La Nación/GDA
A finales de 2024 Andy Hanson aceptó una oferta laboral en una clínica de Fort Carson, en Colorado. Esto implicaba mudarse con toda su familia —su esposa Kristen, sus hijas Hannah y Adalyn, y sus dos gatos—, a Washington. Lo que parecía una mudanza normal terminó siendo una larga travesía para uno de los felinos, Sunny-Loo.
Todo comenzó como un día común de cualquier mudanza, con decenas de cajas apiladas, muebles envueltos y el ir y venir de los trabajadores que cargaban pertenencias en el camión. En medio de ese caos, la felina de pelaje anaranjado, asustada por el ruido y el movimiento, desapareció sin dejar rastro.
Al principio, sus dueños creyeron que se había escondido en algún rincón de la casa, como solía hacer cuando había visitas o situaciones estresantes. Pero, cuando llegó la hora de partir y Sunny-Loo no aparecía, la preocupación se convirtió en angustia. Con el vuelo a Colorado programado, la familia tuvo que tomar la difícil decisión de dejar Washington sin su querida gata y confiar en que algún vecino o amigo la encontraría pronto.

La más afectada de la familia fue la hija menor, Hannah
Si bien todos los integrantes de la familia sufrieron la pérdida, quien se vio más afectada fue Hannah, la hija menor del matrimonio que se encuentra dentro del espectro autista. La niña, desde sus primeros años de vida, generó una conexión única con su mascota que la ayudaba a calmarse en sus episodios de ansiedad. Por lo que además de perder a su mejor amiga, sus padres comenzaron a preocuparse por cómo podría afectarle esta situación a su condición.
“Es un gran apoyo para Hannah y su autismo, especialmente cuando tiene ansiedad. Es una gata que pasa la mayoría de las noches en la almohada de alguien, generalmente la de Hannah cuando se siente triste, enferma o ansiosa”, reveló el papá de la menor, sobre la relación que mantenían Hannah y Sunny -Loo.
Cuando finalmente los muebles llegaron al nuevo hogar, la familia comenzó a desempacar; entonces, ocurrió lo inesperado. Al mover un sofá, escucharon un débil maullido. Desesperados, lo desmontaron y encontraron a Sunny-Loo en su interior. La gata anaranjada se veía deshidratada y desnutrida, pero su respiración aún era muy fuerte.

Sin comida ni agua, el animal había sobrevivido más de 1600 kilómetros encerrado en un mueble en medio de un camión de mudanzas hermético. “No lo podíamos creer. Fue un milagro”, expresó Andy en diálogo con la emisora de televisión KKTV, que hizo conocida esta historia de película.
De inmediato, la gata fue llevada a la veterinaria, donde la especialista Erin Dixon quedó impactada por su resistencia. “Desde un punto de vista médico, no tengo explicación de cómo logró sobrevivir tanto tiempo en esas condiciones”, admitió. Sunny-Loo pasó tres días en cuidados intensivos antes de ser dada de alta y poder regresar con sus seres queridos.
Actualmente, el animal se encuentra completamente recuperado y disfruta de su nuevo hogar en Colorado con la familia Hanson, quienes siguen sorprendidos por su increíble odisea. Para Hannah, su reencuentro fue como un sueño hecho realidad. “No podía creer que realmente estuviera aquí”, confesó emocionada la pequeña, que agradeció a todas las personas que en Colorado hicieron lo imposible por encontrarla y a los médicos que pudieron recuperarla.
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