A un mes de que se reúna la convención del Partido Demócrata para oficializar la nominación de la fórmula para las elecciones de noviembre, el presidente Joe Biden no puede estar en peor momento para sostener su candidatura. Abajo en las encuestas luego de un debate del que salió claramente como perdedor, presionado cada vez más en su propio partido para que se baje de la reelección, mientras su rival republicano Donald Trump capitaliza haber sobrevivido a un intento de asesinato, Biden, de 81 años, está aislado en su residencia de Delaware con covid-19.

Además, en las últimas horas el influyente expresidente Barack Obama se sumó a las voces demócratas que creen que Biden debería reconsiderar su decisión de seguir en la carrera por la Casa Blanca.

En el bando del Partido Republicano, en tanto, todas son buenas noticias por ahora. El lunes, apenas dos días después del atentado en Pensilvania en el que una bala le hirió en la oreja derecha, Trump fue oficialmente proclamado candidato, y esa misma noche anunció un compañero de fórmula a su medida, el senador por Ohio James David Vance, de apenas 39 años, al que el propio expresidente definió como un “joven Abraham Lincoln” a quien hasta “la barba le queda bien”.

Trump, de 78 años, cerró anoche la convención republicana en Milwaukee con su discurso de aceptación de la candidatura, seguro de que ganará en noviembre.

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Citando fuentes del entorno de Barack Obama, el The Washington Post afirmó ayer jueves que el expresidente, todavía con gran incidencia entre los demócratas, cree que las posibilidades de victoria de Biden han disminuido, por lo que debe “considerar seriamente la viabilidad de su candidatura”.

Obama es el demócrata de más peso en unirse a un número creciente de voces que piden que Biden tire la toalla.

El rotativo capitalino, que cita a múltiples fuentes, explica que Obama en las últimas semanas ha estado profundamente involucrado en conversaciones sobre el futuro de la campaña de Biden, atendiendo llamadas de muchos demócratas nerviosos por la situación, incluida la influyente Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes.

Según medios de comunicación estadounidenses, los líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, han comunicado al presidente en sendas reuniones que su candidatura amenaza las posibilidades del partido en las elecciones de noviembre.

CNN asegura que Pelosi le dijo a Biden que las encuestas indican que no solo no ganará sino que puede hacer perder escaños a los demócratas.

En este contexto, varios demócratas de alto rango dijeron bajo anonimato a la plataforma Axios que creen que la creciente presión hará que Biden renuncie a su candidatura. No descartan que lo haga este fin de semana.

Por su lado, la cadena CBS, que cita a dos legisladores demócratas, apunta a que la polémica podría resolverse en los próximos tres o cinco días.

Sin embargo, hasta anoche el equipo de campaña de Biden mantenía la versión de que el presidente no se baja. “Sigue en la carrera”, aseguró a periodistas Quentin Fulks, responsable de la campaña. “Nuestro equipo no contempla ningún escenario en el que el presidente Biden no esté a la cabeza de la candidatura: es y será el candidato demócrata”, insistió.

En las primarias del Partido Demócrata, Biden recibió más del 87% de los votos, pero compitió sin rivales de peso.

Además de estas importantes figuras, las dudas sobre la candidatura de Biden también se sienten en el seno del Congreso. Hasta el momento, 23 legisladores demócratas, entre ellos 22 representantes y un senador, han pedido públicamente que el presidente abandone la carrera electoral y ceda el lugar a otro aspirante.

También se ha filtrado en las últimas horas que el congresista demócrata Jamie Raskin le pidió a Biden en una carta enviada el 6 de julio que reconsidere su candidatura a la Casa Blanca, informó ayer jueves The New York Times.

Los sondeos tampoco auguran buenas noticias para Biden. Según una encuesta de YouGov para CBS News publicada ayer jueves, Trump sacaría un 52% de los votos en las elecciones de noviembre contra un 47% de Biden, un incremento de tres puntos en la diferencia entre los dos respecto a su último sondeo del 3 de julio, que reflejaba un 50% a 48%.

Preguntados por la hipótesis de que sea la vicepresidenta Kamala Harris la candidata a la Casa Blanca, mejora los números de Biden aunque también perdería frente a Trump, con un 51% a 48%.

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El expresidente republicano está de suerte y saborea los reveses de los demócratas. No solo sobrevivió a un intento de asesinato el sábado 13 de julio, sino que se anuló el caso abierto contra él por una presunta mala gestión de documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca en enero de 2021.

Su influencia sobre el Partido Republicano es casi absoluta. Anoche aceptó formalmente su nominación como candidato presidencial en una fiesta en la que se soltaron decenas de miles de globos con los colores de la bandera estadounidense.

Y aunque tiene más causas judiciales pendientes, la Corte Suprema le dio recientemente otra alegría al reconocer que los presidentes de Estados Unidos gozan de una amplia inmunidad penal.

Anoche en su discurso de aceptación de la nominación republicana, Trump afirmó que “es necesario curar la división de la sociedad” y prometió ser presidente “de todo Estados Unidos, no solo de la mitad”.

Fue su primera intervención pública desde haber sido víctima de un intento de asesinato el sábado en Pensilvania y sus palabras coronaron la Convención Republicana, que el lunes había confirmado su nominación electoral.

Trump afirmó si no hubiera girado la cabeza cuando le dispararon el pasado sábado en estaría muerto.

“Si no hubiera movido la cabeza en ese último incidente, la bala del asesino habría entrado perfectamente y yo no estaría aquí esta noche”, dijo.

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