El País de Madrid
Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos y será el próximo mandatario de ese país. Tendrá por delante importantes desafíos por resolver, desde las guerras en Ucrania y Oriente Próximo a la inmigración, pasando por el remate a la lucha contra la inflación.
Una vez que el ganador pueda comenzar el proceso de transición y tomar posesión del Despacho Oval, estos son los grandes asuntos para los que tendrá que ponerse manos a la obra:
Polarización
El nuevo presidente heredará un país profundamente dividido a partes casi exactamente iguales. Parte de su tarea deberá ser tratar de restañar las heridas y la profunda desconfianza entre demócratas y republicanos, tan extrema que incluso conduce de manera creciente a escoger el lugar de residencia según la afinidad política. Trump ha hablado de ser un “dictador” en su primer día de regreso en la Casa Blanca. En especial en las últimas semanas de campaña también ha amenazado con “venganzas” contra sus enemigos políticos, entre los que incluye a representantes del partido rival y a medios de comunicación.
Economía
La gran preocupación en términos absolutos para los estadounidenses es la economía. Un 44%, según una encuesta de You.Gov en octubre, está convencido de que hay un peligro inminente de “colapso económico”. Y, sin embargo, la salud económica del país parece difícil de mejorar. El PIB estadounidense es uno de los que más crece entre las economías avanzadas; la tasa de paro se sitúa en el 4,1% y a efectos prácticos el nivel es de casi pleno empleo; la inflación, que llegó a superar el 9% en la primera mitad del mandato de Biden, ya ha quedado bajo control. Pero, ante la percepción de los votantes, Trump promete la aplicación de aranceles a los productos extranjeros para forzar a las empresas a traer de vuelta la producción manufacturera a territorio estadounidense, y una rebaja generalizada de impuestos.
Política exterior
Entre las prioridades más urgentes que el nuevo inquilino de la Casa Blanca tendrá que asumir se encuentran Oriente Próximo y Ucrania. El conflicto entre Israel, de un lado, y Hamás, Hezbolá e Irán, del otro, ha arrasado Gaza, ha dejado más de 42.000 muertos en la Franja —la mayor parte, mujeres niños— y ya se ha extendido a Líbano, donde las fuerzas israelíes han invadido el sur del país.
La Administración del presidente Joe Biden ha tratado de mediar, sin éxito hasta el momento, para un acuerdo de algo el fuego que permita el intercambio de prisioneros entre Hamás e Israel y ponga fin a la guerra. El conflicto ha desempeñado un papel en la política interna de Estados Unidos, donde la comunidad árabe estadounidense y los grupos progresistas denunciaban el apoyo incondicional de la Casa Blanca a Israel, reclamaban el fin de la guerra o, cuando menos, el veto de Washington al suministro de armas a Israel como condición para apoyar a la candidata demócrata. Por su parte, Trump aseguraba que él es “el mejor amigo de Israel” y, aunque considera que la guerra debe acabar “lo antes posible”, también ha puntualizado que el conflicto debe terminar con la victoria israelí.
En Ucrania, el próximo responsable estadounidense tendrá que decidir si continúa el respaldo al Gobierno del presidente, Volodímir Zelenski, frente a la agresión rusa. Trump ha criticado la asistencia estadounidense a Kiev, elogia al autócrata ruso y asegura que acabaría con la guerra comenzada en febrero de 2022 en un solo día. Previsiblemente, esa solución pasaría por forzar a Zelenski a que acepte los términos rusos.
Además, el futuro jefe de Estado tendrá que hacer frente a lo que es la gran prioridad de fondo de la política exterior estadounidense, su rivalidad con una China en auge y el futuro de Taiwán, la isla autogobernada aliada con Washington y que Pekín considera parte de su territorio.
Derecho al aborto
En el terreno interno, el republicano tendrá que tomar decisiones de calado en torno a un asunto que, según las encuestas, era el asunto principal, o el segundo, para una mayoría de las mujeres votantes: el aborto. Harris había hecho de las libertades reproductivas una de sus grandes banderas de campaña, que defendió apasionadamente. Trump, aunque durante la campaña aseguró que no firmaría una prohibición nacional, ha elogiado al Tribunal Supremo que canceló ese derecho federal en 2022: él nombró a tres de sus nueve miembros. También ha afirmado que se convertirá en “protector” de las mujeres, “lo quieran ellas o no”.
Inmigración
Una de las grandes prioridades de los votantes en estas elecciones, en especial para los simpatizantes republicanos, que de manera sistemática la han enumerado como su primera o segunda preocupación. Ante el endurecimiento de la opinión pública sobre el problema, la Administración Biden ha adoptado a su vez medidas más contundentes, que entre otras cosas limitan la mayor parte de las solicitudes de asilo y paralizan su procesamiento si se superan las 2.500 entradas irregulares diarias durante una semana seguida.
El presidente electo, Donald Trump, amenaza con llevar a cabo “la mayor operación de deportaciones de la Historia” de Estados Unidos.