RECLAMAN LIBERTADES
Las manifestaciones han dado un giro repentino y peligroso, que ha llegado a las universidades de la ciudad por primera vez.
Los manifestantes antigubernamentales acamparon en la enorme Universidad Politécnica de Hong Kong durante tres días de la semana pasada, preparados para lo que temían podía ser una sangrienta e incluso mortal batalla con la policía.
En el corazón de la universidad, cubierto de vidrios rotos y paredes pintadas, manifestantes vestidos de negro con máscaras de gas cortaban postes de metal para convertirlos en porras y practicaban cómo tirar rocas con una catapulta improvisada. Cerca, otros transportaban cajas de bombas molotov y flechas envueltas en tela para ser prendidas con fuego.
La batalla comenzó el sábado, cuando la policía intentó despejar el campus y los manifestantes respondieron con rocas y bombas de nafta.
Después de más de cinco meses de protestas pidiendo más libertades ante el temor creciente por la influencia de China en Hong Kong, las manifestaciones han dado un giro repentino y peligroso, que ha llegado a las universidades de la ciudad por primera vez.
En cinco campus del territorio gobernado por China, estudiantes con armamento de tipo medieval convirtieron las universidades en fortalezas rebeldes, en medio de la sensación cada vez más generalizada de que las reiteradas protestas pacíficas son inútiles.
Al otro lado de las barricadas y de las llamas de los escombros ardientes, hay filas de policías antidisturbios, armados con porras, gases lacrimógenos y balas de goma.
El fin de semana, la mayoría de los manifestantes abandonó las universidades, pero el enfrentamiento entre la policía y los ocupantes en la Universidad Politécnica seguía ayer. El asedio a un campus donde cerca de 100 manifestantes aún estaban atrincherados se mantenía.
La semana pasada, hubo enfrentamientos violentos en cuatro universidades, incluida la Politécnica, cuando el movimiento de protesta, cada vez más militante, cambió repentinamente de táctica.
Hacia el final de la semana pasada, unos mil estudiantes ocuparon el campus politécnico, pero la cantidad disminuyó en los dos días siguientes, porque los manifestantes temían que la policía sitiara el campus.
Sin embargo, los preparativos no cesaron. En la cafetería, las mesas estaban repletas de suministros: montañas de agua en botellas, bebidas energéticas, chocolates, antorchas, cepillos de dientes y baterías. Fuera, un grupo elaboraba bombas molotov, mientras que el equipo de tiro con arco de la universidad daba lecciones improvisadas sobre cómo usar un arco. Equipos de “magos de fuego”, encargados de lanzar las bombas a la policía en la primera línea, practicaban arrojando botellas en la piscina vacía de la universidad.
El campus está en un lugar estratégico, junto al túnel de Cross Harbor, una arteria que une la península de Kowloon con la isla de Hong Kong y que ha sido bloqueada por los manifestantes. Un objetivo de la ocupación de la Politécnica era mantener el túnel cerrado, dijeron manifestantes.
Las ocupaciones del campus comenzaron el 11 de noviembre, después de que la policía disparó contra un manifestante antigubernamental durante una protesta.
Los temores a que la policía ingresara a las universidades y arrestara a los estudiantes provocó un llamado por internet para proteger los campus, lo que atrajo una multitud de jóvenes manifestantes. Una vez en el campus, comenzaron a preparar armas y bombas incendiarias y a bloquear carreteras adyacentes clave, para impedir que las personas fueran a trabajar, en un intento de provocar una huelga general.
Y se fueron encerrando, lo que marcó un cambio táctico significativo para los manifestantes, cuyo lema había sido “ser como el agua”, una filosofía de flexibilidad que ha sostenido protestas acéfalas y salvajes por meses.
Los ocupantes de la Politécnica han levantado barricadas y muros de ladrillo y cemento. Pero atrincherarse significa quedar atrapados en el campus, con la policía esperando para arrestarlos por disturbios, allanamiento y robo de propiedad pública, delitos que tienen penas de prisión.
La policía comenzó el sitio de la Politécnica el sábado. Para el martes, dijo que ya había “arrestado y registrado” a unas 1.100 personas en la universidad y sus alrededores.