TENSIÓN EN MEDIO ORIENTE

Durante meses, protestas furiosas han golpeado a Irak, impulsadas por la frustración de una economía que no funciona, corrupción y la influencia cada vez más extendida de Irán.

Un ataque con cohetes mató a un contratista estadounidense en Irak, bombardeos estadounidenses golpearon a una milicia iraquí respaldada por Irán, y la ira de los iraquíes se volvió contra Estados Unidos, culminando, el martes último, con una invasión del predio de la embajada en Bagdad.

Los ataques aéreos y la incursión en la embajada llevaron a Estados Unidos a su peor crisis en Irak en años.

En el mejor escenario, las relaciones entre Irak, Irán y Estados Unidos son complicadas y ahora están aún más agitadas.

El viernes 27 de diciembre, más de 30 cohetes fueron disparados contra una base militar iraquí cerca de Kirkuk, en el norte de Irak, mataron a un contratista civil y provocaron heridas a cuatro estadounidenses y a cuatro soldados iraquíes. Estados Unidos acusó a la milicia Katain Hezbolá, respaldada por Irán, del ataque. Un vocero de la milicia negó todo involucramiento.

El presidente Donald Trump culpó a Irán por la agresión. Estados Unidos lanzó ataques aéreos contra la milicia, el fin de semana pasado, matando a 24 miembros de la misma, en lo que el secretario de Estado, Mike Pompeo calificó de “respuesta decisiva”.

Advirtió que Estados Unidos “no aceptará que la República Islámica de Irán realice acciones que pongan en peligro las vidas de estadounidenses”. Estados Unidos e Irán hace mucho tiempo que están enfrentados -sobre la influencia en Irak, el programa nuclear iraní y otros asuntos- y la tensión ha llegado a un pico bajo el gobierno de Trump, que retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015 con Irán, del que participan Reino Unido, Francia, Rusia, Alemania y China, y castigó a Teherán con sanciones.

Los bombardeos que realizó Estados Unidos en Irak contra las milicias generaron la reacción de invadir el predio de la embajada en Bagdad. Trump acusó a Irán de orquestar esa incursión y agregó que son totalmente responsables por lo ocurrido. Muchos de los manifestantes que entraron en el predio eran miembros de Kataeb Hezbolá y otras milicias respaldadas por Irán. Si bien Irán mantiene su profunda influencia en Irak, también ha sido blanco de la ira y a veces de violencia, por parte de manifestantes iraquíes.

Después de años de competir con Estados Unidos por la influencia en Irak, Irán ha surgido como una fuerza poderosa en la vida iraquí. Ejerce fuerte influencia en el gobierno, el sector privado y la religión.

Partidos vinculados a Irán ganaron fuerza significativa en el Parlamento, especialmente desde que los militares estadounidenses se retiraron en 2009. Y, cuando el Estado Islámico invadió Irak en 2014, Irán ayudó a formar milicias chiítas para combatirlo, lo que le dio poder en la seguridad de Irak.

A medida que las milicias y Estados Unidos -combatieron del mismo lado- expulsaron al Estado Islámico del territorio que controlaba en Irak, las milicias ganaron influencia. Controlaron sectores poderosos en el Parlamento y las Fuerzas Armadas y algunos se han convertido en grupos al estilo de la mafia que extorsionan para obtener ganancias de los iraquíes.

Algunas milicias han atacado bases militares donde están soldados de Estados Unidos. Kataeb Hezbolá, el grupo acusado del ataque con cohetes del 27 de diciembre, tiene estrechos vínculos con Irán. Es un grupo aparte del Hezbolá en Líbano, si bien los dos tienen el respaldo de Irán y se oponen a Estados Unidos. El Departamento de Estado califica a las dos de organizaciones de terroristas. Kataeb Hezbolá promete represalias contra Estados Unidos.

Estados Unidos tiene 5.200 soldados en Irak y un número fluctuante de civiles con contratos con el gobierno. La mayoría de los soldados se encuentra en una base al noroeste de Bagdad y en una base en el norte controlado por los kurdos.

El complejo de la embajada abrió en Bagdad en 2009 y tiene el tamaño de Ciudad del Vaticano. La embajada y el consulado en Irbil, en el norte de Irak, tienen un plantel de 486 funcionarios, la mayoría en Badgad. Después de la irrupción del martes pasado, el Pentágono envió otros 120 Marines. Ahora, envió 3.500 soldados más, tras la muerte del general Qasem Soleimani, de 62 años, el general clave de Irán.

Irán también tiene agitación interna. Las protestas comenzaron en noviembre a raíz del incremento del precio de la nafta y crecieron en manifestaciones contra sus líderes y cómo manejan las sanciones impuestas por Estados Unidas. Hubo represión y el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, la justificó al calificar las protestas de un complot de los enemigos de Irán, dentro y fuera del país.