“Todos tenemos vínculos con inmigrantes, incluido Trump”, dijo la diplomática estadounidense Julissa Reynoso

En entrevista con El País de Madrid, la exembajadora de EEUU en España explica que apoya de Kamala Harris para frenar la “amenaza” del líder republicano.

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Julissa Reynoso.
Reynoso. Ex embajadora en Uruguay y España regresa a la abogacía.

Berna González Harbour, País de Madrid
La casualidad ha querido que Julissa Reynoso, quien ha sido embajadora de EE.UU en España en los últimos tres años, haya abandonado el puesto a la vez que la campaña electoral de su país se ha electrizado repentinamente con los chispazos que el mundo está contemplando: al deterioro de Joe Biden le siguió el atentado contra Trump, su proclamación mesiánica y, finalmente, la renuncia del presidente mientras señalaba a Kamala Harris como mejor candidata para batir al republicano. Fuera ya del cargo diplomático, la abogada neoyorkina de origen dominicano, militante demócrata y exalto cargo durante los mandatos de Barack Obama -fue embajadora de EE.UU en Uruguay entre mayo de 2012 y diciembre de 2014- y de Biden, se expresa sin tapujos: “Harris es una mujer muy valiente, muy comprometida con la ley, que va a poder combatir con fuerza a un candidato con un historial penal muy grave como el señor Trump. Ella ofrece un contraste muy significativo con lo que él representa”, señala Reynoso, que aplaude el momento tan ilusionante que se abre. “Ella es mujer, es minoría, es joven, exfiscal y además hereda todos los logros impresionantes de Biden. Estamos muy emocionados ante la posibilidad de elegir a una mujer que puede marcar la diferencia y frenar la amenaza de otros cuatro años de Trump, una idea que aterroriza a buena parte del país”.

Julissa Reynoso, nacida en Salcedo (República Dominicana) hace 49 años y mudada a los siete al Bronx (Nueva York), suma todos los ingredientes de quienes representan el sueño americano en su versión más abierta, meritocrática y multicultural, en la misma línea de Kamala Harris: es mujer, con orígenes latinos y africanos y una abogada con gran experiencia en materia de derechos civiles, especialmente en el ámbito de la inmigración. Charlamos en la sede de la consultora Harmon mientras prepara su reincorporación al despacho de abogados Winston & Strawn, al que vuelve como socia dedicada especialmente a asuntos trasnacionales.

-¿Qué es lo que más teme si vuelve Trump a la Casa Blanca?

-Lo peor es el posible deterioro de lo que llamamos el compacto social, que el Gobierno y el Estado se vean como algo que no nos ayuda, sino que nos hace daño. Es muy peligroso que los ciudadanos pierdan la fe en sus instituciones. Lo vimos en la presidencia del señor Trump y es el gran riesgo, porque lo más importante que tiene el país son sus instituciones, más allá de partidos e individuos.

Reynoso describe con preocupación las herramientas que utilizan Trump y la ultraderecha en todo el mundo contra la inmigración: “Ganan votos―-muy baratos-― acusando, estigmatizando a la gente por su origen y su raza para movilizar a otro grupo. Es una práctica muy vieja. Acusan a los inmigrantes de criminales y lo hacen sin pruebas, cuando la gran mayoría de ellos lo que quiere es trabajar dignamente. Los datos indican que la mayoría de los problemas de delincuencia que tenemos son cometidos por gente local”, asegura. Por el contrario, los inmigrantes son en general “modelos de seriedad porque no quieren problemas, quieren quedarse, quieren trabajar para poder mantener a sus familias”. Y eso, asegura, es lo que practica Trump con todo: “Es su manera de hacer política: decir cosas que no están basadas en la verdad. Y, si uno no hace su propia investigación y saca sus propias conclusiones, se cree que el mundo está encendido y que los malos son unas minorías migrantes. Cuando la realidad es que casi todos somos hijos, nietos o tenemos vínculos con inmigrantes, incluido el presidente Trump, porque su mujer lo es, o el candidato a vicepresidente, porque su mujer también lo es. No cuadra la historia con la realidad”.

Ataques contra minorías raciales hubo siempre en la historia de EE.UU. Y el recurso de la extrema derecha a la demonización del diferente para causar pánico en la población es ciertamente frecuente, pero también algo que se utilizaba normalmente en crisis económicas. Lo extraordinario de este momento, asegura, es que “hoy, por el contrario, estamos viviendo uno de los mejores momentos de nuestra historia a nivel macroeconómico. Incluso necesitamos inmigrantes para trabajar. Hay más trabajo que el que la población está dispuesta a hacer”. La reciente embajadora, la primera mujer en el puesto después de 80 hombres, atribuye el gran crecimiento de su país al mandato y las políticas de Biden, a quien considera prácticamente familia. “Para mí es como hablar de mi padre”, asegura. No en vano, ella fue jefa de gabinete de su esposa, Jill Biden. Por ello, cree que el presidente ha sido ejemplar en su renuncia, que los tiempos que ha elegido han sido perfectos y no ha estado nada de acuerdo con quienes le han presionado. “Ha sido una falta de respeto”, asegura.

-Regresa a EE.UU en un momento de enorme polarización, ¿le preocupa?

-Mi país es muy diverso. Eso lo hace interesante y esa es parte de la dinámica de una democracia. Hemos vivido momentos complicados en el pasado, desde los movimientos por los derechos civiles al Watergate, el Irancontra o el impeachment de Clinton. No es nuevo. El ataque al Capitolio ha sido la amenaza más significativa a una institución del Estado y de la democracia, pero la justicia funciona. Por eso estoy orgullosa de ser parte de esa profesión.

-¿Y el estado de ánimo del país? La polarización ha permeado en la población.

-Es una situación delicada. Estamos viendo violencia asociada con eso y el trágico episodio del atentado contra Trump es una desgracia como país. Pero también conozco al pueblo americano y sé que las crisis nos ayudan a reinventarnos y fortalecernos. Vamos a salir de esto bien. Por otra parte, EE.UU no es el único país que está viviendo estas divisiones, las vemos en muchas democracias. Hay una amenaza importante de la desinformación, una amenaza de los extremos. Y como países democráticos vamos a tener que analizar lo que está funcionando y lo que no. Ver cómo trabajar para que nuestras sociedades sean más cívicas, que tengan más consideración al otro ciudadano, más allá de las políticas.

Reynoso desembarca de nuevo en su profesión de abogada. “En la etapa del presidente Trump, trabajé pro bono [asistencia y asesoramiento a personas excluidas del ámbito de la justicia gratuita] con demandantes de asilo y familias que habían quedado divididas por la frontera. Es parte de nuestra obligación y estoy deseando seguir haciéndolo. Estoy muy orgullosa de esa parte de nuestro trabajo”.

Mientras tanto, también se entregará de lleno a ayudar en una campaña que, confía, lleve por primera vez en la historia a una mujer a la Casa Blanca. “La vicepresidenta es una gran líder política, es amiga personal y ha hecho un gran trabajo. Ha estado siempre comprometida con la justicia y las causas igualitarias. Ella vive lo que cree y está en política porque cree que puede mejorar la vida de los ciudadanos. Será una gran candidata y una gran presidenta”.

Campaña

Candidata bajo los dardos del republicano

Donald Trump atacó el viernes a Kamala Harris, a la que acusó de ser antisemita y de estar a favor de matar a recién nacidos. Harris, casada con un judío, ha ganado terreno a Trump en las encuestas desde que sustituyó al presidente Joe Biden como candidata demócrata.

El expresidente republicano dedicó gran parte de su discurso en una convención religiosa en el sur de Florida a atacar el historial de Harris como senadora y como número dos de Biden.

Harris, de 59 años, se había saltado el discurso del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ante el Congreso estadounidense el miércoles para cumplir con un compromiso previo. Pero Trump dijo que la vicepresidenta había evitado a Netanyahu porque era antisemita. “No le gusta el pueblo judío. No le gusta Israel. Así es como es y así será siempre. No va a cambiar”, dijo.

Kamala Harris
Kamala Harris.
Foto: STEPHANIE SCARBROUGH/AFP.

Trump, invitado por el movimiento Turning Point Action, recordó declaraciones pasadas de Harris sobre la policía, la inmigración y el medioambiente que, según él, la sitúan muy a la izquierda de la política del gobierno actual.

Pero también hizo acusaciones la justicia y la policía.

El expresidente dijo, por ejemplo, que el FBI estaba persiguiendo a cristianos y activistas antiaborto y poniéndolos en la cárcel por sus “creencias religiosas”.

Aseguró que los demócratas habían dado un “golpe” para sacar a Biden de las elecciones y que Estados Unidos era un “hazmerreír”.

Sus ataques más duros fueron, sin embargo, para Harris, a la que definió como “la vicepresidenta más incompetente, impopular y ultraizquierdista de la historia de Estados Unidos”. “Si Kamala Harris se sale con la suya, tendrán una ley federal para el aborto, para arrancar al bebé del vientre materno en el octavo, noveno mes e incluso después del nacimiento: ejecutar al bebé después del nacimiento”, afirmó. [AFP]

Femenino de Basquetbol apoya a Harris

Las jugadoras de básquet estadounidenses afirmaron ayer sábado que apoyan a Kamala Harris, futura candidata demócrata para la elección presidencial de Estados Unidos, y que harán “todo lo posible” para sostener su candidatura, durante una conferencia de prensa antes de su entrada en escena en el torneo olímpico de París 2024. “Evidentemente, nosotras la apoyamos, es una elección muy, muy, muy importante”, insistió A’ja Wilson, estrella de Las Vegas Aces, que disputa en París sus segundos Juegos Olímpicos. “Lo hemos hablado en el seno del comité por la justicia social (perteneciente a la WNBA, el campeonato norteamericano femenino de básquet)”, indicó la jugadora Breanna Stewart. “Queremos hacer todo lo posible para apoyar a Kamala (Harris) porque todo lo que ella defiende lo defendemos también”, añadió.

A dos días del debut en la competición de las vigentes séptuples campeonas olímpicas, una de las voces autorizadas en el vestuario, Diana Taurasi, de 42 años, trató de aminorar la presión, aunque ella misma podría conquistar una sexta medalla de oro en otras tantas presencias olímpicas.

“Poco importa la historia del equipo, eso no nos asegura nada”, afirmó. “Respetamos a las demás, no damos nada por hecho”.

La estadounidense podría convertirse en la deportista más laureada en deportes colectivos en los Juegos Olímpicos.

Estados Unidos arrancará ante Japón el lunes. (AFP)

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