EFE, AFP
Estados Unidos, Japón y Corea del Sur ampliaron ayer viernes su cooperación y lazos económicos, inaugurando una nueva era de colaboración trilateral que se materializará entre otros en la creación de un “teléfono rojo” que facilite la comunicación directa entre ellos.
La decisión se tomó en la residencia presidencial estadounidense de Camp David, donde Joe Biden recibió a sus homólogos japonés y surcoreano, Fumio Kishida y Yoon Suk-yeol, en la primera cumbre que celebran dichos mandatarios.
“Nos reunimos en un lugar histórico para cerrar un momento histórico”, dijo Biden al final de la cita, la primera que el presidente convoca en Camp David desde el inicio de su mandato en enero de 2021.
La elección de Camp David tiene un fuerte simbolismo, ya que esta residencia está estrechamente vinculada a la historia de la diplomacia estadounidense y a las negociaciones de paz en Oriente Medio.
Ahora en los llamados “principios de Camp David” los tres países se comprometieron a expandir su cooperación trilateral y elevar su ambición compartida “a un nuevo horizonte”, en todo el Indopacífico “y más allá”.
“No estamos hablando de un día, una semana o un mes”, sino “de décadas” de cooperación, dijo Biden sobre este diálogo, muy criticado por China.
En una declaración conjunta, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur condenaron el “comportamiento peligroso y agresivo” y las reivindicaciones marítimas “ilegales” de China en la región del Indo-Pacífico, en un contexto de tensión entre Pekín y Filipinas sobre un atolón disputado.
“Nos oponemos firmemente a cualquier intento unilateral de cambiar el status quo en las aguas del Indo-Pacífico”, declararon en un comunicado conjunto los dirigentes de los tres países reunidos en una cumbre en Camp David, cerca de Washington.
“Reiteramos la importancia de la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán como un elemento indispensable de seguridad y prosperidad en la comunidad internacional”, dijo.
“No hay cambios en nuestras posiciones básicas sobre Taiwán y pedimos una solución pacífica de los problemas en el estrecho”, añadió.
“Juntos, defenderemos el derecho internacional, la libertad de navegación y una resolución pacífica de las disputas en el mar de la China Meridional. En segundo lugar, ampliamos nuestra cooperación económica para construir un Indopacífico que sea pacífico y próspero”, añadió Biden.
El Mar de China Meridional es una región que alberga unos 11.000 millones de barriles de petróleo y es objeto de disputa entre China, Taiwán, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam.
Su foco también se dirigió a Corea del Norte, al reafirmar su compromiso a favor de su “completa desnuclearización” y la creación de un grupo de trabajo para combatir los ataques cibernéticos del país.
Este nuevo capítulo de “amistad y unión”, resumió el primer ministro nipón, debería dar lugar a “una nueva era”, especialmente entre Tokio y Seúl, cuyos intercambios son menos frecuentes, aunque ambos países sí participan por separado en ejercicios militares con Washington.
Biden elogió la “valentía política” de sus invitados, que han trabajado para acercar posiciones entre sus países a pesar del doloroso pasado de la colonización de Corea del Sur por Japón.
Teléfono rojo
Los tres países pondrán en marcha un programa de ejercicios militares conjuntos durante varios años.
Según el asesor de seguridad de la Casa Blanca, Jake Sullivan, esta cooperación reforzada “no es una OTAN para el Pacífico”, que es una alianza de defensa mutua.
Estados Unidos, Japón y Corea del Sur se han comprometido asimismo a celebrar una cumbre de este tipo cada año.
Y a establecer un canal de comunicación de emergencia al más alto nivel, una especie de “teléfono rojo” en una región que vive bajo la amenaza del programa nuclear de Corea del Norte y teme una invasión de Taiwán por parte de China.
Esta línea directa evoca la emblemática noción del “teléfono rojo” utilizado entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría en el siglo XX.
Como cabe esperar, Pekín se opone a este nuevo diálogo. Su ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, lo dejó claro recientemente.
“No importa lo rubio que te tiñas el cabello o cuánto te afines la nariz, nunca puedes convertirte en europeo o estadounidense, nunca puedes convertirte en occidental”, declaró en referencia a Seúl y Tokio en un video compartido en los medios oficiales.
“Debemos saber dónde están nuestras raíces”, dijo el canciller chino. E instó a China, Corea del Sur y Japón a “trabajar juntos”.