Redacción El País
Este jueves se definirá si Joe Biden seguirá peleando por su reelección pese a las presiones de su partido o si, por el contrario, se concreta el fin de su vida política. A sus 82 años, el presidente de Estados Unidos y candidato por el Partido Demócrata se enfrentará en solitario a la prensa por primera vez desde noviembre pasado, una práctica de la que no es muy amigo. Será en el marco del final de la cumbre de la OTAN. El gran desafío del candidato será responder las preguntas de los periodistas —que, se espera, no estarán precisamente centradas en la Alianza— sin papeles ni teleprompter.

La CNN calificó la comparecencia de esta tarde como "la conferencia de prensa presidencial de mayor presión en la historia moderna”. Será en el centro de convenciones de Washington a las 18:30 hora local (19:30 hora uruguaya). Biden ha lidiado con la tartamudez desde niño, pero esta tarde deberá demostrar que puede seguir el hilo de una idea, no titubear en las respuestas, emitir una voz firme y clara: todo lo que no hizo en el debate con Donald Trump.

Más aún: al presidente no se le permitirá ninguna metida de pata como las que ha tenido en el último tiempo, como en febrero, cuando mencionó al expresidente francés François Mitterrand, fallecido en 1996, en lugar de Emmanuel Macron, y al también difunto Helmut Kohl en vez de a la excanciller alemana Angela Merkel.

Su última conferencia, la de noviembre pasado, duró apenas 20 minutos y fue en Woodside, California, tras una reunión con el presidente chino, Xi Jinping. En cambio, una rueda de prensa como la de este jueves, que se espera sea larga, no se ve desde noviembre de 2022, tras las elecciones legislativas en las que el Partido Demócrata tuvo un buen desempeño.

Desde su desastroso desempeño en el debate con el candidato republicano Trump en Atlanta, los pedidos para que se baje de la carrera a la Casa Blanca se sucedieron como una caída de fichas de dominó. En principio hubo "pánico" en las filas demócratas, puertas adentro. Después, los reclamos tuvieron nombre y apellido.

Este martes, el primer senador demócrata alzó la voz contra la reelección: Michael Bennet. "Donald Trump está en camino, creo, de ganar estas elecciones, y tal vez ganarlas por goleada, y llevarse con él el Senado y la Cámara de Representantes", dijo a la CNN. "Para mí, no es una cuestión de encuestas. No es una cuestión de política. Es una cuestión moral sobre el futuro de nuestro país".

Pero el primer funcionario demócrata en salir del anonimato fue el representante por Texas en el Congreso, Lloyd Doggett, quien sirve en la Cámara desde 1995. Su voz tiene un poder simbólico porque representa gran parte de un distrito de Texas que también eligió a Lyndon Johnson, presidente entre 1963 y 1969 y quien tomó la decisión de no presentarse a la reelección.

Foto: AFP

"El presidente Biden salvó nuestra democracia al liberarnos de Trump en 2020. No debe entregarnos a Trump en 2024", dijo Doggett la semana pasada.

Los golpes más recientes, y de los más bajos, fueron los del actor George Clooney, uno de los financistas más poderosos de la campaña de Biden, y de la influyente expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

“Le corresponde a él decidir si se va a postular. Todos le estamos animando a que tome esa decisión, porque el tiempo apremia”, dijo Pelosi en el programa Morning Joe preguntada sobre si Biden cuenta con su apoyo explícito.

Clooney, por su parte, escribió un lapidario artículo en el New York Times —uno de los medios de corte progresista que no ha parado de presionar al demócrata desde el debate— en el que decía: "Me encanta Joe Biden. Como senador. Como vicepresidente y como presidente. Lo considero un amigo y creo en él. Creo en su carácter. Creo en su moral. En los últimos cuatro años, ha ganado muchas de las batallas a las que se ha enfrentado. Pero la única batalla que no puede ganar es la lucha contra el tiempo. Ninguno de nosotros puede".

Con información de AFP