EFE
La Corte Suprema de Estados Unidos resolvió ayer jueves por unanimidad mantener el acceso sin restricciones a la píldora mifepristona, utilizada en la mayoría de interrupciones voluntarias del embarazo.

En una audiencia previa celebrada en marzo los nueve jueces se habían mostrado ya reticentes a restringir su uso.

La Corte tenía que examinar si fueron legales los cambios de normativa emprendidos en 2016 y 2021 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que hicieron que la píldora estuviera disponible por correo y pudiera ser recetada por un proveedor médico que no tenía que ser un médico.

La demanda la presentó la Alianza para la Medicina Hipocrática, un grupo de médicos religiosos que proclama que el aborto no constituye un “cuidado de la salud”.

La denuncia se presentó en 2022 en un tribunal de Texas y el juez Matthew J. Kacsmaryk, designado por el expresidente Donald Trump y opuesto al aborto, emitió un fallo preliminar invalidando la aprobación del medicamento y retirándolo del mercado.

En agosto de 2023, un tribunal de apelaciones determinó que la mifepristona debía seguir siendo legal, pero impuso importantes restricciones a su acceso, lo que llevó el caso la Corte.

El dictamen de ayer jueves llega poco antes de que el 24 de junio se cumpla el segundo aniversario de la revocación en esa misma corte de la sentencia Roe contra Wade, que eliminó la protección del aborto a nivel federal y dejó en manos de cada estado esa política.

“Seamos claros: los ataques al aborto con medicamentos son parte de la agenda extrema y peligrosa de los electos republicanos”, recalcó el presidente Joe Biden, después de que Corte comunicara su decisión.

La mifepristona, autorizada por la FDA en 2000, es la primera pastilla que se toma en la interrupción del embarazo con medicamentos. Bloquea la progesterona, la hormona necesaria para que este continúe, y se combina con el misoprostol, que provoca contracciones uterinas, lo que hace que el cuerpo expulse el feto. La combinación de estas píldoras provoca un aborto completo en más del 99 % de las pacientes, según numerosos estudios médicos.