EFE
La ciudad de Los Ángeles, devastada por vastos incendios en la costa oeste estadounidense, esperaba nerviosamente ayer que los fuertes y peligrosos vientos secos amainaran y dieran un respiro a los batallones de bomberos.
Los meteorólogos dijeron que el final podría estar cerca más de una semana después del estallido de los incendios, avivados por los vientos de Santa Ana, que provocaron al menos 25 muertos y arrasaron comunidades de las afueras de la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.
Habrá “una gran mejora para esta noche y mañana, aunque todavía habrá algunas áreas donde la preocupación es persistente”, dijo a la AFP Ryan Kittell, del Servicio Meteorológico Nacional estadounidense (NWS).
Partes del condado de Los Ángeles y del vecino Ventura permanecieron en estado de “Situación Particularmente Peligrosa”, una designación oficial que estaba en vigor antes de los incendios mortales de la semana pasada.
Puntos calientes
Los incendios de Eaton y el de Palisades, que juntos han quemado más de 40.000 acres (16.000 hectáreas), seguían ardiendo ayer.
Batallones de bomberos de todo Estados Unidos, así como de otros de respaldo llegados de México, estaban trabajando para controlar los puntos calientes que aún podrían arder, dijo a los periodistas la jefa de bomberos de la ciudad de Los Ángeles, Kristin Crowley.
“Los vuelos con infrarrojos de anoche indicaron que todavía hay numerosos puntos calientes ardiendo dentro de la zona del incendio, y se prestó mucha atención para abordar cualquier brote rápidamente y evitar que el fuego se propague fuera del perímetro”, resaltó. Con decenas de miles de personas aún desplazadas de sus hogares por los incendios, la vida estaba lejos de ser normal en esa metrópoli. Sin embargo los niños cuyas escuelas quedaron dañadas o aún están afectadas por órdenes de evacuación fueron acogidos en otras instituciones. El número confirmado de muertos por los incendios se mantuvo en 24, pero aún podría aumentar porque hay cientos de edificios por revisar.
Daños multimillonarios
Más de 12.000 estructuras han sido demolidas, incluyendo casas de varios millones de dólares en el barrio de Pacific Palisades.
Las estimaciones del coste final de la tragedia ascienden ahora a 275.000 millones de dólares, una de las más costosas de la historia de Estados Unidos.
Las autoridades federales iniciadron una investigación para esclarecer las causas de los incendios, mientras surgen teorías sobre quién fue el responsable.
“Sabemos que todos quieren respuestas, y la comunidad merece respuestas”, dijo José Medina de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), que asumió la tarea y prometió una “investigación exhaustiva”. El gobernador de California, Gavin Newsom, ordenó el martes que los equipos de remoción de escombros esperen ante posibles tormentas que podrían provocar deslizamientos de tierra.
Pero algunos vecinos de Palisades no se quedan de brazos cruzados y trabajan para retirar ellos mismos los escombros de calles y aceras.
Icónicas obras de Andy Warhol hechas ceniza
Al menos 30 obras de Andy Warhol y otras de autores como Keith Haring o Damien Hirst, pertenecientes a un galerista, se perdieron en los incendios. Y podría tratarse solo de la punta del iceberg ya que las aseguradoras temen que las pérdidas de patrimonio cultural sean una de las más graves de la historia de EE.UU. En la casa del galerista Ron Rivlin había cerca de 200 obras de arte, aproximadamente 30 piezas de Andy Warhol y docenas de otros artistas contemporáneos. Entre las obras perdidas se encuentran un grabado de Warhol de la reina Isabel II, varias piezas de las icónicas latas de sopa Campbell y otras piezas similares.
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