AFP, EFE
Joe Biden llamó a “bajar la temperatura” política tras la victoria de Donald Trump, prometió un traspaso “pacífico” del poder y se comprometió a trabajar con ahínco los 74 días que le quedan de mandato.
El presidente sabe que después de la derrota toca aceptar el veredicto de las urnas y levantar el ánimo a las tropas y es lo que hizo ayer jueves en un discurso a la nación, que aprovechó además para intentar apaciguar un país muy polarizado políticamente.
“Algo que espero que podamos hacer, independientemente de a quién hayan votado, es vernos los unos a los otros, no como adversarios, sino como conciudadanos estadounidenses. Bajar la temperatura”, dijo desde la Casa Blanca.
“Una derrota no significa que estemos derrotados. Perdimos esta batalla, el Estados Unidos de sus sueños los está llamando a que se levanten”, añadió.
Biden destacó la importancia de aceptar los resultados de las elecciones. “He dicho muchas veces que uno no puede amar a su país solo cuando gana”, afirmó, insistiendo en que es fundamental aceptar “la decisión que el país ha tomado”. El presidente ha utilizado esta frase en otras ocasiones para referirse a Trump, quien tras su derrota en 2020 esparció teorías falsas sobre fraude y, posteriormente, sus seguidores asaltaron el Capitolio el 6 de enero de 2021 para intentar evitar la certificación de la victoria de Biden.
El presidente insistió en que el sistema electoral estadounidense “es honesto, justo y transparente, y se puede confiar en él, se gane o se pierda”.
“Ayer (por el miércoles) hablé con el presidente electo Trump para felicitarle por su victoria y le aseguré que dirigiré a toda mi Administración para trabajar con su equipo y garantizar una transición pacífica y ordenada”, manifestó Biden, que tenía por detrás banderas estadounidenses y otras con el sello de la Presidencia.
“Voy a cumplir mis promesas y honrar la Constitución el 20 de enero; tendremos una transición pacífica del poder en Estados Unidos”, afirmó.
En su discurso, el presidente se refirió a Harris, y la alabó diciendo que “ha dado todo su corazón y esfuerzo y ella y su equipo entero deberían estar orgullosos de la campaña que han hecho”.
El presidente ha invitado a Trump a la Casa Blanca. Será la primera vez que se vean las caras desde el desastroso desempeño del demócrata, de 81 años, en un debate electoral que le obligó a retirarse de la carrera electoral y ceder su lugar a la vicepresidenta Harris.
Biden sigue adelante con su agenda. Este mes viajará a las cumbres del G20 en Brasil y de la APEC en Perú, informó la Casa Blanca.
Y su secretario de Estado, Antony Blinken, seguirá intentando poner fin a las guerras en Gaza y Líbano, informó el Departamento de Estado.
A través de redes sociales, declaraciones a los medios y filtraciones, varias figuras del Partido Demócrata han criticado la decisión de Biden de presentarse a la reelección, argumentando que esa candidatura bloqueó un proceso de primarias que habría permitido a Harris fortalecer su campaña.
Biden fue el candidato demócrata hasta julio, cuando su propio partido le obligó a retirarse tras una desastrosa actuación en un debate frente a Trump, lo que generó críticas sobre su edad, ya que, con 81 años, es el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos.
Una de las declaraciones más duras provino de Jim Manley, asistente del exlíder de la mayoría del Senado, Harry Reid, quien afirmó a Politico que la “arrogancia” de Biden posibilitó la victoria de Trump.
Biden se convierte ahora en lo que en la jerga política de EE.UU. se conoce como “pato cojo”, un presidente en su último periodo y con menor capacidad de impulsar medidas.
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