Redacción El País
Una filtración insólita, chats con emojis y posibles delitos federales: así es el nuevo escándalo que sacude a la Administración Trump. El lunes, la revista The Atlantic destapó una brecha de seguridad en unas comunicaciones confidenciales que incluían un plan de ataque de Estados Unidos a Yemen, revelado por el secretario de Defensa Pete Hegseth en un grupo de Signal con otros altos funcionarios. La situación ha creado un enorme revuelo en Estados Unidos, en una situación que el periodista infiltrado, el editor de la revista Jeffrey Goldberg, vivió como "un goteo intravenoso de información que nadie en el gobierno cree que los periodistas deban tener".
¿Qué pasó?
El 11 de marzo, Goldberg fue incluido por error en un chat grupal en Signal, una app de mensajería encriptada, por una cuenta con el nombre de Mike Waltz, asesor de seguridad nacional. Durante cuatro días, el periodista fue testigo de las discusiones entre figuras clave del gobierno de Trump —incluyendo a Hegseth, el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y la directora Nacional de Inteligencia Tulsi Gabbard— sobre un inminente ataque a objetivos hutíes en Yemen.
El 15 de marzo a las 11:44, Hegseth compartió detalles operativos del bombardeo, incluyendo blancos, tipo de armamento y secuencia de ataques. Dos horas después, los bombardeos comenzaron. Goldberg, aún en el grupo, seguía todo desde su auto en un estacionamiento.
¿Por qué es grave?
La conversación ocurrió fuera de los canales oficiales y seguros del gobierno. Se usó una app comercial con mensajes que desaparecen, y varios funcionarios escribían desde celulares personales. Algunos expertos y legisladores demócratas señalan que esto podría violar:
- La Ley de Espionaje de Estados Unidos, por compartir información sensible fuera de los sistemas autorizados.
- La Ley de Registros Presidenciales, ya que los textos sobre decisiones oficiales "que deben ser preservadas en documentos", recuerda la revista.
Además, se debatía en tiempo real una operación militar con posibles implicancias para la seguridad del personal estadounidense si los teléfonos eran hackeados o extraviados.
De hecho, exfuncionarios de seguridad nacional dijeron que si se usaron teléfonos personales en el chat, el comportamiento sería aún más grave debido a los continuos esfuerzos de hackeo por parte de China.

¿Qué dijeron los protagonistas?
Goldberg, el periodista infiltrado, describió la experiencia como “un goteo intravenoso de información que nadie en el gobierno cree que los periodistas deban tener”. Dudó hasta último momento de si todo era una trampa de desinformación.
Por su lado, Pete Hegseth minimizó el hecho y negó haber compartido planes de guerra, pese a que el propio grupo contenía capturas con información detallada. Pero la Casa Blanca pareció contradecirlo. "En este momento, el hilo de mensajes reportado parece ser auténtico, y estamos revisando cómo se añadió un número inadvertido a la cadena", declaró Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, en un comunicado enviado por correo electrónico. Calificó el hilo como "una demostración de la profunda y reflexiva coordinación de políticas entre altos funcionarios".
JD Vance expresó en el chat que atacar Yemen era un error y criticó que Estados Unidos estuviera “rescatando a Europa otra vez". “Hay un riesgo adicional de que veamos un repunte de moderado a severo en los precios del petróleo. Estoy dispuesto a apoyar el consenso del equipo y reservarme estas preocupaciones. Pero hay argumentos de peso para retrasar esto un mes, hacer el trabajo de mensajería sobre por qué esto importa, ver dónde está la economía, etc.”, añadió. El vicepresidente aún no ha comentado sobre lo sucedido. A ese mensaje de Vance, Heghseth respondió: "Comparto plenamente su aversión a la carga gratuita europea. Es PATÉTICO". Sin embargo defendió la posición de atacar.
Mike Waltz, quien agregó al periodista al grupo, quedó en la mira. Según el medio Politico, su despido es inminente. Una fuente anónima de la Casa Blanca fue categórica: “Todo el mundo está de acuerdo en una cosa: Mike Waltz es un completo idiota”.
¿Y Trump?
En una primera instancia, el presidente dijo no saber nada del caso: “Es la primera vez que escucho esto”, dijo en una rueda de prensa al ser consultado al respecto. Pero hoy martes declaró a NBC News en una llamada telefónica que es "el único fallo en dos meses, y resultó no ser grave".
Añadió que su asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, cuya cuenta Signal fue la fuente de la filtración, ha "aprendido la lección". "No se discutieron 'planes de guerra'" y "no se envió información clasificada", dijo en la red social X la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
El episodio reavivó críticas por su doble vara: en 2016 pidió cárcel para Hillary Clinton por usar un servidor privado para cuestiones oficiales.
En sus múltiples apariciones televisivas antes de convertirse en secretario de Defensa, Hegseth también criticó duramente a Clinton por usar ese servidor privado. Clinton, irónica, compartió la nota en redes sociales con una frase seca: “Tiene que ser una broma”.
👀 You have got to be kidding me.https://t.co/IhhvFvw6DG pic.twitter.com/bnNG4dGSpI
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) March 24, 2025
Repercusiones
El senador Jack Reed, demócrata de Rhode Island y miembro del Comité de Servicios Armados, dijo que la “historia representa una de las fallas más graves en seguridad operativa y sentido común que haya visto”.
“Las operaciones militares deben manejarse con la máxima discreción y precisión, usando líneas de comunicación seguras y aprobadas, porque hay vidas estadounidenses en juego”, agregó.
Senadores republicanos enfrentaron una oleada de preguntas. Muchos dijeron estar preocupados, pero la mayoría prefirió esperar hasta recibir un informe completo. “Parece que se cometieron errores, sin duda”, dijo el senador Roger Wicker, republicano de Mississippi y presidente del Comité de Servicios Armados. “Intentaremos llegar a la verdad y tomar las acciones correspondientes”.
El representante Brian Fitzpatrick, republicano de Pensilvania y miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara, dijo en CNN que su panel enviaría una consulta a la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y luego evaluaría si corresponde una investigación más amplia.
Pero el presidente de la Cámara, Mike Johnson, republicano de Luisiana, descartó la idea de investigaciones adicionales o sanciones para los funcionarios implicados. “Me dijeron que están investigando cómo se incluyó ese número, y con eso debería bastar”, dijo Johnson a periodistas en el Capitolio, refiriéndose a funcionarios de la Casa Blanca. “No estoy seguro de que requiera mucha más atención”.