La Nación/GDA
Un grave incidente en la planta de fabricación de Tesla en Austin, Texas, causó revuelo cuando un ingeniero de software sufrió serias lesiones tras ser atacado por un robot. Este suceso fue reportado por el New York Post e inició varias discusiones sobre la seguridad en la automatización y la robótica en la industria automotriz.

El incidente en la fábrica de Tesla ocurrió mientras el ingeniero programaba algunos robots encargados de manipular piezas de aluminio. De acuerdo con los informes, aunque dos de los robots en el área habían sido desactivados para permitir el trabajo seguro, un tercer robot quedó operativo de manera inadvertida y fue el causante del ataque.

Los testigos de la escena indicaron que el robot atrapó al ingeniero y lo lastimó fuertemente con sus componentes metálicos, por lo que la víctima perdió mucha sangre. Según un informe de lesiones presentado a las autoridades competentes, el ingeniero sufrió cortes profundos, especialmente en su mano izquierda. A pesar de la gravedad del incidente, se reportó que el empleado no requirió tiempo de recuperación fuera del trabajo.

El medio mencionado informó que Tesla, dirigida por el empresario Elon Musk, no realizó comentarios sobre este incidente. Sin embargo, emerge un panorama más amplio de preocupaciones de seguridad en la fábrica Giga Texas de Tesla, puesto que reportes a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (OSHA, por sus siglas en inglés) sugieren que cerca de uno de cada 21 trabajadores en la planta experimentó alguna lesión el año pasado, una tasa superior a la media en la industria automotriz.

Además, según testimonios de empleados actuales y anteriores de Tesla, la compañía ha mostrado una tendencia a sacrificar la seguridad por la eficiencia y la rapidez en la producción. Se ha reportado la caída de maquinaria pesada cerca de las líneas de producción y la exposición de los trabajadores a sustancias nocivas como el amoníaco.

Foto: Tesla

Otros accidentes laborales en la planta incluyen a un empleado que sufrió una lesión en el tobillo tras quedar atrapado bajo un auto en movimiento y a otro trabajador que fue golpeado en la cabeza por un objeto metálico, lo que resultó en ausencias laborales prolongadas en ambos casos.

El incidente anterior ocurrió hace casi un año, luego de que una reacción accidental entre agua y aluminio fundido causara una explosión en la planta. Esta fue descrita por los testigos como un “estallido sónico” que generó una bola de fuego y humo, y provocó pánico entre los empleados.

La serie de accidentes en la planta de Tesla no solo plantea preguntas sobre las prácticas de seguridad de la empresa, sino que también enfatiza los riesgos potenciales asociados con la creciente dependencia de la maquinaria automatizada en la industria manufacturera moderna.

El megaedificio inició su construcción en el verano del 2020, luego de que el magnate sudafricano se enojara con las duras regulaciones impuestas por el estado de California en relación con el coronavirus. Para finales del 2021, las oficinas de la empresa de autos eléctricos se mudaron de manera definitiva a Austin, y abandonaron la ciudad californiana de Palo Alto.