataque a su vehículo en Gaza. Se trata de “la primera baja internacional” de la ONU desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza en represalia por el ataque de Hamás del 7 de octubre, afirmó el secretario general, Antonio Guterres, recordando que allí ya habían muerto unos 190 empleados palestinos de la ONU, principalmente personal de la Agencia Palestina para los Refugiados (UNRWA). Ayer no se especificó la nacionalidad del empleado fallecido.
Independencia
Israel dio ayer comienzo a las celebraciones del Día de la Independencia, la conmemoración del 76 aniversario de su constitución como Estado, en una jornada que se verá marcada por “un enorme dolor y pérdida”, declaró el presidente, Isaac Herzog.
El jefe de Estado llamó en un vídeo a la población judía no sólo de Israel, sino de todo el mundo, a “seguir alzando las voces y luchar por lo que importa, por la inmediata liberación de los rehenes”, de los cuales 128 siguen en Gaza -36 de ellos muertos, según las autoridades israelíes.
El ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre, en el que la organización terrorista mató a unas 1.200 personas y secuestró a más de 200, transformó la agenda de la jornada, habitualmente festiva, en una sucesión de actos solemnes que recuerdan la masacre.
El Día de la Independencia comenzó con el tradicional encendido de las antorchas, esta vez a manos de soldados, médicos y civiles que salvaron a otras personas el 7 de octubre, y que tuvo lugar en las comunidades fronterizas con la Franja de Gaza.
La ceremonia se emitió en un vídeo grabado con anterioridad y sin audiencia, para enfatizar el carácter solemne de este 76 aniversario frente al habitual ambiente festivo, en el que las calles se abarrotan de gente celebrando por la noche y de pícnics en los parques durante el día.
“Este no es un Día de la Independencia ordinario. La guerra continúa. Nos la impusieron en un día negro de horrorosa masacre”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.