EFE, AFP
Al menos cinco personas han muerto en uno de los cinco incendios que asolan Los Ángeles, hay un “alto número” de heridos y 80.000 personas han tenido que huir de sus casas.
“Lamentablemente, hay muertes de civiles reportadas por causas desconocidas en este momento y tenemos una cantidad significativa de heridos”, declaró el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone.
Muchos de los incendios comenzaron el martes y están alimentados por los llamados vientos de Santa Ana, que son especialmente secos y suelen provocar fuegos en el sur de California. Estos vientos soplaron ayer con fuerza de hasta 160 kilómetros por hora en algunas zonas.
“Peligrosas condiciones climáticas avanzan en el sur de California”, escribió el Servicio Nacional de Meteorología.
“Los vientos deberían debilitarse un poco a lo largo del día, pero las críticas condiciones climáticas deben persistir hasta el jueves”.
Debido a la dramática situación que enfrenta California, estados vecinos enviaron refuerzos para enfrentar el fuego.
Los incendios son frecuentes en el oeste de Estados Unidos y juegan un rol importante en el ciclo de la naturaleza.
Pero los científicos advierten que el cambio climático, causado por la acción humana, altera los estándares y crea climas extremos, con sequías más prolongadas e intensas, e incendios más voraces y rápidos.
La residencia de la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, en Los Ángeles tuvo que ser evacuada el martes de noche debido a los incendios forestales que arrasaron la zona.
“No había nadie en su casa en ese momento”, dijo su portavoz, Ernie Apreza, en la plataforma social X.
Harris tiene varias residencias en su estado natal.
El jefe de bomberos de Los Ángeles reconoció que las autoridades no estaban preparadas “para este tipo de desastre generalizado”. “No hay suficientes bomberos en el condado de Los Ángeles para abordar incendios de esta magnitud”, admitió Marrone.
El incendio más devastador hasta ahora es el de Eaton, que está afectando con especial virulencia a la ciudad de Pasadena y que, en cuestión de horas, ha pasado de una extensión de 901 hectáreas a 4.290 hectáreas.
De acuerdo con Marrone, ese es el incendio que se ha cobrado dos vidas y, además, ha ocasionado “un alto número” de heridos, así como la destrucción de más de 100 estructuras.
Otro incendio devastador es en el barrio de Palisades, que ha quemado unas 2.921 hectáreas y “está contenido en un 0%”, explicó el sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna.
Ese incendio ya ha destruido 1.000 estructuras, incluidas viviendas, y sigue creciendo. Las imágenes captadas por los medios de comunicación han mostrado cómo las llamas devoraban el tejado de las viviendas y cómo algunos residentes tuvieron incluso que abandonar sus vehículos ante la proximidad del fuego.
El fuego de Hurst, el tercero, provocó evacuaciones en Sylmar, una comunidad del Valle de San Fernando. Ayer miércoles ha crecido hasta alcanzar unas 202 hectáreas.
La jefa de bomberos de la ciudad de Los Ángeles, Kristin Crowley, dijo que ese fuego de Hurst y el de Palisades están “llevando la capacidad de los servicios de emergencia a sus límites máximos”.
El cuarto fuego es el Woodley Fire, en la cuenca de Sepulveda, al oeste de Van Nuys, y ha devorado 12 hectáreas.
El quinto, el Tyler Fire en Coachella, es el más pequeño, con 4,4 hectáreas y ya está contenido en un 50 %.
En el plano político, el presidente electo, Donald Trump, ha aprovechado los incendios para arremeter en su red social, Truth Social, contra Gavin Newsom, el gobernador de California, posible candidato demócrata a la Presidencia en 2028. Trump utilizó un apodo despectivo para referirse a Newsom y renovó viejas críticas contra el gobernador por oponerse a un plan que habría enviado más agua al Valle Central, la región agrícola del estado, por temor a afectar a especies en peligro de extinción. “Quiso proteger un pez esencialmente sin valor llamado ‘smelt’, dándole menos agua (no funcionó), pero no le importaron las personas de California. Ahora están pagando el precio”, afirmó Trump.