La Nación/GDA
Los Jardines de la Torre Bok (o Bok Tower Gardens, en inglés) es un lugar que a la vista, parece inspirado en un cuento de hadas. A tan solo tres horas de la ciudad de Miami, en la Florida, Estados Unidos, se encuentra un oasis de tranquilidad, con una majestuosa torre, su campanario y sorprendentes paisajes naturales.
Ubicados en Lake Wales, los Jardines de la Torre Bok son un refugio natural donde la historia y la belleza paisajística se unen. Desde su inauguración en 1929, millones de personas miles de personas recorren cada año sus jardines diseñados por el reconocido arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted Jr.
De acuerdo con el sitio web especializado TripAdvisor, este "mini pueblo" tiene la distinción de "lo mejor de 2024", según los viajeros. En total, acumula un puntaje de 4,5 puntos de 5, entre más de 2.000 opiniones. Además, fue posicionado en el número uno de las 24 cosas que hacer en Lake Wales.
El lugar fue creado por Edward W. Bok, un magnate de la prensa del siglo XX que emigró a los Estados Unidos desde los Países Bajos a los seis años. El parque fue un regalo al pueblo del país que lo recibió cuando era niño y donde vivió el resto de su vida: un lugar capaz de inspirar a las personas a través de la naturaleza, el arte y la arquitectura.
La Torre Cantante, una joya de la arquitectura en la Florida
En el centro de los jardines se distingue la imponente Torre Cantante (The Singing Tower, en inglés), un carillón de estilo art decó y neogótico de 63 metros de altura. Se trata de un conjunto de 60 campanas de distintos tonos, conectadas a una especie de teclado. El intérprete de este particular instrumento se conoce como carillonneur. Cada día se ofrecen conciertos que resuenan a lo largo del paisaje, creando una atmósfera mágica que recuerda los castillos de los cuentos infantiles.
Según su descripción, los visitantes pueden disfrutar de las melodías durante 30 minutos, todos los días a las 13:00 y a las 15:00. Frente a la también llamada "torre cantarina", en medio de la vegetación, hay un banco y una pantalla que permite ver al músico que hace sonar a las campanas, lo que añade un toque especial a la experiencia.
El diseño de la torre y sus jardines crea una sensación de estar dentro de un mundo paralelo, casi como si se hubiera entrado en el de Rapunzel, la princesa de larga cabellera rubia que cobró vida en la película animada de Disney.
Lo que convierte a los Jardines de la Torre Bok un lugar especial es su capacidad de ofrecer una experiencia distinta en cada visita. Las flores y plantas cambian según la temporada, por lo que al recorrer sus senderos pueden encontrarse paisajes completamente nuevos.
Desde los gigantescos nenúfares Victoria cruziana, que llegan a los dos metros de diámetro, hasta la linterna de piedra japonesa que adorna uno de los rincones más tranquilos del lugar, siempre hay por descubrir.
Otro de los atractivos de este destino es la finca "El Retiro", una mansión de estilo mediterráneo con 20 habitaciones que está abierta al público para visitas autoguiadas. Esta construcción, ubicada entre los jardines, ofrece un vistazo al lujo y la tranquilidad que solía disfrutarse en épocas pasadas. La casa, con su arquitectura elegante y vistas impresionantes, complementa perfectamente el entorno natural de los jardines.
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