EFE
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exigió que la obispa que ofició una ceremonia religiosa por su investidura presidencial le pida disculpas al "público" asistente por haberle solicitado desde el púlpito que tenga misericordia con los niños, los inmigrantes y la comunidad LGTBQ+.
En un mensaje colgado en su red Truth Social, Trump, que cuatro años después de finalizar su primer mandato regresó a la Casa Blanca el lunes 20 de enero y ese mismo día firmó una serie de decretos entre los cuales está la orden para iniciar deportaciones masivas de inmigrantes irregulares, arremetió contra la obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde, a la que acusó de ser una anti-trumpista radical.
La reacción del presidente de EE.UU.
Las cámaras registraron la cara de desagrado que puso el presidente al escuchar a la oficiante de la ceremonia de oración celebrada en la Catedral Nacional de Washington el martes pedir compasión con los inmigrantes que Trump quiere devolver a sus países.
Bishop Mariann Edgar Budde: "The vast majority of immigrants are not criminals. They pay taxes and are good neighbors...may I ask you to have mercy Mr. President on those in our communities whose children fear that their parents will be taken away." pic.twitter.com/iXaHJrPsof
— CSPAN (@cspan) January 21, 2025
El mensaje de Trump a la obispa Mariann Edgar Budde por su pedido en una ceremonia religiosa
"La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical de izquierda que odiaba a Trump", escribió Trump en su plataforma Truth Social.
"Tenía un tono desagradable y no era convincente ni inteligente", agregó.
La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde pidió a Trump y al vicepresidente JD Vance tener "misericordia" con "los gays, lesbianas y niños transgénero", así como por los que "recogen nuestras cosechas y limpian nuestras oficinas; los que lavan nuestros platos en un restaurante o los que hacen los turnos de noche en los hospitales".
"Puede que no sean ciudadanos o puede que no tengan la documentación apropiada, pero la gran mayoría de los inmigrantes no son criminales", subrayó Budde.
Este tipo de servicio es una tradición desde 1993, cuando el nuevo presidente asiste a una ceremonia de oración la mañana siguiente a su toma de posesión.
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