BRASIL
El PT esboza plan para ganar en San Pablo, Río de Janiero, Paraná, Mato Grosso y Río Grande del Sur.
El expresidenteLuiz Inácio Lula da Silva (PT) caminará hacia el centro electoral y el interior de los estados en los que el presidente Jair Bolsonaro (PL) ganó en primera vuelta.
La campaña de Lula desarrolló estrategias para ganar terreno en el Sur, Medio Oeste y Sureste de Brasil, que incluyen incrementar los ataques al presidente, ofrecer programas dirigidos a ciertas sectores de la población y explorar la imagen de aliados de reconocida trayectoria en sus localidades.
El comando de campaña del PT buscarán cambiar el rumbo en San Pablo. Es el colegio electoral más grande del país, donde Lula perdió por 1,7 millones de votos y el PT no gana una carrera presidencial desde 2002, con el propio Lula. El plan de campaña es aumentar el rechazo al presidente Bolsonaro, partiendo de la premisa de que en la segunda vuelta el brasileño opte por el “menos peor”.
Lula y Fernando Haddad, candidato del PT al Palácio dos Bandeirantes, sede de la gobernación paulista, realizarán actos juntos, especialmente en ciudades del interior. El foco está en atraer al 9,84% del electorado paulista que votó por Simone Tebet (MDB) y Ciro Gomes (PDT) en la primera vuelta. En el balance de la campaña, es un brasileño difícil de conquistar, que tiende a resistirse a Lula.
En Río de Janeiro, estado en el que Lula obtuvo cerca de 1 millón de votos menos que Bolsonaro, el candidato del PT apostará por la actuación de dos cables electorales: el alcalde de la capital, Eduardo Paes (PSD), que coordinará acciones en el estado, y Rodrigo Neves (PDT), candidato derrotado al Palacio de Guanabara, sede de la gobernación carioca.
El mayor desafío de Lula está en el sur de Brasil, una región que el PT considera prácticamente “perdida”. El objetivo es intentar reducir la diferencia de poco más de 3 millones de votos que consiguió Bolsonaro en la primera vuelta. La campaña ve a Rio Grande do Sul como la trinchera más favorable en el sur del país, y utilizará figuras históricas del partido en el estado, como el exgobernador Olívio Dutra y el senador Paulo Paim, para tratar de avanzar. Lula argumentará que Bolsonarono conoce y no tiene propuestas para la región.
En Paraná, cuna de la operación Lava-Jato, aliados del expresidente buscan ampliar el diálogo con los religiosos y enfocarse en los micro y pequeños empresarios, con una campaña dirigida al centro. El núcleo duro de Lula apuesta a que Bolsonaro ha tocado techo y tiene poco margen de crecimiento en el estado, donde alcanzó los 3,6 millones de votos, frente a los 2,3 millones del PT, que podría crecer entre los indecisos y los votantes de Ciro Gomes y Tebet.
En el Medio Oeste brasileño, Lula delegó el mando de la campaña en nombres vinculados a la agroindustria, sector mayoritariamente favorable al presidente, como el senador Carlos Fávaro (PSD-MT). En un intento por revertir el rechazo que enfrenta, Lula invierte en propuestas específicas para este público, incluida la promesa de incentivar la expansión del crédito rural.
En Mato Grosso, además de enfocarse en la actividad económica de la región, la idea es mapear las comunidades rurales e indígenas, además de abrir el diálogo con las iglesias. Se buscan obispos, pastores y agricultores de la región para grabar videos en apoyo a Lula.
Encuesta de Ipec: Lula 51%, Bolsonaro 42%
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva tiene el 51% de la intención de voto y el mandatario Jair Bolsonaro un 42%, según una encuesta divulgada ayer lunes, de cara a la segunda vuelta el próximo domingo 30. La última encuesta divulgada la semana pasada por la misma empresa, el instituto Ipec, situaba a Lula con el 51% y a Bolsonaro con el 43%, un punto más que ahora. Lula ganó la primera vuelta de las elecciones, celebradas el pasado 2 de octubre, con el 48,4% de los votos válidos y Bolsonaro un 43,2%.
Los datos de Ipec son más favorables a Lula que la última encuesta de Datafolha, que le da 49% y a Bolsonaro 44%.