Imputado, pero en campaña: Donald Trump usa su tercera causa penal como arma electoral para 2024

El expresidente de los Estados Unidos afirma desde hace meses que las acusaciones contra él son “falsas” y que Biden intenta por todos los medios hacer descarrilar la campaña de su rival político.

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Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos
Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos.
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EFE, AFP
El expresidente norteamericano Donald Trump está citado para comparecer hoy jueves ante una jueza en Washington DC para la lectura de cargos tras su imputación por sus presuntos intentos de revertir el resultado de las elecciones de 2020.

El exmandatario está citado para presentarse ante la magistrada Moxila Upadhyaya a las 16:00 hora local (17:00 hora de Uruguay) en el tribunal federal del Distrito de Columbia, donde se ubica la capital de Estados Unidos.

Upadhyaya le leerá los cargos, pero la jueza que se encargará del caso Trump es Tanya Chutkan.

Al igual que en las otras dos causas penales que afronta, no se espera que Trump sea detenido y, como ha hecho anteriormente, es posible que se declare no culpable de los cargos que se le imputan, ya que considera los procesos que hay en marcha contra él como “una caza de brujas”.

En la comparecencia de hoy, la jueza escuchará los argumentos de los fiscales y de la defensa, y podría establecer después las condiciones para que Trump quede en libertad.

Upadhyaya ha llevado varios casos relacionados con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

En este tipo de comparecencias, normalmente se toman las huellas del detenido y se le hace una foto policial, pero es probable que este último paso no ocurra con Trump dado que en las imputaciones previas no se le ha tomado ninguna instantánea de este tipo.

Por este caso, Trump ha sido acusado de cuatro cargos por su presunto intento de revertir el resultado de los comicios de 2020, que culminó con el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores: conspiración para defraudar a EE.UU., conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial y conspiración contra derechos.

Esta imputación penal se suma a otras dos que el expresidente ha afrontado en los últimos meses.

Pero la gravedad de los hechos que se le imputan ahora, en un año de vértigo judicial para el candidato del Partido Republicano, supera incluso las dos acusaciones anteriores. Ahora son cargos por asaltar los fundamentos de la democracia, en la institución que la representa, en un enloquecido y finalmente fallido esfuerzo por aferrarse al poder.

La Fiscalía imputó además a seis cómplices, sin revelar sus identidades. De todos modos, todo apunta a que uno de ellos es Rudolph Giuliani, exabogado personal de Trump y también implicado en la investigación sobre el intento de intervenir en los resultados en Georgia, que podría sustanciarse próximamente en una cuarta imputación. Una condena en esta causa, o cualquiera de las otras dos, no impediría a Trump presentarse a las elecciones o incluso ser reelegido presidente.

Campaña electoral

Trump convirtió ayer esta última inculpación en un tema de campaña para las presidenciales de 2024 y presumió de que “nunca antes había tenido tanto apoyo”.

“Esta inculpación sin precedentes contra un expresidente (¡de gran éxito!), el principal candidato, con diferencia, tanto en el Partido Republicano como en las elecciones generales de 2024, ha revelado al mundo la corrupción, el escándalo y el fracaso que han tenido lugar en Estados Unidos durante los últimos tres años”, afirmó en mayúsculas el millonario en su plataforma Truth Social.

“Nunca antes había tenido tanto apoyo en algo”, dijo. “Estados Unidos es una nación en declive, pero volveremos a hacerla grande, más grande que nunca”, añadió.

El expresidente afirma desde hace meses que las acusaciones contra él son “falsas” y que Biden intenta por todos los medios hacer descarrilar la campaña de su rival político.

A pesar de sus enredos judiciales, Trump cuenta con la lealtad de un amplio sector de su partido. Mantiene una ventaja sustancial en las encuestas para la nominación republicana, con mucha diferencia respecto a su rival más cercano, el gobernador de Florida Ron DeSantis.

Biden en la playa

“Ha sido cautivador”, dijo Joe Biden el martes poco después de que su predecesor fuera inculpado por tercera vez. Pero el presidente no se refería a los líos judiciales de su rival, sino a una película.

El demócrata de 80 años salía de ver “Oppenheimer”, después de cenar con su esposa Jill Biden en un restaurante del balneario de Rehoboth (Delaware, donde pasa sus vacaciones. La película de Christopher Nolan está dedicada a Robert Oppenheimer, el físico estadounidense que desarrolló la bomba atómica.

Biden ha declinado hacer comentarios sobre el caso Trump y los funcionarios gubernamentales subrayan que el Departamento de Justicia es independiente de la Casa Blanca.

Si se enfrentaran hoy, los candidatos a la reelección en noviembre de 2024 empatarían, con un 43% de apoyos cada uno, según la última encuesta, de la Universidad de Siena para The New York Times, publicada el martes antes de conocerse la tercera imputación del republicano.

En tanto, un 14% de los votantes registrados no optan por ninguno de los candidatos, y se muestran más proclives a la abstención o a un tercer aspirante.

O bien, a última hora, si superan la indecisión, por uno de los dos citados. Este grupo de indecisos, en general moderados, puede ser la clave para resolver la incógnita de quién ocupará la Casa Blanca a partir de 2025.

Ligeramente más favorables a Biden, los indecisos son críticos con Trump, al que acusan de “cometer graves delitos federales” (63% del grupo) y de “amenazar la democracia estadounidense” (59%). Esta tercera imputación contra el magnate les da la razón.

Cuatro cargos

Primero

Por este delito Trump podría afrontar una pena máxima de cinco años.

El gran jurado considera que conspiró para “alterar, obstruir y rechazar” el funcionamiento del Gobierno federal, a través de “la deshonestidad, el fraude y la mentira” de diversas maneras. Asegura que Trump y sus aliados hicieron a sabiendas “afirmaciones falsas” de que hubo fraude electoral para lograr que legisladores estatales y funcionarios electorales revirtieran “los resultados legítimos” de los comicios.

Trump y sus colaboradores organizaron listas “fraudulentas” de electores en siete estados claves (Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pensilvania y Wisconsin). “El acusado empujó a funcionarios en algunos estados a ignorar el voto popular, privar del derecho al voto a millones de electores, rechazar a votantes legítimos y causar la verificación y el voto de electores ilegítimos a favor del imputado”, señala el escrito.

La acusación describe que esto dio lugar a que esos electores “fraudulentos” se dieran cita el día de las elecciones para emitir un voto, descrito también como “fraudulento” por el gran jurado, a favor de Trump, y que firmaran certificados en los que de manera “falsa” aparecían como votantes legítimos.

Segundo y tercero

El gran jurado acusó también a Trump del delito de conspirar para obstruir un procedimiento oficial y del delito de obstruir o intentar obstruir un procedimiento oficial, ambos muy similares y con una pena máxima de prisión de 20 años.

Para sostener esta acusación, el gran jurado utiliza la misma evidencia que en el primer cargo, y denuncia que entre el 12 de noviembre de 2020 y el 7 de enero de 2021, un día después del asalto al Capitolio, Trump “intentó impedir e impidió de forma corrupta un procedimiento oficial, es decir la ratificación de los resultados electorales”.

Cuarto

El cuarto y último cargo es el de “conspiración contra derechos” que se aplica cuando más de dos personas se ponen de acuerdo para agredir a alguien que ejerce sus derechos constitucionales y que tiene una pena máxima de diez años de prisión.

El gran jurado consideró que Trump “conspiró a sabiendas” con otras personas para “herir, oprimir, amenazar e intimidar a personas que ejercieron un derecho garantizado en la Constitución”, en referencia al derecho al voto.

Perfiles del caso Trump

Una Jueza jamaiquina designada por Obama

Tanya Chutkan, la jueza elegida para presidir el juicio a Donald Trump por el asalto al Capitolio de 2021.

La jueza elegida para presidir el juicio a Donald Trump por el asalto al Capitolio de 2021, Tanya Chutkan, fue nominada por Barack Obama en 2014 y confirmada por unanimidad en el Senado. Ahora, tendrá que hacerse cargo de uno de los casos más polémicos de su carrera.

Chutkan ya ha juzgado a algunos de los seguidores de Trump que el 6 de enero de 2021 irrumpieron en el Capitolio, en ocasiones dando sentencias más duras de las que pedía la Fiscalía.

Chutkan fue la que permitió que el comité legislativo que investigó el asalto al Capitolio pudiera acceder a los registros de Trump.

La jueza nació en Jamaica y recibió su título en Economía en la Universidad George Washington. Después fue a la Escuela de Derecho de la Universidad de Pensilvania.

Durante más de una década trabajó como abogada defensora del Distrito de Columbia, antes de pasar a un bufete privado, en el que trabajó durante 12 años.

Un fiscal que no se deja arrinconar

Jack Smith, fiscal especial del Departamento de Justicia de Estados Unidos, designado para la investigación a Trump por el asalto al Capitolio de 2021.

Jack Smith se ha convertido en el hombre que podría hacer caer a Donald Trump. Smith, designado fiscal especial del Departamento de Justicia, está al frente de la investigación a Trump por el asalto al Capitolio de 2021 y los papeles clasificados hallados en su mansión de Mar-a-Lago.

No es la primera vez que lleva casos de alto calibre: durante las últimas dos décadas ha perseguido a funcionarios públicos internacionalmente, incluyendo condenas a criminales de guerra.

Entre 2010 y 2015, supervisó procesos de anticorrupción contra políticos estadounidenses. Smith, que acaba de cumplir 54 años, empezó su carrera judicial en 1994.

“Si yo fuera el tipo de persona que puede ser arrinconada buscaría otro trabajo”, afirmó en 2010, un año antes de su boda con la cineasta Katy Chevigny, productora del documental Becoming (Mi historia, 2020), sobre la ex primera dama Michelle Obama.

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