AFP
El expresidente de Estados Unidos y premio Nobel de la Paz Jimmy Carter, cumplió ayer martes 100 años.
El demócrata, a la cabeza de Estados Unidos entre 1977 y 1981, celebró su cumpleaños en su ciudad natal de Plains, en el estado de Georgia. Según un diario local, lo hizo rodeado de familiares en su casa, donde recibe cuidados paliativos desde febrero de 2023.
En un video publicado en la red social X, el presidente Joe Biden dijo que su “querido amigo” era “uno de los estadistas más influyentes” de la historia de Estados Unidos.
“Su visión esperanzadora de nuestro país, su compromiso con un mundo mejor y su inquebrantable creencia en el poder de la bondad humana siguen siendo una luz que nos guía a todos”, afirmó.
Carter centró su mandato en los derechos humanos, la justicia social y los valores democráticos.
Su política hacia América Latina fue un reflejo de ello. Su administración denunció los abusos de las dictaduras militares del Cono Sur, retiró el apoyo al régimen de Somoza en Nicaragua y se comprometió a devolver el Canal de Panamá a los panameños.
Carter asumió en 1977 al frente de un país que venía de la guerra de Vietnam, el escándalo de Watergate y una profunda recesión. Disfrutó de dos primeros años con altos índices de aprobación.
Fue entonces cuando convenció al Senado de que ratificara, en 1978, los tratados firmados un año antes con el mandatario panameño, el general Omar Torrijos, para que el Canal de Panamá volviera al país latinoamericano, algo que Carter describiría como su “batalla política más difícil”.
Un momento brillante de su mandato fueron los históricos Acuerdos de Camp David de 1978 entre Israel y Egipto, que finalmente condujeron a un tratado de paz al año siguiente.
También estableció relaciones diplomáticas con China y acordó con el régimen de Fidel Castro en Cuba la reapertura de las sedes diplomáticas bajo la forma de sección de intereses.
El final de su mandato quedó marcado por la toma de la embajada estadounidense en Teherán por islamistas radicales en noviembre de 1979, y el intento fallido de rescatar al medio centenar de estadounidenses cautivos en 1980. Fueron liberados el 20 de enero de 1981, el mismo día de la investidura de Ronald Reagan.
Su manejo de la segunda crisis petrolera, en 1979-1980, también recibió críticas. Las imágenes de autos haciendo fila en las gasolineras se asociaron durante mucho tiempo con “los años Carter”.
Tras su derrota en las urnas Carter supo reinventarse y se ganó el apodo del “mejor expresidente” de Estados Unidos.
Cuando dejó el poder a los 56 años fundó el Centro Carter. Supervisó decenas de elecciones en todo el mundo, desde México, Perú, Nicaragua y Haití hasta Timor Oriental, y viajó a Cuba en 2002, donde pronunció un discurso en español bajo la atenta mirada de Castro.
Carter sigue muy interesado en la política, según personas de su entorno, que aseguran que les ha dicho que quiere vivir “para poder votar por Kamala Harris”, en las elecciones del 5 de noviembre contra el republicano Donald Trump.