Redacción El País
Los alrededores del Madison Square Garden, en el corazón de Manhattan, se llenaron de miles de simpatizantes del candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, más de cinco horas antes de que el expresidente apareciera ayer en este icónico escenario para celebrar un mitin con el que quiere dar comienzo a la última semana de campaña electoral.
La llegada de una multitud de simpatizantes de Trump provocó cortes de calles y problemas de tráfico varias horas antes del comienzo del mitin, a las 5 de la tarde, y para el que se habían reservado unas 19.500 plazas, que según la campaña del republicano se agotaron en cuestión de horas.
Los asistentes, ataviados con las gorras rojas de “Make America Great Again” (Hagamos EE.UU. grande de nuevo) o camisetas con el lema “No more bullshit!” (Se acabaron las tonterías), comenzaron a acceder al mediodía al conocido como el escenario más famoso del mundo.
Trump tenía previsto aparecer con otras cabezas de cartel de su campaña, como el magnate Elon Musk, el excandidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr. o el CEO de UFC, Dana White. El republicano ha osado aparecer así en una ciudad de mayoría demócrata y en un estado que todas las encuestas dan a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.Ese fue su segundo mitin en Nueva York desde su aparición en el Bronx el pasado 23 de mayo.
El despliegue policial alrededor del Madison Square Garden fue especialmente fuerte debido a que el centro de conciertos se encuentra en el importante nudo de transporte de la estación de Penn y había temores de protestas antiTrump.
La gran mayoría de asistentes eran blancos, algunos venidos de estados vecinos.
Harris
La candidata demócrata a la Casa Blanca, la vicepresidenta Kamala Harris, recurrió ayer domingo a la fe cristiana para hacer un llamado definitivo a la comunidad negra de Filadelfia (Pensilvania) para que salga a votar y decida el “destino para las generaciones venideras”.
Harris se dedicó ayer a recorrer Filadelfia y visitó la Iglesia de la Compasión Cristiana, de mayoría afroamericana, donde habló sobre las enseñanzas que le dejó la lectura de la Biblia.
“Mis primeros recuerdos de esas enseñanzas tienen que ver con amar a un Dios que nos pide que hablemos por aquellos que no pueden hablar”, dijo Harris ante la congregación.
En su recorrido por Filadelfia, Pensilvania, un bastión demócrata, quemó sus últimos cartuchos para alentar los votos afroamericanos, que le podrían dar la victoria en este estado clave.
Tras su visita a la iglesia, Harris visitó la barbería Philly Cuts, donde escuchó las inquietudes de varios jóvenes afroamericanos sobre el rumbo que debe tomar el país. EFE, AFP