Huelga histórica en sector automotor estadounidense puede desestabilizar la industria y afectar la economía de EE.UU.

Se paralizan plantas de General Motors, Ford y Stellantis por salarios. “Por primera vez en nuestra historia, iremos a huelga a la vez en los “Tres Grandes’”, dijo el presidente del sindicato, Shawn Fain.

Compartir esta noticia
Huelga automotriz en Estados Unidos
Huelga automotriz en Estados Unidos.
Foto: AFP

EFE/AFP
El poderoso sindicato estadounidense United Auto Workers (UAW) inició ayer viernes una huelga en tres fábricas de autos clave en Estados Unidos, el primer paro simultáneo de trabajadores de los tres grandes fabricantes de Detroit: General Motors, Ford y Stellantis.

Tras el fracaso de las negociaciones, los trabajadores apostados en el exterior de una planta de Ford marcaron el inicio de la movilización con bocinazos en la medianoche del jueves.

“Esta noche, por primera vez en nuestra historia, iremos a huelga a la vez en los “Tres Grandes’”, dijo el presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, en una transmisión por internet un poco antes del plazo límite para llegar a un acuerdo. La movilización de los “Tres Grandes” gira-por-asia-joe-biden-busca-socios-para-contrarrestar-el-auge-de-china

Sin embargo, solamente 12.700 trabajadores pararon ayer viernes, según estimaciones del sindicato UAW, que representa a 150.000 empleados de este sector.

El UAW exige un aumento salarial del 36% en cuatro años, mientras que los tres fabricantes estadounidenses no han superado el 20% (Ford), según el gremio.

Los históricos gigantes de Detroit también se negaron a conceder días adicionales de vacaciones y a aumentar las pensiones, proporcionadas por fondos específicos de cada empresa.

Por su parte, los fabricantes declararon que están frustrados por no haber logrado un acuerdo e hicieron un llamamiento a los sindicatos para seguir negociando. “Estamos frustrados y decepcionados porque la empresa tenía una oferta muy competitiva sobre la mesa”, apuntó la directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, en una entrevista con CNN ayer.

“Nuestro equipo está listo para sentarse a la mesa y necesitamos que los líderes del United Auto Workers (UAW) regresen para que podamos resolver estos problemas y hacer que la gente vuelva a trabajar”, afirmó.

Ford, en tanto, dijo en un comunicado que está “absolutamente comprometido a alcanzar un acuerdo que recompense a los empleados y proteja la capacidad de Ford para invertir en el futuro”.

El grupo calificó la oferta que hizo al sindicato hace más de dos días como “históricamente generosa con aumentos salariales significativos” y otros beneficios.

En el caso de General Motors, la instalación de montaje de Wentzville (Misuri) se encuentra en paro; en Stellantis, la fábrica afectada es la de Toledo (Ohio); y el fabricante Ford, en tanto, sufrió una huelga en Wayne (Michigan) solamente en las operaciones finales de montaje y pintura, que igualmente son fundamentales.

El movimiento podría extenderse, subrayó Fain, quien instó a los aproximadamente 150.000 miembros del sindicato que trabajan para estos fabricantes a estar dispuestos a hacer huelga en función de la evolución de las negociaciones.

Las conversaciones entre sindicatos y patrones para elaborar los nuevos convenios colectivos por cuatro años comenzaron hace dos meses. Los empleados del sector exigen aumentos salariales y más beneficios, mientras que los fabricantes, que han registrado ganancias en los últimos años, apretaron las tuercas tras la crisis financiera de 2008.

Se trata de un conflicto social prolongado que podría tener consecuencias políticas para el presidente Joe Biden, cuya gestión de la economía recibe críticas, en particular debido a la persistente inflación.

“Forjar un acuerdo”

En campaña para la reelección en 2024, Biden se mueve en un terreno espinoso y debe hacer un equilibrio entre el apoyo expresado a los sindicatos y el temor sobre las consecuencias para la economía estadounidense de esta huelga.

Intentando calmar las aguas, el presidente habló por teléfono el jueves por la noche con Fain y los líderes de los constructores. Y ayer viernes afirmó que las ganancias corporativas “récord” que han tenido las compañías en los últimos años deberían compartirse con los trabajadores.

“Las empresas han hecho algunas ofertas importantes, pero creo que deberían ir más allá para garantizar que las ganancias corporativas récord signifiquen contratos récord para UAW”, afirmó el mandatario.

“Tengo la esperanza de que las partes puedan volver a la mesa de negociaciones para forjar un acuerdo en el que todos ganen”, dijo Biden, quien siempre se ha mostrado un férreo defensor de la labor de los sindicatos.

Según la consultora Anderson Economic Group (AEG), una huelga de diez días podría representar más de 5.000 millones de dólares en ingresos perdidos para la economía estadounidense.

General Motors emplea, según su sitio web, a 92.000 personas en Estados Unidos. Ha pagado 10.900 millones de dólares en salarios imponibles. Tiene 120 ubicaciones, poco más de 4.000 distribuidores y más de 5.700 proveedores en los que gastó 39.000 millones de dólares en 2022. En 2022, su facturación aumentó un 23% hasta los 157.000 millones de dólares y su beneficio neto cayó un 1% hasta los 9.900 millones.

Ford, creada hace 120 años, emplea a unas 177.000 personas, 86.000 de ellas en Estados Unidos, y se presenta como el mayor exportador estadounidense de automóviles. Fabrica las marcas Ford -en particular la camioneta F-150, el vehículo más vendido en el país durante décadas- y Lincoln. Casi el 80% de sus vehículos se ensamblan en Estados Unidos. Su beneficio neto alcanzó los 17.900 millones de dólares en 2022.

Stellantis, el grupo franco-ítalo-estadounidense, fabrica 14 marcas, entre ellas Ram Trucks, Jeep, Chrysler, Dodge, Peugeot, Alfa Romeo, Maserati, Opel, Peugeot y Fiat. Está establecida en más de 30 países y vende su producción en más de 130 mercados. Fruto de la fusión entre Fiat-Chrysler y la francesa PSA en 2021, cuenta con 264.000 empleados en todo el mundo. En 2022 registró un segundo año de beneficios récord, con una ganancia neta de 16.800 millones de euros.

La última huelga del sector, que se remonta a 2019, sólo afectó a GM. El paro duró seis semanas.

Además

Un nuevo mecanismo: varios paros a la vez

Tradicionalmente, UAW centra su esfuerzo negociador en uno de los tres grandes fabricantes de autos con el objetivo de arrancar el acuerdo más ventajoso para los trabajadores y utilizarlo como modelo con las otras dos empresas. Eso suponía que las huelgas se realizaban en una sola compañía. Durante las negociaciones de 2019, UAW declaró la huelga contra GM. Durante 40 días, 49.000 trabajadores del fabricante cesaron sus actividades, lo que le costó 3.800 millones de dólares.

Esta vez el nuevo presidente de UAW, Shawn Fein, cambió las reglas del juego y convocó, por primera vez en la historia, huelgas selectivas al mismo tiempo en algunas de las plantas de producción de las tres empresas. UAW está preparada para prolongar los paros: cuenta con un fondo de 825 millones de dólares que permitirá pagar 500 dólares a la semana a los trabajadores en huelga para que tengan ingresos el tiempo que dura la protesta.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

industria automotriz

Te puede interesar