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Vivían en Texas, recibieron US$ 10.000 por mudarse a otro estado, pero se toparon con problemas

Una familia del "estado de la estrella solitaria" fue beneficiaria de uno de los proyectos de reubicación existentes hacia zonas menos pobladas. Sin embargo, su llegada a Arkansas fue tumultuosa.

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La calle Dickson en el centro de Fayetteville, Arkansas.
La calle Dickson en el centro de Fayetteville, Arkansas.
Foto: photophone02 / Panoramio / Commons

La Nación/GDA
Estados Unidos cuenta con iniciativas para llevar a trabajadores remotos a sus regiones menos pobladas, siendo una de las más llamativas la del Consejo del Noroeste de Arkansas, que lanzó el programa “Life Works Here”. Este plan ofrecía US$ 10.000 en efectivo o bitcoins, junto con una bicicleta de montaña, a profesionales autónomos que se mudaran allí. La oferta atrajo a muchas personas, incluyendo a una pareja de Austin, Texas, que decidió instalarse en el pequeño pueblo de Fayetteville, aunque su experiencia fue “desencantadora” desde un comienzo.

La protagonista de esta historia, junto a su esposo, ambos autónomos, aceptaron la oferta de reubicación atraídos por la posibilidad de reducir su costo de vida y disfrutar de un mayor acceso a la naturaleza. Sin embargo, no todo fue como lo esperaban y, poco más de un año después, terminaron abandonando este lugar. Así lo contó la propia Alisha McDarris en una entrevista con Business Insider.

La pareja llevaba ocho años viviendo en Austin, una ciudad conocida por su vibrante vida cultural y creciente economía. Sin embargo, el costo de vida en ese sitio había aumentado significativamente y la pareja ansiaba un cambio. “El brillo de Austin había comenzado a opacarse para nosotros después de tantos años. Queríamos más aventura y actividades al aire libre que los parques y campamentos abarrotados de Austin ya no podían ofrecernos”, comentó la mujer.

Por este motivo, cuando se enteraron del programa de subvenciones del Noroeste de Arkansas, pensaron que era una oportunidad perfecta para experimentar una vida diferente sin el peso financiero de una gran ciudad. Ambos solicitaron la iniciativa y, sorprendentemente, su petición fue una de las 100 aceptadas entre decenas de miles.

Mudarse de Texas a Arkansas les dio dificultades desde el inicio

La mudanza a Fayetteville se realizó en julio de 2022, pero la transición no fue fácil. Al llegar, la pareja se encontró con una gran problemática. “Nos desencantamos de inmediato porque llegamos durante lo que parecía ser una crisis de vivienda. Esto añadió pánico y urgencia a nuestra búsqueda de un hogar. También me confundió por qué nos habían atraído a mudarnos si no había suficientes lugares para vivir realmente allí”, recordó McDarris.

Eventualmente, encontraron un apartamento adecuado que era mucho más barato que lo que habrían pagado en Austin. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que habían cometido un error al elegir su nueva casa. “Nuestro nuevo lugar estaba en una salida de la autopista del estadio de los Razorbacks de Arkansas. Vivir allí se convirtió en un dolor de cabeza durante todo el final del verano y el otoño, mientras los fanáticos llenaban las calles y tocaban la bocina furiosamente a cualquiera que no llevase el rojo característico del equipo local”, detalló la mujer.

El estado de los Razorbacks de Arkansas "Donald W. Reynolds".
El estado de los Razorbacks de Arkansas "Donald W. Reynolds".
Foto: Bobak / Commons

La vida en Arkansas mejoró, pero abandonaron Fayetteville de igual forma

A pesar del desencanto inicial, con el tiempo, la experiencia comenzó a mejorar y su vida en este nuevo lugar tomó otro color. Según explicó McDarris, se apasionaron por el ciclismo de montaña y la vida al aire libre. “Disfrutamos de los senderos de mochilero a minutos de nuestra puerta, visitamos campamentos que no tenían que ser reservados con meses de antelación y encontramos actividades al aire libre accesibles en el bosque nacional circundante”, relató. Por otro lado, también reconoció: “Nos resultó más fácil conectar con otros creativos y nos hicimos amigos de propietarios de pequeñas empresas que estaban tan interesados en sus comunidades como en su propio éxito, lo que no siempre es el caso en las grandes ciudades”.

Sin embargo, 15 meses después, decidieron dejar ese estado y mudarse finalmente a una pequeña ciudad cerca de la Cordillera Wasatch en Utah. “No me arrepiento de nada de nuestro período de transición en Arkansas. Nuestro tiempo allí fue un paso necesario en el río de la vida, un salto que hizo que el siguiente pareciera alcanzable”, sentenció.

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