AFP, EFE
Estados Unidos cumplió ayer la última amenaza del presidente Donald Trump, elevando al 104% los aranceles a los productos chinos pero, aún así, las bolsas mundiales estaban más tranquilas que los últimos días.
Desde el sábado Trump impuso un arancel adicional universal del 10% sobre los productos importados, con algunas excepciones como el oro y la energía.
Este gravamen subirá a partir de hoy miércoles para decenas de socios comerciales importantes, en particular la UE (al 20%).
Pero con China la situación en otra. Desde que regresó a la Casa Blanca en enero, Trump ya ha gravado los productos chinos con un recargo del 20%. Con el 34% anunciado la semana pasada debía alcanzar el 54% a partir de hoy miércoles. No será así.

El presidente republicano amenazó con gravar los productos chinos un 50% adicional si Pekín tomaba represalias y como lo hizo (imponiendo un impuesto del 34% a los productos estadounidenses a partir de mañana jueves), los nuevos aranceles aumentarán otro 50% llegando así al 104% desde hoy miércoles, anunció la Casa Blanca.
El presidente decidirá “cuándo y si debemos hablar con China, pero por ahora, hemos recibido la instrucción de dar prioridad a nuestros aliados y socios comerciales como Japón, Corea del Sur y otros”, comentó el principal asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, en Fox News.
El gobierno estadounidense parece optimista. El secretario de Finanzas, Scott Bessent, declaró a Fox News que “quizás cerca de 70 países” ya se han contactado con la administración Trump para hablar de los aranceles.
“Todo esto va en la dirección correcta”, dijo a los senadores estadounidenses el representante comercial Jamieson Greer. “Debemos alejarnos de una economía basada únicamente en el sector financiero y el gasto gubernamental” para centrarnos en una “basada en la producción de bienes y servicios reales”, estimó.
Aseguró que el país ha perdido cinco millones de empleos manufactureros y 90.000 fábricas en los últimos 30 años, desde que se promulgó el acuerdo de libre comercio trilateral con México y Canadá.
La Unión Europea (UE) prepara su respuesta, que presentará “a principios de la próxima semana”, según un portavoz de la Comisión Europea.
Los analistas consideran que la guerra comercial podría socavar la economía mundial, con riesgos de inflación, desempleo y disminución del crecimiento.

“Acuerdos a medida”
El presidente Trump afirmó ayer martes que desea alcanzar “acuerdos a medida” con los países a los que ha impuesto aranceles y que ya se han mostrado dispuestos a negociar con Washington.
En un acto en la Casa Blanca, Trump dijo que casi 70 países se han puesto en contacto con su Administración para negociar la retirada de los aranceles que comenzaron a aplicarse la semana pasada.
“Estamos haciendo un gran trabajo y vamos a cerrar lo que yo llamo acuerdos a medida, no de los que se compran ya hechos. Son acuerdos altamente personalizados. En este momento, Japón está volando hasta aquí para llegar a un acuerdo. Corea del Sur también está viniendo, y otros países están haciendo lo mismo”, afirmó el mandatario.
Trump reconoció que el único problema es que hay tantos países interesados en negociar que su equipo no va a poder “atender a tantos tan rápido”, aunque subrayó que no hay prisa, ya que Estados Unidos “ya está recibiendo dinero” gracias a los aranceles que las empresas deben abonar en las aduanas para introducir productos extranjeros.
Según dijo, Estados Unidos está ingresando “2.000 millones de dólares al día” por esos aranceles. “Es mucho dinero. Y Estados Unidos va a volver a ser muy rico, muy pronto. Lo van a ver”, aseguró.
El presidente, además, reiteró que algunos países han tratado a EE.UU. “de forma muy injusta” a lo largo de los años, y mencionó en particular a China, que a su juicio “se ha aprovechado” de su país, lo ha “estafado” y lo ha “dejado por muerto”, hasta que él regresó a la Casa Blanca e impuso medidas proteccionistas.

Panamá
Además del tema comercial, Estados Unidos y China tensaron sus relaciones por el canal de Panamá.
El gobierno de Trump “no permitirá” que China “ponga en peligro” la operación del canal de Panamá, advirtió ayer martes el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, en una visita al país centroamericano. Hegseth es el segundo alto funcionario estadounidense que visita Panamá desde que Trump llegó a la Casa Blanca en enero y prometió, bajo el argumento de que está bajo influencia de China, “recuperar” el canal construido por Estados Unidos.
“Hoy el canal de Panamá enfrenta nuevas amenazas, Estados Unidos no permitirá que la China comunista ni cualquier otro país ponga en peligro la operación ni la integridad del canal”, dijo el jefe del Pentágono en la base naval ubicada en la entrada de la vía por el Pacífico.
Por su lado, Embajada de China en Panamá pidió ayer a EE.UU. cesar su política de “chantaje”, al rechazar estas afirmación de Hegseth.
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