Michelle Goldberg, The New York Times
Lo extraño de la campaña presidencial que acabamos de vivir es que muchas personas racionalizaron su apoyo a Donald Trump argumentando que no cumpliría algunas de sus promesas centrales.
“Creo que las deportaciones masivas son solo palabras, pero la era de las fronteras abiertas habrá terminado”, escribió Scott McConnell, cofundador de The American Conservative, en la plataforma social X.
En julio, un partidario de Trump nacido en México le dijo al New York Times: “La última vez, ni siquiera terminó el muro. ¿Qué va a hacer esta vez?”.
Ahora la respuesta está tomando forma: supervisará una redada masiva y militarizada de inmigrantes que se encuentran en el país ilegalmente. El domingo, Trump nombró a Tom Homan, su ex director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, como “zar de la frontera”.
En un discurso pronunciado en la Conferencia Nacional de Conservadurismo de este año, Homan, que supervisó la política de separación de familias de Trump, prometió una “histórica operación de deportación” de la que ningún inmigrante que se encuentre ilegalmente en el país estaría a salvo.
“Nadie está fuera de la mesa de negociaciones en la próxima administración”, dijo. “Si estás aquí ilegalmente, más vale que estés mirando por encima del hombro”.
El lunes, Trump nombró a Stephen Miller, obsesivamente antiinmigrante, como su subdirector de gabinete. Según informaron Maggie Haberman y Jonathan Swan en el Times, “se espera que la cartera de Miller sea amplia y supere con creces lo que su título definitivo pueda transmitir”. Miller ha sido franco sobre su deseo de purgar a los inmigrantes que están ilegalmente, así como a muchos que están legalmente, de Estados Unidos.
Entre otras cosas, Miller ha dicho que Trump cancelaría el estatus de protección temporal de miles de afganos que huyeron a Estados Unidos después de la toma de poder de los talibanes y haría otro intento por poner fin al DACA, el programa que protege de la deportación a algunos inmigrantes traídos a Estados Unidos cuando eran niños.
Lo más importante es que ha presentado planes para utilizar tropas de la Guardia Nacional para ayudar a detener a inmigrantes en masa, alojándolos en campamentos militares mientras esperan su deportación.
Nadie debería sorprenderse cuando esto suceda. Sospecho que algunos lo harán de todos modos.
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