The New York Times
La investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos no es solo una restauración del poder para el exmandatario. También marca el regreso de su familia a la escena pública. Se fueron de Washington hace cuatro años, distanciados de muchos de sus antiguos amigos y conocidos de la ciudad de Nueva York debido a su trabajo en el gobierno. Regresan a Washington con más apoyo político y cultural, y una comprensión mucho mejor de cómo ejercer su poder blando.
Por supuesto, todos son también un poco mayores. Barron Trump, que estaba en la escuela cuando Trump asumió la presidencia en 2017, ahora es un estudiante universitario de primer año en la Universidad de Nueva York. Durante la ceremonia de investidura del lunes, destacó por su altura detrás del hombro del presidente, sentado junto a su madre, Melania.
La nueva primera dama fue tanto visible como inescrutable, vistiendo un traje azul marino de corte impecable y un gran sombrero estilo boater que ocultaba sus ojos. La señora Trump, que se retiró en gran medida del ojo público después de dejar la Casa Blanca, planea unirse a su esposo en Washington, y participar en un documental para Amazon.
“Esta vez tengo todo, tengo los planes”, dijo Melania en una entrevista en Fox News la semana pasada. “Ya empaqué. Ya seleccioné los muebles que deben ir. Esta transición es muy diferente a la anterior”.
Los lazos familiares se extienden a los suegros de Trump. El presidente eligió a Charles Kushner, el padre de su yerno Jared Kushner, para que fuera el próximo embajador de Estados Unidos en Francia. Nombró a Massad Boulos, cuyo hijo está casado con la hija de Trump, Tiffany, como asesor para Oriente Medio.
No todo el mundo es más visible que hace cuatro años. Cuando Trump prestó juramento, sus cuatro hijos —Donald Jr., Eric, Ivanka y Tiffany— se reunieron a su alrededor para celebrar su victoria.
Donald Jr., que se ha convertido en un canal clave para llegar a la base de apoyo de su padre, parece dispuesto a seguir desempeñando su papel de guardián de la llama política de Trump. A principios de este mes, viajó a Groenlandia en lo que parecía ser un intento de apoyar la amenaza de su padre de comprar la isla.
Eric seguirá a cargo de la empresa familiar como vicepresidente ejecutivo de Trump Organization. Su esposa, Lara, recientemente renunció a su cargo de copresidenta de la Convención Nacional Republicana.
Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, fueron asesores clave durante el primer mandato de Trump, con oficinas en el Ala Oeste. Esta vez, la pareja planea permanecer en su lujosa mansión de Miami, a donde se retiraron después de que Trump perdiera en 2020. La política, dijo Ivanka Trump en una reciente entrevista en un podcast, es un "negocio muy oscuro y negativo".
La pareja no escapará del todo a la luz pública. Kushner dirige actualmente un fondo de capital privado de 3.000 millones de dólares financiado por los gobiernos de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, así como por Terry Gou, el multimillonario taiwanés y fundador de Foxconn, el mayor fabricante de productos electrónicos del mundo. Es probable que sus vínculos den lugar a un flujo constante de preguntas sobre si la pareja está recibiendo un trato especial por parte de los gobiernos extranjeros, dada su proximidad al presidente.
“Obviamente, el mundo será diferente para nosotros en los próximos cuatro años si su padre es presidente”, dijo Kushner en octubre. “Pero, ya saben, de cualquier manera, nuestra vida seguirá avanzando”.
Por Lisa Lerer
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