Con información de El Tiempo/GDA
El número de inmigrantes que llegan ilegalmente a la frontera de Estados Unidos no ha parado de crecer y ya ha roto varios récords, según dieron a conocer las autoridades. En ese sentido, algunos estados se han visto sobrepasados y han decidido implementar medidas antiinmigrantes. El más reciente de ellos, Georgia, planea poner en marcha una ley contra los indocumentados, la HB 1105.

Los republicanos de la Cámara de Representantes de Georgia han respaldado un proyecto de ley que obligaría a todos los departamentos de policía a identificar a los indocumentados, para arrestarlos y deportarlos.

Entre las razones por las que se está respaldando esta medida, se encuentra el asesinato de Laken Riley, una estudiante de Enfermería, en el campus de la Universidad de Georgia. La policía arrestó al venezolano José Ibarra el viernes 23 de febrero por cargos de asesinato y agresión. Según las autoridades migratorias, el joven de 26 años ingresó ilegalmente a Estados Unidos en 2022, consignó el medio Los Angeles Times.

Otra de las medidas que planea implementar Georgia es establecer nuevos requisitos para que los funcionarios de prisiones comprueben ante el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), si una persona ingresó al territorio estadounidense de manera ilegal.

De aprobarse, el proyecto de ley permitiría acusar de un delito menor a los policías que no comprueben el estatus migratorio de los detenidos. Asimismo, se negaría la financiación estatal a cárceles y oficinas de sheriff que no cooperen con las políticas.

La HB 1105 pasó al Senado, donde primero deberá pasar por su Comité de Seguridad Pública.

Las políticas anunciadas han generado preocupación entre asociaciones en pro de los derechos de los migrantes, puesto que consideran que violaría las libertades constitucionales, además de fomentar estereotipos dañinos sobre los latinos y los indocumentados.

Por otra parte, políticos demócratas del estado han advertido que el proyecto de ley provocaría detenciones prolongadas, separaría a los padres nacidos en otros países de sus hijos estadounidenses y desataría la desconfianza hacia los inmigrantes.

Quienes están en contra de la implementación de esta política advierten que está basada en la falsa idea de que los inmigrantes ocasionan delincuencia y que si bien quieren que exista justicia, citan estudios que demuestran que los inmigrantes indocumentados tienen menos probabilidades de cometer crímenes.