AFP, EFE
El mundo reaccionó ayer jueves al anuncio del miércoles del presidente Donald Trump de ponerle aranceles del 25% a todos los vehículos y sus componentes que no sean fabricados en Estados Unidos. El rechazo fue global.
Los nuevos aranceles empezarán a cobrarse el 3 de abril y se impondrán tanto a los coches como a las camionetas o camiones ligeros importados.
El objetivo es presionar a las compañías para que fabriquen en Estados Unidos.
México y Canadá, los socios de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), se ven muy afectados, al igual que Alemania, Corea del Sur y Japón. Según uno de los asesores de Trump, los aranceles se sumarán a las tasas preexistentes (habitualmente del 2,5%), con lo que los autos importados pasarán a tributar al 27,5% de su valor. En el caso de los vehículos eléctricos chinos, gravados desde agosto al 100%, los gravámenes aduaneros ascenderán al 125%.

El proyecto cuenta con una excepción: los vehículos ensamblados en México o Canadá estarán sujetos a un impuesto del 25% sólo sobre la parte de piezas sueltas que no procedan de Estados Unidos.
México envía más del 80% de sus exportaciones a EE.UU. a través del T-MEC, que se firmó durante el primer mandato de Trump de 2017 a 2021.
Diversos analistas han advertido que de imponerse los aranceles, la economía mexicana, la segunda más grande de América Latina, podría caer en recesión.
En realidad el 50% de los vehículos que se venden en Estados Unidos se fabrican en el extranjero y se utilizan componentes importados para la mitad de los que ensamblan en territorio estadounidense, según el asesor comercial de Trump, Peter Navarro.
México y Canadá se hallan además bajo la amenaza de tarifas aduaneras a todos sus productos una vez que el 2 de abril venza una prórroga de un mes concedida por el presidente republicano para incitarlos a extremar la lucha contra la migración ilegal y el tráfico de fentanilo.
El anuncio provocó fuertes caídas en las bolsas. Al cierre de Wall Street Ford perdió 3,8%, General Motors 7,34% y Stellantis 1,17%.

Más caros
Los aranceles que Trump ha impuesto al sector del automóvil pueden aumentar los precios de los vehículos que se venden en Estados Unidos una media de entre 4.000 y 15.000 dólares, según advirtieron analistas.
Cox Automotive, una firma especializada en el sector del automóvil, prevé que el precio de un vehículo totalmente producido en EE.UU. aumente unos 3.000 dólares mientras que los montados en México o Canadá duplicarán esa cifra a 6.000 dólares.
Cox Automotive también advirtió que para mediados de abril, las tarifas provocarán graves problemas a todas las plantas de producción de Norteamérica, por lo que la región fabricará 20.000 vehículos menos al día, lo que también influirá en el precio al reducir la oferta.
Bank of America estima una subida de al menos 4.500 dólares por vehículo, Bernstein de 6.700 dólares y Guggenheim de entre 6.000 y 7.000 dólares
Por su parte, la firma Goldman eleva a entre 5.000 y 15.000 dólares la subida de precios que sufrirán los vehículos importados mientras que los fabricados nacionalmente tendrán un aumento de 8.000 dólares.

“Respuesta integral”
México dijo ayer jueves que dará una “respuesta integral” el 3 de abril a los aranceles anunciados y que buscará un “trato preferente”.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, insistió en que el T-MEC impide los aranceles, pues esa es “la esencia del tratado comercial”, pero dejó la puerta abierta a la negociación.
El nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, asume que se abre una nueva era: “La vieja relación que teníamos con Estados Unidos, basada en la integración profunda de nuestras economías y en una cooperación estrecha en materia de seguridad y defensa, se terminó”.
Varios países han abierto la puerta a estudiar respuestas, como Francia, Canadá, Alemania o Japón. Trump amenazó a Canadá y a la Unión Europea con “aranceles a gran escala, mayores de los ya planeados” si trabajan conjuntamente “para causar daño económico a Estados Unidos”.
Las nuevas medidas enfadaron también a los fabricantes estadounidenses, e incluso a su asesor y jefe de Tesla, Elon Musk. “Para ser claros, esto afectará al precio de las piezas de los autos Tesla que vienen de otros países. El impacto en el coste no es trivial”, escribió Musk en X.
La asociación de fabricantes de automóviles estadounidenses pidió aplicar los aranceles “de forma que se evite un aumento de precios para los consumidores” y “se proteja la competitividad” de la industria. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump impuso aranceles a sus principales socios comerciales y también al acero y el aluminio, usados en la industria automotor.
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