AFP, EFE
El expresidente demócrata Jimmy Carter trajo un breve momento de unidad nacional a un Estados Unidos dividido durante su funeral de Estado celebrado ayer jueves en la catedral de Washington.
El presidente Joe Biden pronunció la elegía fúnebre, como se lo pidió el propio Carter cuando se vieron por última vez hace cuatro años. “Tenemos la obligación de no dejar espacio para el odio y de plantar cara a lo que mi padre consideraba el mayor de los pecados, el abuso de poder”, dijo Biden a pocos días de que el republicano Donald Trump regrese a la Casa Blanca para un segundo mandato que se anuncia turbulento.
Los presidentes entrante y saliente dejaron de lado su rivalidad para despedir juntos a Carter, fallecido el 29 de diciembre a los 100 años en su Georgia natal.
Carter fue un cristiano “bautista blanco del sur que lideró los derechos civiles, un veterano condecorado de la Marina que negoció la paz, un brillante ingeniero nuclear que lideró la no proliferación nuclear, un granjero trabajador que defendió la conservación y la energía limpia, el presidente que redefinió la relación con el vicepresidente”, afirmó Biden.
Alabó su “fuerza de carácter”. “Hizo justicia, amó la misericordia y caminó humildemente”, comentó ante unas 3.000 personas, entre las que se encontraban, además de Trump, los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton.
Durante su intervención, Biden recordó que respaldó la candidatura presidencial de Carter de 1976 por su fuerte carácter. “La amistad con Jimmy Carter me enseñó que la fuerza del carácter es más que el título o el poder que tenemos”, declaró.
Biden, que tocó el féretro antes de ofrecer su panegírico, destacó la fe religiosa del expresidente: “A lo largo de su vida, nos mostró lo que significa ser un practicante de buenas obras y un siervo bueno y fiel de Dios y del pueblo”, dijo.
También señaló que Carter nunca dejó que la política “lo desviara de su misión de servir y cambiar el mundo”. “Mantengamos la fe en lo mejor de la humanidad y lo mejor de Estados Unidos. Así es, en mi opinión, la historia de vida de Jimmy Carter. La historia de un hombre que nació en una casa sin agua corriente ni electricidad y se elevó hasta la cima del poder”, agregó.
En la misma catedral neogótica ya se despidió a otros expresidentes estadounidenses: Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y George H. W. Bush.
El funeral se celebra días antes de otro momento de profundo cambio para Estados Unidos, con el regreso de Trump al despacho oval de la Casa Blanca.
Obama estrechó la mano y charló con el republicano. También hubo un breve momento de distensión entre Trump y su exvicepresidente Mike Pence, que se dieron un apretón de manos. Es la primera vez que se les ve saludarse así públicamente desde los disturbios en el Capitolio de 2021, cuando Pence se negó a respaldar las falsas afirmaciones de Trump de que había ganado las elecciones de 2020.
Carter fue enterrado ayer jueves por la tarde en Georgia, donde descansan los restos de su esposa Rosalynn, con quien estuvo casado durante 77 años. Varios nietos de Carter le rindieron tributo en el púlpito, cerca del ataúd, cubierto con una bandera estadounidense.
Carter, que cumplió un solo mandato antes de su derrota ante el republicano Ronald Reagan en 1980, era considerado ingenuo y débil en los círculos políticos de Washington, e incluso en su propio partido.
Pero con el paso de los años la imagen que se tenía de él fue cambiando gracias a sus logros, como la negociación de un acuerdo de paz entre Israel y Egipto. En 2002 se le reconoció con el Nobel de la Paz.
Su política hacia América Latina fue un reflejo de sus esfuerzos por la paz y la defensa de la democracia. Su administración denunció los abusos de las dictaduras militares del Cono Sur, retiró el apoyo al régimen de Anastasio Somoza en Nicaragua y se comprometió a devolver el Canal de Panamá a los panameños.
El final de su mandato quedó marcado por la toma de la embajada estadounidense en Teherán por islamistas radicales en 1979 y la segunda crisis petrolera.
Sintonía entre Trump y Obama
Donald Trump mostró sintonía con Barack Obama durante el funeral de Estado de Jimmy Carter. El republicano fue uno de los que más atención acaparó a su llegada a la Catedral Nacional de Washington. Uno de los momentos que más sorprendió antes de que empezara la misa, fue la sintonía entre Trump y Obama, que se sentaron juntos y estuvieron hablando de manera distendida y hasta se les vio reír juntos.
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