EFE, AFP
Después de varios aplazamientos, la tercera fue la vencida. La primera misión espacial tripulada de Boeing despegó con éxito ayer miércoles desde Florida rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) con dos astronautas de la NASA a bordo, un lanzamiento histórico que sufrió casi un año de retraso por una serie de problemas técnicos.
La nave Starliner de la firma privada finalmente alzó vuelo a la hora programada, 10:52 hora local (11:52 en Uruguay), desde una plataforma de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral y con los experimentados astronautas Barry ‘Butch’ Wilmore y Sunita ‘Suni’ Williams en su interior.
Unos cinco minutos después, el cohete propulsor Atlas V de la compañía United Launch Alliance (ULA) se separó de la cápsula, que posteriormente continuó por su cuenta el trayecto hasta alcanzar la órbita que la llevará a la EEI, a la que llegará en la tarde de hoy jueves.
“Suni y yo nos sentimos honrados de compartir este sueño de un vuelo espacial con todos y cada uno de ustedes”, dijo Wilmore, comandante del vuelo de prueba, justo antes del despegue del cohete del grupo ULA, la empresa conjunta formada por Boeing y Lockheed Martin.
“Pongámosle un poco de fuego a este cohete y empujémoslo hacia el cielo”, expresó con buen humor.
De acuerdo con la NASA, la nave encajará en el módulo Harmony de la EEI y, si bien la nave puede hacerlo de forma autónoma, en esta ocasión será maniobrada por los astronautas para probar las posibilidades de la Starliner, que permanecerá una semana en el laboratorio orbital antes de emprender el retorno.
La misión CFT (siglas en inglés de Crew Flight Test) despegó tras superar una serie de problemas en las últimas semanas, relacionados tanto con el cohete Atlas V, que hoy efectuó su primer lanzamiento para una misión tripulada, así como con una pequeña fuga de helio en la nave que, de acuerdo a los ingenieros de la NASA, no supone peligro.
La NASA y Boeing tenían planeado enviar la cápsula con sus dos tripulantes el pasado 6 de mayo, pero unas dos horas antes del lanzamiento la operación se suspendió tras descubrirse una anomalía en un tanque de oxígeno líquido del Atlas V, de ULA. A partir de ello, la fecha de lanzamiento de la misión se modificó varias veces
La del 6 de mayo, sin embargo, no fue el primer aplazamiento. La primera misión tripulada de la Starliner (que en mayo de 2022 cumplió con éxito un viaje sin tripulación a la EEI) debió haber despegado en julio de 2023, pero un mes antes los directivos anunciaron el aplazamiento indefinido del despegue para poder solucionar el sistema de paracaídas de la nave.
La misión de ayer, además, estuvo originalmente planeada para 2017, pero desde entonces sufrió una serie de retrasos que han supuesto para la agencia espacial estadounidense unos 4.200 millones de dólares.
Wilmore y Williams, son dos expilotos de pruebas de la Marina con dos vuelos espaciales y ahora deberán encargarse de poner el Starliner a prueba, lo que incluye tomar control manual de la nave espacial en su camino a la EEI.
Durante su estadía en la plataforma, la tripulación llevará a cabo más pruebas, como simular si la nave puede ser usada como un refugio seguro en caso de problemas en el puesto orbital.
Tras desacoplarse, Starliner entrará de nuevo en la atmósfera y realizará un aterrizaje asistido con paracaídas y airbag en el oeste de Estados Unidos.
El astronauta José Hernández dijo sobre los aplazamientos que sufrió el Starliner que es “normal” porque “la NASA se toma la seguridad muy en serio”.
El hispano señaló al canal MSNBC que ahora hay dos de sus colegas viajando a la EEI, que deben estar “mareados” y que “tienen mucho trabajo por hacer desde ahora hasta el acoplamiento” al laboratorio espacial.
Starliner se convierte en el sexto tipo de nave espacial construida en Estados Unidos en llevar astronautas de la NASA, después de los programas Mercury, Gemini y Apollo en las décadas de 1960 y 1970, el transbordador espacial de 1981 a 2011 y el Crew Dragon de SpaceX a partir de 2020.
Pero el problemático programa espacial de Boeing ha enfrentado años de retrasos y adversidades.
En tanto, la NASA busca certificar a Boeing como un segundo operador comercial para transportar sus tripulaciones a la EEI.
SpaceX, del magnate Elon Musk, ha venido desempeñando este rol desde hace cuatro años.
Ambas compañías recibieron contratos multimillonarios en 2014 para desarrollar sus cápsulas tripuladas y pilotadas de forma autónoma, luego de que en 2011 llegara a su fin el programa del Transbordador Espacial, lo cual había dejado a Estados Unidos temporalmente dependiente de cohetes de Rusia para realizar sus viajes.
Boeing, con sus 100 años de historia, fue muy favorecida frente a su por entonces advenedizo competidor, pero su programa se fue quedando atrás.
Cohete europeo
En tanto, el cohete Ariane 6 efectuará su primer lanzamiento el próximo 9 de julio tras años de retrasos, con lo que marcará el inicio de una nueva era en las capacidades espaciales de Europa, informó ayer miércoles la Agencia Espacial Europea (ESA) en la Feria Aeronáutica Internacional (ILA) de Berlín.
Destinado a suceder al Ariane 5, que realizó su último lanzamiento en julio del año pasado, el Ariane 6 tiene por fin una fecha para entrar en actividad después de cuatro años de retrasos, pues inicialmente estaba previsto que entrara en actividad en 2020. En su primer lanzamiento, el cohete Ariane 6 tiene previsto llevar al espacio varios satélites correspondientes a diferentes misiones internacionales.
“Fénix”, el nuevo planeta
Los científicos han descubierto un nuevo planeta más allá del sistema solar, “Fénix” que conserva su atmósfera a pesar de la radiación extrema que recibe de una estrella cercana, un hallazgo que llega a cuestionar las teorías actuales sobre cómo envejecen y mueren los planetas en entornos extremos. En un estudio recogido ayer miércoles en la revista The Astronomical Journal los investigadores sostienen que este exoplaneta “debería haber quedado reducido a roca desnuda por la intensa radiación de la estrella y, sin embargo, es más pequeño, más viejo y más caliente” de lo que creían posible.
Fue apodado “Fénix” por su capacidad de sobrevivir a la energía radiante de la estrella roja gigante.