EFE
Un día antes del tercer aniversario del asalto al Capitolio, el presidente estadounidense, Joe Biden, retomó su campaña electoral con una encendida defensa de la democracia y fuertes críticas a su antecesor, Donald Trump, a quien le recordó en repetidas ocasiones que en los anteriores comicios él fue “el perdedor”.
“En este inicio de año electoral, debemos ser claros: la democracia está en juego. Nuestra libertad está en juego. La democracia estadounidense seguirá siendo la principal causa de mi presidencia”, dijo cerca de Filadelfia, en Pensilvania, en la primera intervención de su campaña este 2024.
Biden se pronunció tras haber visitado el valle de Forge, el enclave en el que el expresidente George Washington ubicó el campamento de invierno del Ejército Continental revolucionario en 1777, durante la guerra de la Independencia, cuando era entonces el comandante en jefe de esas tropas.
Fue el lugar en que Washington dijo a sus militares que su causa era “sagrada” y Biden se hizo eco de ese discurso tomando el “sagrado voto” de defender la democracia en Estados Unidos, que este noviembre celebra de nuevo elecciones presidenciales.
“Su misión estaba clara: libertad, no conquista ni dominación. Independencia nacional, no gloria individual. Estados Unidos se hizo una promesa: nunca más”, dijo Biden del exgeneral y excomandante estadounidense.
El foco de su discurso, según advirtió al principio, fue “tremendamente serio” y giró en torno al ataque del 6 de enero de 2021 y a sus implicaciones. “Es un día grabado en nuestra memoria porque casi perdemos Estados Unidos. ¿Sigue siendo la democracia una causa sagrada? Esa es la cuestión más urgente de nuestro tiempo. La campaña de Trump trata de él, no del país. Está obsesionado con el pasado, no con el futuro”, sostuvo Biden.
Ese 6 de enero, según añadió, por primera vez en la historia del país “hubo insurrectos que se presentaron para parar el traspaso de poder”, mientras “el mundo entero” miraba lo que sucedía “con incredulidad”, al tiempo que Trump no hacía “nada”.
El expresidente republicano, según insistió, “perdió recuento tras recuento y un Estado tras otro”. “Seamos claros sobre esas elecciones: Trump agotó todas las vías legales disponibles para darles la vuelta a los resultados y todas ellas solo han llevado a la verdad, que yo gané y él es un perdedor”.
“La violencia política nunca es aceptable”, afirmó advirtiendo que no permitirá ni a Trump ni a sus seguidores más radicales que el país le dé la espalda a la democracia. “Me niego a pensar que en 2024 los estadounidenses elijan alejarse de lo que nos ha convertido en la nación más grande de la historia del mundo”, añadió.
Para Biden, el “asalto de Trump a la democracia no es solo parte de su pasado, es lo que promete para el futuro”.
“Él mismo lo ha dicho: será un dictador desde el primer día. (...) No hay confusión sobre lo que pretende hacer”, recalcó sobre el político republicano, a quien le recriminó que su retórica se asemejara a la de la Alemania nazi.
Es habitual que, como ahora cerca del valle de Forge, el actual mandatario utilice lugares históricos para reforzar sus intervenciones en momentos clave: en agosto de 2022, por ejemplo, habló sobre la “batalla por el alma” del país en el Independence Hall de Filadelfia, un edificio considerado como la cuna de la democracia de Estados Unidos.
Biden fue escuchado, entre otros, por voluntarios de los comicios de 2020, así como por jóvenes a quienes el asalto al Capitolio les motivó para entrar en política. Desde ese ataque, según indicó este viernes también, en una intervención aparte, el fiscal general estadounidense, Merrick Garland, 1.250 personas han sido imputadas, se ha condenado a cerca de 890 y el departamento de Justicia promete hacer que “rindan cuentas” todos sus responsables.
Entre los imputados en el marco de ese asalto está el propio Trump, objeto de dos procesos penales en Washington DC y en Georgia por sus intentos por revertir.
A los asistentes este jueves para apoyar a Biden, según precisaron a EFE fuentes de su campaña, hubo también sindicalistas. Biden presume de ser el presidente más sindicalista de la historia estadounidense y el pasado septiembre fue el primer líder del país en sumarse a unos piquetes, en aquel caso a los protagonizados por el sector automovilístico.
La guerra, su edad y otros obstáculos
Algunos demócratas han criticado a Biden por haber tardado en arrancar la campaña. El presidente no ha logrado convencer a los votantes de que la economía mejora y tiene otros obstáculos por delante.
Por ejemplo, la migración a través de la frontera con México, la división en su partido por su apoyo a la guerra de Israel contra el movimiento islamista palestino Hamás o el bloqueo en el Congreso a su petición de más fondos para Ucrania. Pero quizá la mayor vulnerabilidad del presidente sea su edad, sobre todo, después de una serie de caídas y de desatinos en público.
Trump adelanta a Biden en varias encuestas y el índice de aprobación entre la opinión pública del presidente demócrata es catastrófico.
“Si las elecciones se celebraran mañana, el presidente Biden perdería”, declaró a la AFP William Galston, investigador de la Brookings Institution.
Empieza a agitarse la interna republicana
Dos dirigentes republicanos que disputan un distante segundo puesto detrás de Donald Trump en su carrera por la candidatura del partido atacaron al expresidente de Estados Unidos el jueves, días antes de la primera votación en el proceso de nominación a la Casa Blanca.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la exembajadora ante la ONU bajo la administración Trump Nikki Haley, criticaron abiertamente al expresidente Trump en CNN 11 días antes de la primaria republicana en Iowa.
En entrevistas con votantes organizadas por CNN en Iowa, ninguno mencionó al otro, pero ambos se presentaron a sí mismos como más aptos que Trump para derrotar al presidente demócrata Joe Biden en noviembre. El magnate de 77 años, que lidia con cuatro procesos por delitos penales, se enfrenta al juicio de los votantes por primera vez desde que abandonó la Casa Blanca en 2021 en medio de un caos.
“La realidad es que el caos persigue a Trump”, dijo Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, la única mujer en la carrera republicana y la nueva favorita de la derecha estadounidense.
“No podemos (...) pasar cuatro años más en el caos”, insistió. “No sobreviviremos”.
Tras destacar que las encuestas la dan como clara ganadora si llegara a enfrentar a Biden, dijo que “es hora de ir más allá del presidente Trump y de empezar a centrarse en cómo fortalecer a Estados Unidos”.
DeSantis afirmó a su vez que los electores republicanos no quieren “un referéndum sobre Trump y el pasado”.
“Lo que ustedes quieren es un referéndum sobre los fracasos de Biden, sobre nuestra visión positiva de este país. Eso es lo que estoy proponiendo”.
DeSantis también criticó a Trump por no haber hecho campaña en Iowa. “No quiere aparecer en el escenario del debate”, señaló.
Según el último sondeo publicado en el diario local Des Moines Register, en Iowa, Trump cuenta con el apoyo de 51% de los electores republicanos, ocho puntos más que en octubre. Iowa cuenta con apenas 3,2 millones de habitantes, es decir, menos del 1% de la población de Estados Unidos, pero ocupa un lugar especial en la escena política estadounidense por ser el primer Estado en votar.