EXPLORACIÓN ESPACIAL
La NASA logró posar sobre Marte a su vehículo de exploración, la quinta nave en lograr la hazaña y la primera que tiene como objetivo responder a la pregunta de si hubo vida en el planeta.
Ayer jueves, al caer la tarde en Uruguay, el explorador Perseverance de la NASA, el laboratorio de astrobiología más avanzado jamás enviado al espacio, atravesó la atmósfera marciana y amartizó con seguridad en el suelo de un vasto cráter, su primera parada en la búsqueda de rastros de antigua vida microbiana en el planeta rojo.
Los responsables de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, cerca de Los Ángeles, estallaron en aplausos y vítores cuando las señales de radio confirmaron que el rover de seis ruedas había sobrevivido a su peligroso descenso y había llegado a su objetivo dentro del cráter Jezero.
“Se confirma que tocó tierra”, dijo el jefe de misión Swati Mohan a las 15.55 hora del este de Estados Unidos (17.55 en Uruguay).
El proceso en sí se había completado más de 11 minutos antes, el tiempo que toma la señal para volver a la Tierra.
Cinco minutos después de tocar suelo en Marte, Perseverance se encontraba ya listo para iniciar su exploración luego de enviar su primera imagen de la superficie marciana, inmediatamente publicada en la cuenta oficial en Twitter del robot acompañado del mensaje: “Hola Mundo. Mi primer vistazo al que será mi hogar para siempre”.
Hello, world. My first look at my forever home. #CountdownToMars pic.twitter.com/dkM9jE9I6X
— NASA's Perseverance Mars Rover (@NASAPersevere) February 18, 2021
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró como “histórica” la maniobra que permitió al vehículo de la NASA posarse sobre la superficie de Marte. “Felicitaciones a la NASA y a todos quienes han trabajado muy duro para que la histórica llegada de Perseverance fuera posible”, escribió el mandatario en Twitter.
El vehículo robótico viajó por el espacio durante casi siete meses, recorriendo 472 millones de kilómetros antes de atravesar la atmósfera marciana a 19.000 kilómetros por hora para iniciar su aproximación a la superficie del planeta.
El descenso autoguiado y el amartizaje de la nave durante una compleja serie de maniobras que la NASA bautizó como “los siete minutos de terror”, se erige como la hazaña más elaborada y desafiante en los anales de los vuelos espaciales robóticos.
El amartizaje representó la parte más arriesgada de un esfuerzo de dos años y 2.700 millones de dólares cuyo objetivo principal es buscar posibles rastros fósiles de microbios que pudieran haber florecido en Marte hace unos 3.000 millones de años, cuando el cuarto planeta en distancia del Sol era más cálido, húmedo y potencialmente hospitalario para la vida.
Los científicos esperan encontrar biofirmas incrustadas en las muestras de sedimentos antiguos que Perseverance podría extraer de las rocas marcianas para su futuro análisis en la Tierra, las primeras muestras de este tipo recogidas en otro planeta.
Está previsto que dos misiones posteriores a Marte recuperen las muestras y las devuelvan a la NASA en la próxima década.
Perseverance carga dos micrófonos, que por primera vez captarán el sonido de Marte, y un helicóptero de cuatro patas y menos de 2 kilogramos de peso, el Ingenuity Mars, que intentará llevar a cabo el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta.
El amartizaje del explorador Perseverance de la NASA marcó ayer jueves el fin de un viaje de casi siete meses desde la Tierra a Marte, y el comienzo de la búsqueda de vida anterior en el planeta rojo con la ayuda de innovadores instrumentos tecnológicos.
La misión Mars 2020 Perseverance superó con éxito el peligroso descenso en el escarpado cráter Jezero tras un recorrido de unos 470 millones de kilómetros desde su partida en julio de 2020 de Cabo Cañaveral, Florida.
“Es tan surrealista”, dijo uno de los científicos del Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL), en California, durante la transmisión en directo de la hazaña, mientras todos aplaudían con júbilo.
“Perseverance está viva en la superficie de Marte”, señalo la NASA tras tocar suelo marciano sobre las 15.55 horas del este de Estados Unidos (17.55 horas en Uruguay).
El robot es el quinto de la NASA en Marte después de Sojourner, Spirit, Opportunity y Curiosity; este último todavía rueda por el planeta rojo.
Ya en suelo marciano, los retos de Perseverance se multiplican: ajustarse al difícil terreno y condiciones, probar los instrumentos, recolectar las muestras de rocas y sedimentos y también la incógnita de cuándo llegarán a Tierra esos especímenes. No va a ser antes de 2031, explicó a EFE José Antonio Rodríguez Manfredi, responsable ante la NASA de una pequeña estación meteorológica a bordo del robot.
La NASA diseña ahora al menos tres misiones con ese objetivo, explicó Bobby Braun, director del Programa de Devolución de Muestras de Marte.
De unos cuarenta tubos del tamaño de cigarros, que Perseverance pretende recolectar durante al menos dos años en suelo marciano, la meta es regresar a la Tierra un mínimo de treinta para su análisis. Esta tarea, que contará con la ayuda de la Agencia Espacial Europea, recae sobre una misión futura de un satélite que orbitará Marte y otra que llegará a la superficie del planeta rojo para recoger las muestras.