“Milei podría lograr un TLC con EE.UU. o solo bailar un tango con Melania Trump”, dijo analista uruguayo

Bartesaghi habló sobre qué se espera del nuevo gobierno estadounidense, los límites de su buena relación con Argentina y las dudas que se generan en torno a Brasil con un Lula más volcado a China.

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Conferencia de Accion Politica Conservadora
Javier Milei y Donald Trump.
Foto: AFP.

Donald Trump asume la presidencia de Estados Unidos con el desafío de “make America Great Again”, una agenda proteccionista y fuertemente antimigratoria, y un liderazgo que busca ser emulado en otras partes del mundo.

Las grandes preguntas que surgen son hasta qué punto muchos de sus enunciados son retórica o pasarán a la acción, qué giro le dará al rol de Estados Unidos en las dos guerras (Israel-Hamás y Rusia-Ucrania), qué tanto se enfrentará al régimen de Maduro en Venezuela y si, en la dupla con Milei, llegará a firmar un Tratado de Libre Comercio (TCL) entre EE.UU. y Argentina.

En diálogo con El País, Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica (UCU), sostiene que Trump ha regresado a la Casa Blanca fortalecido y dispuesto a grandes reformas, aunque el sistema norteamericano le podrá ciertas limitantes. El analista afirma que se darán tensiones entre Trump y los organismos internacionales, que no le son condescendientes, no ve a Europa como un gran aliado de esta nueva administración y, si bien la relación con Milei es buena, la concreción de un TLC parece lejana.

-¿Qué tan disruptivo podrá ser Trump en ésta, su segunda presidencia en EE.UU].?

-Pienso que Trump va a matizar necesariamente algunas de sus posiciones, porque el propio Estado estadounidense limita. Siempre hay que asumir que una cosa es el Trump presidente electo y otra, el Trump una vez que asume. Lo mismo sucedió en su primera presidencia, cuando todo el mundo imaginó que iba a ser mucho más disruptivo, y después no lo fue tanto. Ya hubo una brecha entre la retórica y la realidad, pero ahora, en su segundo mandato, esa brecha creo que va a ser menor porque regresa más empoderado, el mundo es otro y éste será su último tiro en la Casa Blanca.

-¿En qué sentido lo ve más fortalecido?

-El “American Great Again” tiene repercusión entre los estadounidenses después de un gobierno débil de Biden, y está más fortalecido también por los resultados electorales, por la recuperación que tuvo, incluso al superar los problemas legales que arrastraba y llegar así nuevamente a presidente. Hasta superó un intento de asesinato. O sea, hay todo un empoderamiento de Trump en un mundo que se ha vuelto más débil y caótico, sin soluciones a las guerras y a los grandes problemas. Por eso digo que vamos a ver a un Trump retórico pero igual más disruptivo en sus políticas que en su primera administración.

-¿En qué podría haber continuidad en relación a la administración Biden y en qué se separaría más?

-El proteccionismo de Estados Unidos vino para quedarse, es estructural y ahora Trump lo va a llevar al máximo para presionar sus negociaciones con otros países. La puja geoestratégica con China también aumentará. Los organismos internacionales seguirán sin resolver sus problemas, o se van a profundizar con Trump, quien no es devoto a éstos. Se espera que Trump sea más disruptivo en su rol en la guerra en Medio Oriente, porque el acuerdo de paz entre Israel y Hamas de estos días no es algo definitivo. Lo mismo ocurre con la guerra en Ucrania. También se verá una mayor toma de acción en materia migratoria. No quiere decir que Biden no haya seguido con esa política, pero Trump le va a poner un foco muy fuerte a lo migratorio, lo que va a golpear a México, y además se alejará de la Agenda de las Naciones Unidas 2030, del acuerdo de París con los compromisos climáticos; ahí se distancia ampliamente de Biden.

-¿Qué puede pasar con las iniciativas de transición energética verde que impulsó Biden y que también es una política de la Unión Europea?

-La lógica del apoyo del Estado a esos proyectos, se irá. Hay un Elon Musk eliminando y cambiando agencias -que son recortes al estilo Milei-, todo eso va a ser muy distinto a partir de ahora, sí con apoyos a las grandes empresas tecnológicas nacionales. En donde Trump también va a ser disruptivo, comparado con Biden, será en relación a la OTAN y Europa. Eso es muy preocupante. Seguramente Trump va a exigir que se ponga más dinero en la OTAN, porque Estados Unidos no quiere perder liderazgo militar y mira de reojo lo que está pasando en China en términos militares, un país que está teniendo éxitos en tecnología aplicada al ejército.

- En relación a esta región, ¿piensa que Trump podrá ir de frente contra los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, o será más bien retórica su posición?

-Lo que se ve venir es que Trump cambie abruptamente la política que tuvo la administración Biden con Cuba. Si uno toma lo que ha dicho Marco Rubio, veremos que la nueva administración pondrá a Cuba en la lista de países que fomentan el terrorismo. Hasta ahora vimos, con Biden, a un Estados Unidos cauto, con movimientos de simpatía hacia Edmundo González, reconociéndolo, pero no vimos una posición abierta como la de Marco Rubio, diciendo que en Venezuela hay un “narcoestado”. Lo que hay que ver es si después esto se sostiene, porque los intereses petroleros están muy vinculados a Trump.

-¿Qué tan probable ve que Milei consiga un TLC con Estados Unidos?

- Se espera una buena relación entre Trump y Milei, pero hay que ver hasta dónde llega. Es probable que Milei consiga apoyo para el acuerdo con el FMI (ya sabemos que el gran accionista del FMI es EE.UU.), pero no se sabe si podrá concretar un TLC con EE.UU., o si lo único que conseguirá será bailar un tango con Melania (Trump) en Buenos Aires, y no mucho más que eso. Para mí, lo que está en agenda en esa relación con Trump, más que un TLC -porque hay que recordar que Argentina también es proteccionista- es un Milei que se empodera al tener una relación con la primera potencia a nivel mundial, que no es solo con Trump, sino con Elon Musk, con Marco Rubio y otros.

Brasil y el TLC

“De iniciarse negociaciones por un TLC entre Argentina y EE.UU. -lo que sería poco probable, pero está sobre la mesa-, eso incomodaría a Lula y al liderazgo de Brasil a nivel internacional. Es clave ver cómo será la relación entre EE.UU. y Brasil, con un gobierno de Lula que tiene mucho comercio y relaciones con China. Podrían venir algunas restricciones comerciales de EE.UU a Brasil, como a otros países de América Latina”.

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