Beatriz Pascual Macías/EFE
El patriotismo está viviendo un renacimiento en el Partido Demócrata. La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha logrado recuperar símbolos que durante mucho tiempo parecían estar en manos del Partido Republicano, como la omnipresente bandera estadounidense, el camuflaje militar y, sobre todo, un concepto de libertad más conservador.
En su mítines, las banderas de Estados Unidos ondean con fuerza, acompañadas por cánticos de "¡U-S-A, U-S-A!" que, hasta hace poco, solo se oían en los eventos del expresidente Donald Trump. También resuenan himnos como "Born in the USA" de Bruce Springsteen y "Small Town" de John Mellencamp.
Entre los asistentes abundan gorras, no las rojas de Trump, sino de camuflaje (vinculadas a la conservadora "América profunda" que popularizó la serie "Duck Dinasty") y con el lema "Harris-Walz" en letras naranjas.
Este estilo, típicamente vinculado a los republicanos, ha sido adoptado por los demócratas desde que Harris eligió como su compañero de fórmula al gobernador de Minesota, Tim Walz, conocido por su afición a la caza y que acumula 24 años de experiencia militar.
Cada ciclo electoral tanto demócratas como republicanos intentan apropiarse de los símbolos patrióticos para demostrar que representan mejor los valores de un Estados Unidos tradicional y conservador.
Sin embargo, los demócratas han tenido históricamente dificultades en transmitir este mensaje, dejando un vacío que Trump llenó en 2016, utilizando gestos como abrazar la bandera para reforzar su imagen de devoción al país.
Tras años de lucha, los demócratas han encontrado la fórmula para contrarrestar ese mensaje: la idea de libertad, explica a EFE Michael Cornfield, profesor de Política en la Universidad de Georgetown.
Durante décadas, los republicanos han defendido la libertad individual frente a las restricciones del Gobierno. Ahora Harris ha retomado este concepto, pero lo ha adaptado a su agenda, defendiendo la libertad de las mujeres para decidir sobre sus propios cuerpos frente a las restricciones al aborto en varios estados.
Libertad como bandera
Con la canción "Freedom" de Beyoncé como parte de la banda sonora de su campaña, Harris defiende la libertad en varios frentes: la libertad de los estadounidenses para acceder a las mismas oportunidades económicas y la de los niños para ir a la escuela sin miedo a morir en un tiroteo.
"La palabra 'libertad' es la que más se repite en los mítines de Harris y Walz, junto a conceptos como comunidad, futuro y alegría", asegura Cornfield.
De este modo, los demócratas están reclamando un patriotismo optimista, basado en la idea de unir a los estadounidenses y avanzar hacia un futuro mejor, en contraposición con la retórica de "nosotros contra ellos" de Trump y sus intentos por demonizar a los migrantes.
Según señala a EFE la estratega demócrata Lanae Erickson, el objetivo de la campaña de Harris es demostrar que los demócratas son los "verdaderos patriotas" y, para ello, se apoyan en las palabras de Trump.
En cada mitin, Harris recuerda el papel que Trump tuvo en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y cómo ha insinuado que "terminaría" con la Constitución y que gobernaría como un dictador el primer día.
"Nosotros amamos a nuestro país", proclama Harris. "Una de las formas más elevadas de patriotismo es luchar por los ideales de Estados Unidos", señaló en un acto reciente en Pensilvania, instando a los votantes a acudir en masa a las urnas para proteger la democracia.
Un patriotismo fuerte
Además de apelar al amor por el país, Harris ha intentado arrebatar a los republicanos el monopolio del patriotismo con una imagen de halcón y un lenguaje militarista. Por ejemplo, en la convención demócrata prometió que, como comandante en jefe, se asegurará de que "EE.UU. mantenga la fuerza de combate más poderosa y letal del mundo".
Desde entonces, ha ganado el respaldo de más de 700 ex altos cargos militares y de seguridad, tanto demócratas como republicanos.
También ha estrechado lazos con figuras republicanas críticas con Trump, como la excongresista republicana Liz Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney (2001-2009) y quien lideró la investigación en el Congreso sobre el asalto al Capitolio.
Este mes, ambas compartieron escenario en Wisconsin, rodeadas de carteles que proclamaban "Country over Party" (la nación sobre el partido) y donde Cheney apeló al deber de todos los estadounidenses para defender los valores de EE.UU. en las urnas.
En una contienda donde cada voto cuenta, Harris espera que su mensaje resuene entre republicanos e independientes, que históricamente han mostrado mayor orgullo por su país.
Una encuesta de Gallup publicada en 2022 mostró que el 60% de los republicanos se sentían "extremadamente orgullosos" de ser estadounidense, frente al 29% de los demócratas. Si Harris logra atraer a una fracción de ese grupo, su camino a la victoria podría estar más cerca.
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